De yeso y de palo

LILYMETH MENA -.

México es conocido por su religiosidad. Casi el 80 por ciento de la población es católica. Lo feo de todo este asunto es que se es católico desde antes de nacer. La madre toma un libro con nombres para el bebé, busca entre los que se distingan por parecer bíblicos y así es como se le nombra a un feto que aún no tiene ni piernas.

Otro modo más bestial para nombrarlo a uno es tomar el calendario, cubrirse los ojos con un paño y señalar con el dedo índice usando el santoral como blanco. Una vez que has nacido te bautizan sin preguntarte, te mojan y te embadurnan en aceites para sacar el demonio que viene dentro de tí. A partir de ahí cada domingo te llevan en brazos a escuchar misa. Ya un poco mas crecido vas por tu propio pie, pero jalado de la mano de tus padres.

Aquí se es católico porque es un hábito adquirido, por herencia, por ignorancia, por nada que tenga que ver con lo que se supone que debiera ser la fe. Como mortal entiendo la necesidad de tener un ente enorme, todopoderoso, que con su mano divina nos prodigue y nos proteja, una imagen digna que contenga las mismas proporciones de adoración y temor; necesitamos el consuelo de que al morir, si hemos sido buenos o al menos si nos arrepentimos de nuestros pecadillos a última hora, no moriremos del todo, que esta alma, energía, o lo que quede de nosotros luego que el cuerpo ha sucumbido, irá a parar a un edén cargado de llanos plateados y ríos de estrellas. Que hay que sufrir en vida para disfrutar en la muerte. Que nos reuniremos con todas las personas que conocimos y que murieron antes que nosotros, que formaremos parte de esa gran luz que de momento sólo adoramos de lejos y que gozaremos de la vida eterna.

Aunque entiendo todo lo anterior, prevalece en mí el lado lógico que exige respuestas, que mira lo absurdo en besarle la mano a un tipo que por suerte o conveniencias ahora porta el título de obispo o cardenal, como si fuera un ser que se encuentra por encima de los demás. Que mientras las arcas del Vaticano rebozan de riquezas, exista tanta carencia fuera de él y que para vestir a un señor al que llaman papa, hagan falta cuatro doncellas religiosas y dos valet. ¿No puede vestirse el solo?

Mucha gente te cataloga como una especie de paria o apestado cuando no profesas ninguna religión, creen que eres víctima de una especie de locura incurable que probablemente hasta sea contagiosa. Se dan el lujo de señalarte con el dedo y cuchichear a tus espaldas, ¿no son también pecado o cosa fea la blasfemia? ¿la cizaña? ¿el repudio? ¿la soberbia? ¿el desdén? Para la gente es peor ser una oveja descarriada que ser oveja negra.

Pocas veces en los treinta y cuatro años que he vivido, me he topado con personas que sin ningún apasionamiento sienten curiosidad por mi condición en cuanto a este asunto. Me hacen algunas preguntas con ingenuidad, algunos entienden, otros no. Les cuesta trabajo entender mi concepto de fe, no por que no quieran, simplemente les resulta de verdad difícil comprender algo tan distinto a lo que les han metido hasta la medula desde que nacieron.

Yo me limito a decirles que mi fe es tan grande que no necesito encasillarla en ninguna imagen etérea, en un santo de yeso, o en una cruz de palo; que para sentirme en paz no requiero entrar a un lugar construido piedra sobre piedra, porque la calma que me cubre está en todas partes. Que para mí la iglesia no es buena. Bueno es el sol, el monte, el agua del río, el hombre, por que intenta, de verdad intenta serlo, y cuando menos pensamos estar cerca de la perfección, es cuando en verdad lo somos.

Ojalá el hombre en general aplicara un poco (no mucho, tan solo un poco) de esa devoción que vuelca en la iglesia o su religión, en lo que tenga más a la mano, en lo que le rodea, en aquello que tenga más cerca. Estoy segura que todo funcionaría mucho mejor de lo que funciona ahora. Pero, no me hagan mucho caso, dice la gente que soy atea y…que estoy loca.

Publicar un comentario

15 Comentarios

  1. Cargo efectivamente con el nombre de un par de santos, cuya vida privada desconozco. Vaya uno a saber qué tropelías hicieron en las catacumbas de lo no escrito.
    Esto del nombre es cosa bien seria, pues es una condena que no sólo nos cuesta nuestros ochenta años de vida sino que perdura en la memoria, y nuestros descendientes nos adscribirán inconscientemente a una religiosidad que nunca compartimos.

    Deberíamos llamarnos como los silbidos del viento norte o como las cacatúas durante su apareo. Lo pasaríamos bastante mejor llamándonos en voz alta de esa forma.

    La realidad mexicana tiene muchas similitudes con la realidad chilena. Me pregunto si la religión católica o cualquier religión no creyese en la propiedad privada ¿tendrían el apoyo tan irrestricto de las oligarquías nacionales?
    El comunismo tuvo aciertos y desaciertos, pero entre los aciertos estuvo el contemplar a la religiosidad como el más nefasto opio del pueblo.
    No comulgo, no tolero, acepto, no transo con ellos.
    Comparto plenamente el sentido de tu sabroso texto, estimada Lilymeth.

    ResponderEliminar
  2. Por fin una voz coherente. Si vieras la de cardenales y obispos que nos zumban en las orejas por acá. Cuanta porquería desparraman a diario. Y los pastores evangélicos son casi tan deleznables como los otros, pues más encima se enriquecen directamente a costa del bolsillo de la gente más pobre e ignorante.
    Felicitaciones, Lilymeth. Bello nombre. El mío al menos recuerda a la sufrida heroína de Víctor Hugo.

    ResponderEliminar
  3. Cuando uno entra a la catedral de la ciudad de México. Te reciben reliquias de santos en vasijas enormes. Cada pequeña capilla muestra un santo distinto y su aterradora historia. La mayoría fueron torturados físicamente, vejados, hasta que encontraron la muerte de una manera fatal.
    Realmente no se como puede adorarse a una persona que solo por haber sufrido dolor físico, se considere digno de canonización.
    A los campesinos que pizcan jitomate, que se parten en dos para recoger el jitomate al ras del suelo, y que terminan prácticamente sin espalda antes de los treinta años. Nadie los hace santos. Y así podrían llenarse listas de gente común que sufre lo indecible por cumplir con una labor, igual de noble que andar evangelizando gente.
    Me reuso a participar en cualquier acto del monopolio mas rico del mundo, el mejor gestionado y el mas manipulador.
    Cuando alguien me pregunta por que no creo, simplemente respondo que “no se me da”. Y fingir tampoco es lo mío.
    Por fortuna mi nombre no es de ninguna santa. No tiene referencia alguna, es un nombre inventado por el inquieto hipotálamo de mi madre, que me contaba de una princesa llamada Lilymeth, cuando yo era pequeña. No se, ni jamás sabré, si lo extrajo de alguna leyenda Zapoteca. Jamás ha querido contarme. Saludos ¡¡

    ResponderEliminar
  4. Por consenso le concederemos la certeza a tu nombre de haber pertenecido a una princesa Zapoteca, querida Lilymeth.

    Cuando observo el grado de fervor religioso a que suelen llegar la mayoría de las personas, no puedo sino pensar que están todos chiflados, mal del coco, acometidos por profundas patologías internas. Y lo peor es que siempre quieren imponerle su desastre mental al resto.

    Recomiendo leer Las Mentiras Fundamentales de la Iglesia Católica, de Pepe Rodríguez. Un libro muy aclarador y analítico, basado en fuentes fidedignas, que habla sobre esta gran farsa de dos mil años.

    Un gran abrazo, Lilymeth.

    ResponderEliminar
  5. Uy! Cuánta razón tienes Lilymeth. Antes que seamos completamente conscientes de nuestros actos ya tenemos varios sacramentos en el cuerpo. Es muy difícil convivir con toda esta basura.

    ResponderEliminar
  6. A mi me resulta muy triste ver que la gente mientras mas se acerca a sus ultimos años, mas se torna fanatica de su "fe". No se si en verdad crean que si se arrepienten de corazon de todo lo malo que hicieron, se van a ir a un cielo del que nadie puede hablar, por que nadie ha ido y vuelto para poder contarlo.
    Gracias por la recomendacion, Jorge. Me voy a buscar el libro de Pepe Rodríguez para echarle un ojo.
    Marì Paz (que lindo nombre). Vaya que es dificil, pero se puede<, sobre todo cuando lo ve uno desde tres pasos atras. Dicen (aunque suene contradictorio), que todo se ve mejor cuando se encuentra uno mas lejos.
    Saludos ¡¡

    ResponderEliminar
  7. Ignorancia y religión no tienen que ir unidos de la mano.
    Yo fui bautizada por mis padres, por supuesto que ellos lo hicieron en un acto de amor, solo por ese hecho, no lo considero basura. Hay que tener cuidado al juzgar alegremente la religión porque forma parte del sentir de las personas y ese tema puede herir, no seré yo quien juzgue los actos de las personas, de la anciana que dona sus joyas a su virgen, porque la hace feliz y le sale de las narices, o de aquél que dona sus propiedades a las monjas que lo han cuidado hasta el resto de sus días ¿ quién soy yo?.
    Por cierto, se suele confundir iglesia fe, y no tienen nada que ver, la iglesia por estar construida por los hombres tiene fallos, va unido a la naturaleza humana el fallar, el errar, el realizar actos de bestialismo, de horror, pero olvidamos que eso ocurre dentro y fuera de la iglesia.
    Que cada uno profese su fe como le de la gana, sin que lo cataloguen de ignorante o lo señalen con el dedo. La jerarquía eclesiástica es una institución obsoleta y caduca, tiene que cambiar renovarse o morir, pero ese es otro tema, porque la religión y sus normas no son coactivas, cada cual es libre de pertenecer a ella o no, no tiene ataduras, por favor, estamos en otros tiempos, gracias a Dios el cesaropapismo desapareció.
    Por cierto el legado cultural de la iglesia católica, esa supuesta riqueza está a disposición de todos, feligreses y no feligreses, las iglesias están abiertas a todos, y mantener eso, a veces cuesta mucho dinero que el estado no subvenciona, que se lo digan al párroco de mi pueblo, que casi se le cae el techo de su iglesia, de un valor cultural incalculable... en fin, supongo que exponer mi cuello es blanco fácil para que me lo muerdan, y es que, ser católico hoy en día es muy difícil.

    ResponderEliminar
  8. En el mundo, en la naturaleza, el pez más grande se hace un bocado del desprevenido. La iglesia, entendiendo por tal a un grupo de avivados que se esconde detrás de un montón de símbolos, es un tiburón sin fondo.

    El diezmo, el 1% de lo ganado, las donaciones a cambio del perdón eclesial. No han sido más que instrumentos para mantener a unos pocos a expensas de aquellos ganapanes que sin más educación que saber limpiarse sus partes impúdicas han creído que asistir a un edificio para tener una charla con un tipo vestido de negro y gris los libra de caer en el averno de llamas de don Satán.

    Lo contrario de la fe, es sin lugar a dudas el saber.
    Pero la fe mueve montañas. Eppur si muove. Es la verdad, el alma tiene peso y las ganas funcionan. El secreto, es verdadero diría una amiga de mi suegro.

    No me interesa si el Papa se viste solo o acompañado por un par de monjas "buenas para el hueveo". Me importa que su influencia evite que nos saquemos la mugre a cada rato o que cualquiera crea que tiene derecho a matar al del lado por un "quítame allá estas pajas".
    Seré un "gil" pragmático pero las religiones han evitado muertes y han sido capaces de mantener al mundo moderno en un estado más o menos razonable.

    El islamismo es extremo, le corta la mano al ladrón y manda al inocente a inmolarse para enfrentar al imperio del mal. Pero mantiene a raya sociedades extremas. Son balances naturales. Me asalta la duda si quizás el mismo islam ha producido estas sociedades al borde de la inhumanidad. Pero por ahora pareciera funcionar.

    Nadie puede asegurar que el hombre en su solitaria libertad no evolucione sin un control moral. Puesto que si usa sólo su inteligencia indudablemente que los niños con Down serían sacrificados y los abuelitos los convertiríamos en paté para aplicar a nuestras galletas saladas pues serían de más utilidad. A los gordos los quemaríamos para obtener grasa animal y las mujeres hermosas sería un hueco reproductivo.

    La religión creó la moral y el hombre creó a la religión como un medio para ordenar.
    Dios sin duda existe, es el hombre mismo en su estado más puro.

    Me gustan las iglesias. Con esos picos apuntando al cielo mismo, como diciéndole a Dios, ahí tienes, que te duela. Me gusta la paz de su interior, ese frío en verano y el calorcito que emana del compañero de banco en el invierno. Si alguna vez una monja me "da la pasá" lo hago en un altar.

    ResponderEliminar
  9. Sólido como siempre, estimado Alex. El avivamiento es transversal en todas las sociedades que conozco.
    Concuerdo contigo en cada punto, salvo en el tema de la solitaria libertad, pues creo entender que le atribuyes a la ideología religiosa una genuina autoridad moral para bien conducir nuestros destinos. Los casos históricos que podrían acudir a refutarte en ese punto son abrumadores, pues en nombre de un dios se han ejecutado la mayoría de las carnicerías humanas (salvo la de Stalin, Ceaucescu y los mahoistas)

    Recibir los sacramentos, comulgar y ser un obediente cristiano no ha sido impedimento para que estos fieles desplieguen fuera de la nave eclesial todo tipo de tropelías. El caso del Islam es bastante diferente, aunque no menos plagado de crueles absurdos.

    Me inclino a pensar que un pensamiento puro, que se desviste (o intenta hacerlo) de ropajes ideológicos, tenderá a fraternizar con sus iguales y a buscar el cobijo mutuo de la propia amistad y buena convivencia. Quizás peco de candidez, pero mi razonamiento confluye siempre en ese cauce.

    ResponderEliminar
  10. Con qué claridad lo expresás!! Y muy de acuerdo estoy con vos Lilymeth.
    Yo fui de las obligadas a ir a isa y castigada con aves marías y padres nuestros durante toda mi niñez, pero no me rendí y ahora viviendo en una de las provincias más conservadoras de la Argentina (y más pobres) digo con orgullo que soy atea.
    Casi me ponen "Itatí" porque así se llama la versión de la Virgen María patrona de esta zona de mi país.. Mi madre lo rechazo con gritos de dolor mientras me paría y nadie le discutió porque lo dijo en medio de muchas blasfemias- la niña se llamó Lorena Romina, tal como eligió ella.

    ResponderEliminar
  11. Anónimo1/11/10

    Como siempre he de reclamar por la mala configuración de los comentarios que no facilita el diálogo, me imagino que algún ateo se encargó de ese trabajo.

    Lorena, tu nombre viene de una santa... santa Lorena Fusconi.

    Y mi amigo Muzam. Cuando se hacen guerras en nombre de la religión no la inician precisamente los fieles de una parroquia. Surgen en las altas esferas, en esas nubes del poder.

    ResponderEliminar
  12. La religión surgió de la necesidad del hombre, de reprimirse a si mismo y a los que lo rodean. Alex tiene razón en cuanto a que la persona que se encuentra atada a una religión, debe seguir algunas normas para seguir siendo aceptado en su circulo. Lamentablemente la historia nos arroja hechos, gente que hace lo que le de la gana sin sentir remordimiento alguno, aun estando y profesando abiertamente alguna doctrina. ASi que la teoria no es del todo cierta. Aqui en Mèxico todos son bebedores, golpeadores o mujeriegos consumados, pero eso no les quita lo religiosos que son. Asi que la religion no va de la mano con la moralidad.Hay ancianas y ancianos que ahora son muy devotos, pero que en su vida pasada fueron bien cabrones. Ahora se escudan en una cruz, pensando que encontran su salvacion. Pero en el fondo, siguen siendo los mismos amorales.
    La religión no es algo bueno, por que al final sigue siendo manipulación.
    Cuando una madre le pega un manazo al niño pero le dice que lo reprende por que lo quiere, el niño pensará que todo el amor es así, doloroso, engañoso. Con la religión pasa mas o menos lo mismo, debes ser bueno para obtener algo pero hay castigos divinos si no haces lo correcto. Como confiar en un amor así?
    En fin que la religión nos guste o disguste ahí está.
    Yo simplemente creo que en estos tiempos, me parece innecesaria. Tal como dice Alex, el hombre mientras mas sabe, menos cree. Espero que muchos nos dediquemos a saber mas, y a adorar menos.

    ResponderEliminar
  13. Una manera frezca de renovar las viejas preguntas por la que nos azotamos el coco desde que pisamos la tierra, Lilymeth... Woddy Allen definió el cristianismo con algo así como "peque ahora y pague después"... en cuotas, a crédito, con una tarjeta olor a azufre, vaya a saber uno... habría que ver que piensa don Sata de tu refrezcante y provocador texto... un abrazo

    ResponderEliminar
  14. Ah como me cae de bien el Woddy Allen. Gracias Claudio, te devuelvo el abrazo ¡¡ =)

    ResponderEliminar
  15. Hola soy Mario de Chile y lamento lo que vive México, con la millonada de Santos han llenada el país con demonios que han llevado la destrucción de la droga y el narcotráfico a todo el país, tantos habitantes y tanta idolatría, lo peor para México aun no ha pasado sino esta por venir, Cristo viene pronto ya casi no queda tiempo, renuncien a la idolatría satánica y vuélvanse al creador y redentor de nuestras vidas, el único Dios todopoderoso y rey soberano de todo lo creado, quítate la venda de tus ojos y recuerden que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

    ResponderEliminar