El cantor mudo

EDUARDO MOLARO -.

/ Del Atlas Desmemoriado del Partido de Lanús

El barrio de Villa Obrera tenía mucho de melancolía, de guapos y malandras. Ante un escenario de esa naturaleza no podía faltar el tango.

Pedro del Mar era el nombre artístico de un auténtico cantor de tangos de la calle Oyuelas.

Su verdadero nombre era Pedro del Mar López y en su juventud supo tener una potente voz de barítono. Pero la verdadera repercusión la obtuvo en edad madura.

Todo comenzó cuando en la costanera de Quílmes se le ocurrió bostezar durante una sudestada que lo dejó mudo. A partir de allí, jamás logró articular una palabra.

Pero como todo artista que se precie de tal, Pedro no se resignó a los caprichos de esa suerte. Consultó a Foniatras, otorrinolaringólogos, curanderas y vendedores de miel sin mayores resultados. También se hizo acompañar por algún guitarrista amigo para ver si - a fuerza de gesticular – le salía alguna palabra. Pero nada de eso ocurrió.

Sin embargo, en una de sus intentonas en el bar de la esquina lo vio German Lichtiz, ¨ el rusito ¨, conocido macaneador del ambiente artístico quien, según dicen, se quedó conmovido por la interpretación del tango ¨ Silencio ¨.

Al parecer, Pedro, con sus gestos, le puso a cada palabra una carga dramática que emocionó al representante, que –todavía conmovido - decidió contratar al artista.

Al principio, todos pensaron que se trataba de una broma, pero Lichtiz no era de bromear en cuestiones de dinero.

Fue de esa manera que Pedro del mar inauguró un nuevo género en la música popular: El canto gestual.

A partir de aquel descubrimiento llegaron sus éxitos. Actuó en prestigiosos teatros de la Capital y de países limítrofes.

Grupos izquierdistas veían en Pedro un símbolo: ¨ la voz de los que no tienen voz ¨, decían apasionados.

Pedro tomó clases de teatro y mimo, demostrando su dedicación y perfeccionamiento constante. También demostró su carácter solidario al actuar en festivales a beneficio.

Sin dudas, todos recuerdan su gloriosa actuación en la escuela de sordomudos, donde fue aplaudido y llevado en andas por los alumnos.

Tiempo más tarde, tentado por un editor ambicioso, publicó su libro ¨ La mímica del Tango ¨, con mediana repercusión.

Pero Pedro era un muchacho sencillo y a veces volvía a su barrio a tomarse un café en el bar que lo vio renacer como artista.

Allí los parroquianos le pedían que se cantara un tanguito :

- Pedro!...hacete ¨ Mano a mano ¨

- Dále, Pedrito!...cantate ¨ Volvió una noche ¨

Pedro hacía gesto de no venir preparado, de no tener una guitarra a mano. Pero sus admiradores insistían :

- Dále, Pedro!...estamo´ entre amigos..!...Cantá a capela !!

Y Pedro les regalaba un par de tangos cantados con el cuerpo y sin acompañamiento de guitarras, demostrando así su capacidad interpretativa.

Pero luego de un par de años de éxitos, su estrella comenzó a declinar. La imposibilidad de difundir sus trabajos a través de la radio, la aparición de cantores comunes pero más jóvenes, y algunos problemas de salud, fueron debilitando su carrera artística.

Ya los críticos no lo elogiaban como antes. Incluso algunos lo acusaban de haber hecho ¨ play-back ¨ en algunas de sus presentaciones.

Un día Pedro desapareció para siempre.

Algunos aseguran haberlo visto tras el maquillaje de un mimo en la calle Florida; otros sospechan que el muñeco que utiliza el ventrílocuo del Circo ¨ Hermanos Rodríguez ¨, es el mismísimo Pedro del Mar.

Pero la verdad es que nadie puede confirmar esos rumores.

El brujo Maciel, conocido hechicero de la calle Ituzaingó, tiene serios motivos para asegurar que la sombra que uno refleja en la esquina de Pico y 9 de julio es la del fantasma de Pedro haciendo morisquetas desde su condición espectral.

Los muchachos del barrio poético apoyan esta creencia, mitad por sentimentalismo y mitad porque Maciel ya tiene demasiados detractores.

El barrio fue pariendo nuevos cantores, buenos, regulares y malos. Pero ninguno pudo - ni se atrevió a - reemplazar la enorme figura de Pedro del Mar.

Algunos intentaron, sin embargo, incorporar gestos dentro de su interpretación, pero no habían nacido para eso. La mayoría de sus intervenciones parecían sobreactuadas y patéticas.

Una noche sin luna, Marcial Morales volvía de un bailongo. Fiel a su Costumbre, se detuvo en la esquina de siempre a fumar un cigarrillo y a esperar la llegada de algún amigo. Cuentan que se puso a silbar una milonga y que la sombra de un árbol se meneaba con la melodía.

Desconfiando de los efectos que la ginebra suele producir en los sentidos, Marcial silbó una chacarera como para asegurarse. El resultado no pudo ser más inquietante: la sombra de árbol cambió su postura y ritmo; incluso sus ramas parecían imitar el movimiento de un pañuelo al aire.

Marcial salió corriendo.

Jamás se supo si sus amigos le creyeron. Lo cierto es que, desde aquella noche, se empezaron a reunir en otra esquina.

No era cuestión de tentar a la suerte. Aquél árbol llevaba grabado un corazón con el nombre de Pedro y el de su primer y único amor: Estela, la finadita de la calle Montevideo.

Imagen: Gebú

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9 Comentarios

  1. Sabroso. Hilarante. Ingenioso. Escrito impecablemente. Felicitaciones, amigo Edu.

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  2. Anónimo5/10/12

    El personaje como lo pinta es muy representativo, un porteñazo total.
    Está muy bueno, espero leer sobre más personajes que me recuerden mis paseos por Buenos Aires.

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  3. Raúl de la Puente6/10/12

    Inteligente y divertida historia. Parece más real que descabellado. Muy bueno.

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  4. Un atlas desmemoriado para curar el olvido? No sé si ese sea el fin con el que fue creado pero es uno de sus efectos al leerlo. Gracias por esta mágica transcripción y por darnos a conocer tan peculiares personajes. Se espera con ansias su continuidad Edu.

    Un abrazo cargado de admiración y afecto :)

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  5. JORGE: Muchas gracias por tu generosa amistad y por difundir mis delirios.
    SOFÍA: Agradezco infinitamente que me hayas leído.
    RAÚL: Te estoy muy agradecido. Digamos que el personaje bien podría ser prodcuto de una descabellada realidad.
    LORE: Es un hermoso oximoron eso del ¨ Atlas desmemoriado para curar el olvido ¨. Es un hermoso privilegio leerte y ser leído por vos, bella niña.
    Prometo presentarles algunos personajes más de este mundo casi disparatado.
    Son todos muy generosos.
    Edu

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  6. Te quedó copado!! Me reencantó. Espero continuación.

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  7. Muy entretenido relato.Me imagino que tendrás una galería de personajes con sus propias historias cada uno.Las esperaremos con ansias.
    Sólo por curiosidad,¿por qué poeta maldito?

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  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  9. ALE: Muchas gracias!
    LUIS: Perdón por la demora en responder. Gracias por esperar nuevos personajes. Es un hermoso deseo para este humilde narrador. Con respecto a lo de Poeta Maldito, es acaso un ¨berretín cósmico ¨poder alcanzar la talla de aquellos cofrades como Baudelaire, Poe, Rimbaud...pero yo no tengo presupuestado morir tan joven!
    Un abrazo enorme para todos!

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