Nuestros sueños no están escritos en ningún libro


PABLO CINGOLANI -.

El rey de los duros es el guanaco, el monarca invisible de todos los animales. El Señor de la Puna me conmueve ¡Qué ser más feliz! El sabe lo que es resistir 

La madre de todos los guanacos tuvo un sueño: era un cerro. Una montaña, un volcán lleno de fuego, algo así 

¿Ustedes sueñan con montañas? La madre de todos los guanacos, sí 

Esos son sueños incapaces de torcer, son sueños arrasadores, cumplidores, símbolos de victoria –todas las montañas lo son 

En su sueño, Mama Guanaco veía como sus hijos –todos sus hijos- bajaban hacia el mundo, bajaban de ella, de esa señalada montaña al mundo 

Esa montaña hoy tiene un nombre –el pueblo atacameño la bautizó con el suyo propio, y de esa montaña nacieron todos los guanacos que poblaron la tierra. No está escrito en ningún libro, pero es así 

Hubo un tiempo donde no había ni llamas ni alpacas ni vicuñas ni hombres ni libros 

Sólo había unos guanacos hermosos, altísimos, altivos 

Señores del Desierto, tan inquietos, que de bajar y bajar, bajaron tanto que llegaron hasta el Chaco 

Compadres de los jaguares estos guanacos, no había hombres, eran amigos 

Una vez vi uno en el Kaá-Iyá: tal vez fuera Mama Guanaco, tal vez fuera el último.

¿Ustedes sueñan con guanacos? Yo los traigo a que pasten dentro de mí y vamos de travesía por los lados de Vilama. Vamos con los tigres, vamos con los uturuncus. Roque, mi amigo, sabe. El Pepe también. 

Si un día no hubiese más guanacos, los seguiría soñando 

Ya lo anoté: hay sueños tan bellos, hay sueños tan propios, que son invencibles. 

Pablo Cingolani
Río Abajo, 15 de marzo de 2012

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2 Comentarios

  1. Nunca habría pensado en el guanaco con tanto cargo, me sorprendo pero lo encuentro admirable desde ahora en más. Un gustazo leerlo.

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  2. Acostumbrados a mirar esa inmensidad, a sentirse parte de lo que ven sus ojos, a saber que son una parte indisociable de aquel mundo.

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