Mi aprendiz de bruja

JORGE MUZAM -.

Estiro la cama de mi hija que está en el colegio. Sacudo sus sabanitas, ordeno sus poleras, le saco su ropa sucia, sus vasos con agua. Le quito el polvo a sus libros, espanto a las arañas, limpio los cuadros que relatan su corta vida, levanto sus colonias, desenchufo el cargador de su celular. Le doblo parte de su ropa. Mucha de ella ya le está quedando chica. Abril crece muy rápido. Apenas Brenda se percate, la donará a los hogares de menores. Yo salí sentimental y hay ropa de la que no me quiero deshacer. He guardado ataditos de ropa en el entretecho. Con esas prendas los vi jugar y revolcarse durante tantas jornadas. Nadie más lo sabe. No sé qué haré con ella, pero no la puedo dejar ir.

Reordeno las esquelas y pinturitas de Abril para que le quede espacio libre. Tiene sobre su mesa su propia industria de collares y pulseras con las que intenta ganarse unos pesos. Quiere ser empresaria y odontóloga. No quiere ser pobre. Quiere una mansión con piscina para secuestrarse a sus padres y recrear al alero de su protección a su familia original. La he visto esforzarse insertando microscópicos anillitos de plástico en los hilos. Se le enrojecen sus ojitos, pero no ceja. Ya no lee tanto como antes. Le gustaba que lo hiciéramos juntos. Un párrafo cada uno. Así lo hicimos hasta terminar El Zorro y Matilda de Roald Dahl.

Pienso en ella, mi pequeña niña que ya ingresa a la pubertad, mi pequeña niña que ya no quiere ser llamada niña ni darme la mano en la calle, salvo cuando le sobrevienen breves oleadas de fundimiento paterno y se me vuelve a lanzar en los brazos.

Pienso en ella hacia el futuro. Veo todo lo bueno y lo malo que le puede deparar la existencia. Quisiera estar a su lado cada segundo de su vida para protegerla con la mía, que ni un rasguño la alcanzara, que nadie le destrozase el corazón, que nunca tuviera hambre ni frío ni soledad ni angustia ni nostalgia.

En unas horas volverá hambrienta, bulliciosa y demandante, se vestirá con su ropa de calle y verá sus teleseries hasta que yo le llame la atención. Entonces me buscará para que juguemos juntos o la escuche o le deje libre el computador. Le ha hecho un perfil en Facebook a su hámster. Se llama Ratoncio Adalberto. Ya tiene cincuenta amigos.

Le compraré algunas frutas antes de pasar a buscarla al colegio.

En el camino de vuelta pondrá música pop en su celular y me volverá a preguntar sobre lo que haremos en las vacaciones.

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14 Comentarios

  1. Te felicito Muzam, por lo que tienes, por lo que eres. Desde mi soledad de padre no realizado déjame envidiarte.

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  2. Anónimo30/11/10

    Ay Jorge, cómo me has tocado la fibra más sensible. Empezaré por decirte que alabo el gesto de guardar la ropita de tu niña en un lugar escondido porque dices que la viste jugar de aquella guisa. Te alabo y te envidio porque yo no guardé nada de mi niña. Todo lo fui regalando. A veces me pregunta cuando ve alguna foto con algún vestidito precioso. Mamá, ¿dónde está?. Se me rompe el corazón cuando le digo que no nestá.
    Disfruta de tu niña, no hace falta que te diga que la ames mucho porque la AMAS, con mayúscula. Eres un padre ejemplar, maravilloso padre. Mi niña también me retiraba la mano cuando iba creciendo, no quería sentirse protegida, sentirse más niña. Cómo son los niños, Jorge, de maravillosos, cómo nos enseñan, cómo nos guían, incluso, a veces.
    Disfruta de tu niña. La tendrás siempre a tu lado, aunque se vaya lejos de ti.
    Te felicito.
    Un fuerte abrazo.
    Me ha encantado lo que has escrito.

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  3. Que bonita historia, ojala mi hija hubiese tenido un padre asi, pero en realidad nunca lo tuvo. Disfruta mucho a Abril. Crecen tan rapido. En unos años querra las llaves del auto para irse al cine con las amigas.
    La mia todavia me da la mano, no le da pena. Veremos cuanto me dura el gusto =)

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  4. Se agradecen vuestras palabras, mis amigos. Realmente me dolió mucho el día que ya no quiso que la tomara de la mano. Pero la vida es así, y probablemente yo hice lo mismo a la edad de ella.
    Vi la película "Kiki, la aprendiz de bruja" un par de años antes de que ocurriera este emotivo suceso, y ya entonces temía que llegara ese momento.

    De cualquier forma, en cuanquier tamaño y donde esté, sus sonrisas y sus lágrimas serán siempre las mismas y seguirá siendo mi adorada hija toda mi vida.

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  5. Me hiciste llorar mi niño. Pueden haber tantos buenos padres pero ninguno lo puede expresar con tanto sentimiento como tú Jorgito. Abril es una privilegiada de tener un padre como tú. Protégela mucho, mantente cerca de ella, pero no tanto como para que sienta incapaz o invadida o no se pueda defender sola en la vida. Dale un besito de mi parte a la brujita.

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  6. Otra de las señales de que mi niña ya estaba creciendo y dejando de ser mi bebita, fue cuando no quiso ver más las caricaturas de Winnie the Pooh. Desde entonces, esos videos y dvds permanecen arrumbados y llenándose de polvo. Extraño las melodías de esa serie y a sus personajes. Quizás las vuelva a ver a escondidillas.
    Gracias por tus palabras María Paz. Le daré el besito de tu parte.

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  7. Emotivo, sin dudas.
    Mi padre sintió que su hija había crecido la primera vez que me vio llorar y no me pudo consolar. Al margen de eso siempre caminé de su brazo y el cariño permaneció intacto hasta la adultez.
    Supongo que el crecimiento es distinto para cada caso. Pero no te preocupés que este es el amor más imperecedero del mundo... muta pero jamás muere.

    Un abrazo!

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  8. y pensar que hace poco le escribía yo a Claudio "mándame la dirección de Jorge para que esta Navidad le haga llegar a su hija un regalito, La gata Chundarata y Las Tres Reinas Magas, cuentos infantiles". Pues se me pasó el tiempo, se me acumularon los rollos familiares y Abril ya casi entra en la pubertad. Mariaeu
    p.d. si sale una imagen con este mensaje es la de mi hija Teresa que acaba de usar mi compu

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  9. Anónimo2/2/11

    He vuelto a leer esta relato y has vuelto a emocionarme Jorge. Qué sentimientos más profundos hacia tu "bebita". Tus palabras son un canto de paz y amor. Un canto de libertad y de respeto.

    Qué gran padre eres, Jorge, qué excelente persona.

    Un apretado abrazo.

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  10. Me hizo llorar. Muy tierno y admirable.

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  11. Anónimo6/3/11

    Simplemente hermoso.

    María

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