18.263 días


JESÚS CHAMALI -.

Hoy cumplo medio siglo, o sea, 18.263 días en este mundo. Y no sé si es algo que deba celebrarse. Aunque siento que estos cincuenta años que han ocupado parte de dos siglos han hecho de mi un ser privilegiado.

He visto llegar al hombre a la luna. He vivido la guerra fría -y demasiadas guerras calientes- y he visto la caída del muro de Berlín, aquél que separaba el mundo en dos partes. Hoy también el mundo está separado en dos partes, los que disponen de comida de sobra y los que se mueren de hambre y de sed; y parece que ese muro es mucho más difícil de derribar.

He vivido la revolución tecnológica; de la máquina de escribir al I-pad, pasando por todos los artilugios imaginables de los que ya ni me acuerdo. De la televisión en blanco y negro que sólo tenía dos canales, a la digital con una oferta de canales abrumadora, en 3 dimensiones y que se puede ver en el móvil.

Viví la revolución hippie, con sus melenudos colocados y felices, con sus "paz y amor" y sus psicodelias...y con la policía franquista arrestándolos y aplicándoles la ley de vagos y maleantes. (Próximamente de nuevo en nuestro código penal. ¡No se puede consentir tanta manifestación subversiva pidiendo que no se recorten los derechos sociales, faltaría más!)


Viví la transición y la época de los grandes políticos, y del destape. Curiosa época.

Pasamos del rosario en familia a la masturbación compulsiva. De la misa de las cinco, al cine XXX. De leer "Vidas Ejemplares", a devorar las obras del Marques de Sade...

Por cierto, los curas mentían. Ninguno de nosotros nos quedamos ciegos de tanto darle a "eso"...

Viví la descolonización del Sahara. Bueno, aquello más que una descolonización fue más el cobarde abandono a su suerte de un pueblo que era hasta ese momento parte de España y que diez segundos después de que el último soldado español saliera por patas de allí, entró dando tiros el primer soldado marroquí ocupando a punta de fusil aquel territorio supuestamente descolonizado. Y así hasta ahora, 32 años después.

Viví -con miedo- el golpe de Estado del 23-F, las huelgas generales, insólitas y prohibidas en la España de aquellos años, la llegada de los Socialistas de Felipe González al poder, los crímenes de ETA, la guerra sucia del Gal, a Aznar y su soberbia mentirosa...

Y guerras y más guerras...

Me casé, me divorcié, y entre medio nacieron mis dos hijas.

Sólo por ellas ya vale la pena haber nacido, haber sufrido haber metido tantas veces la pata y haber pasado tantas noches perdido buscándome y buscando respuestas a preguntas que nunca la tuvieron.

Tuve más parejas, claro, y desde hace catorce años convivo con la persona con la que he logrado encontrar un equilibrio afectivo, emocional e intelectual que cada día se renueva.

Quizás sea ese el secreto.

50 años.

Medio siglo.

He trabajado de muchas cosas. He vendido zapatos, ropa, café al mayor, tartas cogeladas...He trabajado en una fábrica de muebles de cocina y en una marmolería. He trabajado de botones y camarero en el hotel de mi padre y de vigilante nocturno en una obra; de contable y de vendedor de productos para animales. He trabajado en una floristería y en un herbolario. He sido asesor en seguros, vendedor de libros, vendedor inmobiliario, gestor de créditos...

He trabajado para una empresa de asesoramiento financiero y como asesor de riesgos en inversiones...

Entre medio leía y leía, y estudiaba todo lo que podía. Mi vida ha sido un continuo aprender porque mi padre me dijo que el hombre que cree saberlo todo ya está cavando su propia tumba.

Y de vez en cuando, escribo para no volverme loco del todo.

Cuando un trabajo se agotaba, a los cinco días ya estaba enganchado en otro. Con la ilusión del aprendiz, pero también con la ilusión de acabar dominándolo. Sin vergüenza por los errores que cometería, es más, dispuesto a cometerlos para aprender cuanto antes de ellos y llegar a ser, si no el mejor, al menos sí un buen profesional.

¿He sido feliz?

A ratos.

Me conformo.

Y cuando no lo soy, ahí están mis recuerdos alegres para reconfortarme y mi esperanza en lo que aprenderé mañana para ilusionarme.

Dicen los médicos que, por mi estado de salud ya estoy, con 50 años, viviendo mi tercera edad debido al estado degenerativo de mi patología.

¿Y qué sabrán ellos?

Yo sé que hoy es hoy, y que el mañana ya vendrá.

Publicado simultáneamente en el Blog del autor "El rincón de Chamali"

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7 Comentarios

  1. Anónimo2/6/12

    La conciencia de su propia existencia es el mejor obsequio que puede hacerse a si mismo en este medio siglo de vida, Jesús.
    Hermoso y emotivo escrito.

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  2. Un visión de época, panorámica, que involucra todo lo que le ha ocurrido al mundo y a ti al mismo tiempo. Soberbio escrito. Felicitaciones.

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  3. Vitalismo puro, amigo Jesús. Un recuento que tiene el valor de una gran novela de época.
    Has sido testigo, actor y víctima de una época convulsionada. En tu recorrido encontraste afecto y comprensión, adquiriste conciencia a temprana edad de las contradicciones y paradojas de la existencia, te desengañaste, pero dejaste la puerta abierta a posibles nuevas ilusiones que refuercen el sentido de los días venideros.
    Se te quiere y admira mi gran amigo. Felicidades y mis mejores deseos para lo que resta y suma.

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  4. En mi familia se cree que todos los cumpleaños deben festejarse con bombos y platillos, más aún los que marcan un quiebre como el tuyo. Es una tradición que suelo encontrar fastidiosa y absurda. Sin embargo, visto desde la perspectiva que presentás en este texto, sabiendo pareciar el haber visto y sobrevivió a tantos acontecimientos trascendentes, me parece que el festejo no está de más. Siempre me lo dicen, siempre esperan que cambie de actitud y lo valore, es cuando leo posturas como estas cuando pienso y está bueno.. debería celebrarME.

    Te leo y te celebro, te leo y te envío un gran abrazo y mis mejores deseos!!

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  5. Raúl de la Puente4/6/12

    Felicitaciones Jesús. De la máquina de escribir al ipad si que hay un buen salto. Una sabia mirada a nuestro tiempo.

    Saludos

    Raúl

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  6. Queridos amigos Sofía, Ashraf, Muzam, Lorena y Raúl: muchas gracias por celebrar conmigo mi primer medio siglo. Yo tampoco, Lorena, soy de celebraciones, pero este año me apetecía hacerlo; más que por el guarismo, por llevar la contraria a quienes dicen que ya a esta edad poco hay que celebrar. Yo me siento un privilegiado por todo lo que he visto y estoy ilusionado y ansioso por ser espectador de todo lo que sé que vendrá.
    Y espero verlo al lado de amigos tan buenos como ustedes.
    un abrazo a todos.

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  7. Démonos el gusto de que cada día que nos queda sea una gran celebración, que lo comido y lo bailado no nos lo quitará ninguna manga de corruptos.

    Salud y larga vida mi amigo.

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