Balada de los desiertos (Homenaje al pueblo Chipaya)


Por Pablo Cingolani

En el silencio más hondo de la Tierra, sigues hablando con los peces ciegos que te cuentan de los abismos de Andamarca
En la distancia y el eriazo más sideral, así lo sueñes nomás, sigues navegando esas aguas que te llevan hasta Ukpata, Panza y Qallapacha, las islas de tus rituales
Donde todo el fervor del cosmos es la extensión y la carne de tu voz desgarrada
Donde cada piedra clama y cada piedra estalla de tanto clamor
Donde la trenza-imán de tus mujeres nos ata a esas verdades de un mundo, a esas verdades
Que por más ausentes que parezcan, jamás pueden ser olvidadas, jamás deberían serlo

Una vez, en las pampas de Aullagas, hallamos un bote ebrio, tatuado en la arena
¿Acaso era espejismo? Dudamos ¿Acaso el lago Poopó no estaba tan seco de recuerdos y tan oxidado por la minería que ya daba pena?
Pero era tu bote, hermano chipaya. Eran tus velas blancas que el viento azotó para que las viéramos
Y vos viniste, a buscarlo
Y desde aquella vez y estaba el Guille a mi lado y con la cámara
Juntos nos fuimos a naufragar hacia el destino. Juntos seguimos
Cada cual con el pan ajeno de la tragedia y las crudas huellas de su propio espanto

A veces quise volver allí, volver a encontrarte, pero sabía que no estarías, por eso me atajé, por eso me até como Ulises
No sea que las sirenas del fin de un mundo, de un lago agónico, un mar adentro de absurdos cuarzos, terminen por escribirnos el epitafio en la luna herida de nuestros ajayus

Cuando te encontramos andariego por los lados del Sajama, comprendimos todo
Es preferible la sed a morir, es mejor agasajarla a no estar
Y brindamos con polvo en la mirada, y nos emborrachamos de travesía y humareda
Y nunca más nos cruzamos, ni nos miramos a los ojos, porque ya no había porqué.



Pablo Cingolani
Río Abajo, 12 de marzo de 2013 y ecos de Jaime Sáenz, y ecos de Djuna Barnes

Fotografía: Lago Poopó, Bolivia.

Publicar un comentario

4 Comentarios

  1. Sueño con ese silencio.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo19/4/13

    Es uno de los escritos que más me han gustado de Pablo.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo19/4/13

    prosa poética la de Pablo Cingolani; lo leo con mucho interés. La imagen del abismo, tan telúrica y boliviana, de "los ríos profundos", de los picos imposibles, es muy de Pablo, aunque escriba más sobre la selva amazónica. El telurismo es signo distintivo de la literatura sudamericana, dijo el suizo Rudolph Grossman.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo19/4/13

      los paisajes de Pablo, sus picos, ríos profundos, y selvas, son gentes, personas a los que él ha conocido; no voy a decir explorado porque Pablo se sabe mantener a distancia y respetar a la persona, no pretende "saberla". Cada vez que habla de alguien a quien conoce me da la impresión de que habla de un ser lejano, incluso de que habla de un ser muerto. Pablo vive enre los muertos. Es una convicción que tengo, extraña, un pálpito.

      Eliminar