Mi paraíso perdido

JESÚS CHAMALI -.

Yo no sé si es que los hombres nunca crecemos del todo, o si es mi caso particular, pero cada vez que llega el día de Reyes no puedo evitar que me asalte un poco -o un mucho, la verdad- de añoranza.


¿Qué quieren que les diga? Mi vida nunca más fue igual desde que este día, en vez de los juguetes con los que había soñado durante todo el año, los regalos que me daban empezaron a ser ropa y lo que dan en llamar "cosas útiles". ¡Que gran cabronada eso de las "cosas útiles! ¿Es que nadie les ha enseñado que el día de Reyes es para que los demás te regalen eso que te hace tanta ilusión y tú mismo, por vergüenza, o porque no está bien mirado que uno se gaste dinero en caprichos sin el valor añadido de la utilidad, no te atreves a comprarte durante el resto del año?

De verdad, qué putada es crecer y que te metan en la categoría de "adulto".

Hoy, como homenaje a mi infancia perdida, perdida como aquel paraíso de Milton, me he ocupado en buscar en la red las fotos de algunos de los juguetes que me regalaron mis padres allá por los años 60/70 del pasado siglo (¡Dios mío, escrito así, qué viejo me siento!) para compartirlas con ustedes.


Calidoscopio
Tren a vapor
Tambor de hojalata
Fuerte del Oeste
Pistola de Diego Valor
Coche de policía, hecho de hojalata
Paracaidista
Juego de bolos en madera
Maquina de fotos de plástico y cartón
Trompos, en Canarias. Peonzas para el resto
Vaqueros e indios
Nave espacial
Boliches en Canarias, Canicas en el resto del mundo
Armas de Indio Apache
Pistolas del Oeste

Publicar un comentario

7 Comentarios

  1. Tal como tú, lo que más tuve fueron pistolas y rifles y arcos de flecha y balones de fútbol. Fue suficiente para ser feliz. El resto, me lo fabriqué yo mismo. Los regalos siempre fueron pocos, pero el cariño fue abundante.
    Una evocación entrañable y no exenta de una crítica en retrospectiva.

    Un fuerte abrazo mi querido amigo.

    Simplemente, excelente.

    ResponderEliminar
  2. Que tremenda evocación. Un golpe bajo a la nostalgia. Un disparo a los lagrimales. Grande Jesús.

    ResponderEliminar
  3. Jorge, Claudio, hoy he ido a pasear por las zonas comerciales. Ha sido un ejercicio de pura observación, y la visión de los niños embobados mirando los escaparates llenos de juguetes, de los padres cargados de paquetes y de las tiendas llenas de gente que se veían dedicadas a tratar de llevar un poco de felicidad con unos detalles, a veces simplemente un balón, me hicieron retrotraerme ala época en la que era yo el que vivía este día así.
    Un poco de nostalgia a veces también está bien.
    Un gran abrazo a los dos y mi agradecimiento.

    ResponderEliminar
  4. Ludmila Alonzo5/1/12

    Preciosos recuerdos que hacen de su presente una realidad de ensueños. Gracias por este texto tan personal, tan sentido.

    ResponderEliminar
  5. Mi madre era de las partidarias de regalar cosas útiles pero por suerte mis tías no y por ese lado recibí en Reyes muchos obsequios inolvidables como los que hoy compartis con nosotros. Recuerdo en este instante con mucha emoción y nostalgia un juego de mates de juguete con el di largas rondas con mis osos y muñecas preferidas, también un perro dormilón con almohada incorporada que descansó a los pies de mi cama por años salvándose de mis patadas nocturnas, y un juego de pelota-paleta que me puso a correr como nunca en mi vida.. A medida que escribo recuerdo más.. Qué lindo.. Sé que no tiene sentido trascribir todo eso, mejor dejemos hasta acá me quedo recordando en silencio.
    Preciosa y precisa evocación, muy pertinente. Me encantó pues estoy desde siempre firme en la protesta por perder el derecho a recibir un regalo lúdico en esta fecha por ser "adulta" o "mayor".

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Pienso en qué me queda de aquel entonces. Han pasado al menos 33 años, porque luego jugué con los juguetes de otros, hasta el día de hoy. Solía jugar con mis hijos no tanto para entretenerlos, sino para jugar yo mismo.
    ¿Qué queda?
    Polvo y nostalgia.

    ResponderEliminar
  7. Nuestros amados jugues, nuestros lindos tesoros hacen el paraiso de un niño y de grandes si conservamos algunos hacen a la evocasión y el ensueño. Hermoso entrada, bien ilustrada!

    ResponderEliminar