El extraño caso de la visita de la selección chilena a la ciudad de Lanús

EDUARDO MOLARO -.

/ Del Atlas Desmemoriado del Partido de Lanús.


Corría el año 1976 y la Selección chilena de fútbol visitaba la República Argentina inciando una breve gira preparatoria para el Mundial 78.


Hasta allí el hecho histórico y comprobable. Lo que las crónicas oficiales no consignaron fue lo ocurrido la misma noche en la que el equipo trasandino arribó a Buenos Aires.

Una vez llegados al Aeropuerto, subieron a un micro. Éste debía llevarlos hasta el hotel, a sólo media hora de viaje de la aeroestación. El bus era conducido por un chofer chileno radicado en Argentina llamado Gaspar Viñedos. A partir de allí, el calvario.

Gaspar desvió el recorrido del autobús y, sin que nadie lo advirtiera, lo dirigió hacia Lanús, lugar donde residía el chofer. Nunca nadie logró comprender si aquella maniobra obedecía a una distracción de Gaspar o a su apego a la ginebra. Otros, los más radicalizados, atribuyen esa acción a precisas directivas de los "Hechiceros de la Calle Posadas", quienes planearon aquel secuestro seguido vaya a saber qué oscuros mandatos oraculares.

El micro se detuvo dentro de la Villa "Los Ceibos", lugar reconocido más por el prontuario de sus habitantes que por el curriculum de los mismos. Los jugadores chilenos, entre dormidos y azorados, comenzaron a descender. Allí fueron recibidos por Chingolo, líder natural de aquel suburbio, un hombre de enorme contextura física y dueño de un singular aliento a vino de rancio abolengo.

Luego de esta fría pero ceremoniosa recepción, fueron introducidos en las instalaciones del Club Los Ceibos donde fueron sometidos al ritual de iniciación: los cagaron a trompadas.

Luego de la fraternal y multitudinaria bienvenida, los futbolistas fueron agasajados con un extraordinario asado. Los chilenos no salían de su estupor, pero el sabroso perfume de una buena carne asada los fue seduciendo inexorablemente. Algunos, los más desconfiados, se resistieron un poco. Incluso algunos taparon sus narices y quisieron atarse al volante del ómnibus para no ser atrapados por el bello canto de unas achuras gimiendo sobre la parrilla.

Dicen que luego de aquel festín los futbolistas chilenos fueron invitados a una descomunal orgía. Para confirmar estos datos nos introdujimos en las páginas del Dr. Alberto Carlos Bustos, médico especialista en patología mamaria y a la vez historiador de acontecimientos sexuales lanusenses.

En su anuario de Orgías "NO voy a irme en tu boca", el galeno contaba lo siguiente:


"… el famoso marcador de punta chileno no se hizo rogar. Aquella noche se unió a seis nativas del lugar. Entrada la mañana, no había manera de despertarlo y de extirparle la perversa sonrisa que habitaba en su rostro.

(…) El centrodelantero tuvo una perfomance inferior a la de su compañero, aunque dejó para la estadística el haberse revolcado con 1 morena, 1 rubia y – luego de varias damajuanas de vino – con una dama dudosa, más parecida al Fullback centro de su equipo que a una modelo publicitaria.

(…) El intendente de la ciudad, enterado de la importante visita, se hizo presente en el lugar. Lejos de apaciguar los febriles ánimos, el alcalde se unió a la singular pluralidad de aquella orgía.

No logramos consignar la perfomance amatoria del funcionario, pero algunos asesores malidicentes aseguraron que el intendente no pudo sentarse durante varios días".



Hasta aquí el Dr. Bustos y sus afiebradas crónicas. Pero luego de la bacanal y por idea de Chingolo – ferviente hincha del Club Atlético Lanús - los jugadores chilenos fueron arriados hasta el estadio de la entidad granate. Allí se enfrentaron al primer equipo de Lanús (en ese entonces en la segunda división, pero a punto de lograr el ascenso).

Aún enmohecidos por el ajetreo amatorio y por el alcohol, los futbolistas chilenos apenas pudieron vestirse con la indumentaria tradicional. Dicen que al famoso marcador de punta debieron prácticamente lincharlo para quitarlo de los brazos de Griselda, la más afamada prostituta de la zona.

Aquel día glorioso Lanús le ganó a la Selección chilena 17 a 0, con 9 goles de Juan Carlos "EL Tanque" Nani, 3 de Epifanio y 5 del famoso marcador de punta chileno que todavía seguía borracho y más alzado que "nieto nuevo".

Aquello pudo ser una catástrofe diplomática, pero merced a la buena relación entre los sangrientos dictadores de ambos países esta historia – y el desastroso resultado - no aparece en ninguna crónica de la época.

Finalmente, los futbolistas chilenos regresaron a su país luego de suspender definitivamente la gira.

También se dice que las autoridades argentinas no quedaron muy contentas con los hechos y fue así que el gobierno mandó a un Grupo de Tareas a la Villa Los Ceibos para erradicar a ese "germen de incivilización". Pero los "patoteros oficiales" que llegaron al lugar aseguraron haberse encontrado con un hermoso barrio de chalets familiares, habitados en gran parte por buenos "ciudadanos occidentales y cristianos".

Los pibes de la Barra Melancólica atribuyen aquel prodigio a un oportuno engaño de los Hechiceros de la Calle Posadas.

Y tanto es así que dos días después los habitantes de Los Ceibos demolieron aquella indecorosa fachada progresista y volvieron a darle a su barriada ese aire metafísicamente orillero de monárquicos lúmpenes.

Y en aquel sitio todavía se recuerda con mucha alegría aquella demolición y el hecho de haber visto que, entre los que tiraban las paredes a patadas, estaba el famoso marcador de punta chileno, hoy ciudadano ilustre de la ciudad debido a su enorme contribución al ascenso demográfico del partido de Lanús.

Quienes se aventuren a pasar por allí, a lo mejor tengan la suerte de verlo persiguiendo todavía a alguna bella muchacha que tenga la osadía de pasar cerca de la línea de cal del lateral izquierdo de la Villa.

Créanme! Es muy problable que la niña se deje alcanzar.


Nota: Los equipos técnicos de Plumas Hispanoamericanas están trabajando afanosamente para encontrar la instantánea de este encuentro. Por mientras, una imagen de un encuentro posterior.

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11 Comentarios

  1. Me pregunto si ese intendente habrá tomado recurrentes vacaciones posteriores a Chile.

    Por cierto que entonces, nuestras dictaduras escondían estos incidentes para evitar las habladurías.

    Ese chofer alcohólico, esos desvíos nunca aclarados, y los sabios de Lanús, torciendo titiritescamente los destinos para evitar malos ratos.

    Qué interesante sería conocer los archivos del Doctor Bustos.

    Sabrosa crónica, amigo Eduardo. Una contribucion a la historia más pura, esa que los académicos son incapaces de entender y menos plasmar.

    Un abraso fraterno

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  2. Raúl de la Puente16/10/12

    Cómo nos pudieron dar de trompadas así como así. Con lo bravos que son los chilenos.
    Hoy nos vemos las caras.

    Saludos Eduardo. Buena historia.

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  3. JORGE: Me encanta cómo le encuentra usted más belleza que la que yo he puesto. Estoy seguro de que ese intendente fue embajador en chile.
    RAÚL: No lo tome como una afrenta a saldar, querido amigo. Allí en Los Ceibos la paliza era una cosa inexorable que no obedecía a nacionalidad alguna. Y es cierto...hoy nos veremos las caras. espero que sea en paz. Sólo es fútbol. Gracias por comentar seguido, querido Raúl

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  4. Ave María, ese intendente. En fin, por qué tendría que meterme en su vida privada.

    Como sea, es un buen apronte para esta noche. Espero que nos goleemos 6 a 6 por lo menos, y que expulsen a tres por lado, y que el resto se de de trompadas, al estilo de El Club de la pelea.

    Saludos amigo Edu.

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  5. Su idea es brillante. Tendríamos una bella escena de pugilato y gozaríamos de dos deportes. Sólo espero que para la sección orgía de tercer tiempo presente usted a ese equipo del que me hizo referencia en otro sitio.

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  6. El tercer tiempo debemos reformularlo. Nuestra antigua barra brava se ha casado, se ha vuelto aspiracionista, no duerme en las noches pensando en cómo pagar el LCD gigante, ha entrado al Evangelio para que le apuren las causas terrestres, usan bombachas más grandes, han aumentado su registro de groserías, y algunas hasta maldicen ese pasado feliz, precisamente porque no pueden recobrarlo.

    Creo que mejor nos matamos a chelazos hasta el amanecer, amigo Edu.

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  7. Ese aire orillero. Qué lindo suena Eduardo.

    Muzam, creo que se equivoca. Con los años las cosas decantan y las chicas bravas funcionamos mucho mejor.

    Saludos

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  8. Luisa Alonzo17/10/12

    Pero cómo un chileno toma ginebra. Eso es como para quitarle la nacionalidad.
    Un chileno de bien se emoborracha con pisco o pipeño.

    Divertido. Saludos

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  9. Anónimo17/10/12

    Sus entretenidos mitos me alegran la tarde, me encantan! Saludos

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  10. Increíbles las ocurrencias de los hichas de un club. Los considerados "cuadros chicos" son lo que tienen mayor cantidad de mitos y hazañas que podrían componer libros en fascículos.
    El amor por la camiseta es pasión, un argentino ama su club nacional pero más aún el de sus domingos y/o sábados, el que sigue a lo largo del campeonato esperando no caiga o alcance la gloria.
    Justifico y avalo el accionar de estos muchachos de Lanús porque conozco los alcances de la pasión futbolera.

    Muy divertido, un abrazo.

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  11. JORGE: lamento tanto la deserción de tan digna cabecilla. Pero tendré en cuenta su lúdica propuesta!
    ALEJANDRA: Muchas gracias, generosa amiga! Vaya decantando que la serenata es larga!
    LUISA: Gaspar se desnacionalizó etílicamente él solito. A falta de Pisco en esos arrabales, bien le sentó la ginebra.Muchas gracias!
    SOFÍA: A mi me alegra leer su comentario. Su alegría es mi sueldo esencial.
    LORE: Bella amiga! Celebro su complicidad y apoyo por estas causas nobles. Con usted toda revolución es posible.¡ Hasta la Victoria Secret!

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