Poelítica del culo


JUAN CARLOS ARÓSTEGUI UNZUETA

a los poderosos de la nada,
a los valeverguistas,
y a las bellas malvestidas


Estoy con la depre,
en este puto existir donde a veces el mundo se endura y se encementa
y los entes pasan sin sentir nada bajo este cielo que dicen que es azul
y nadie me da bola porque ignoran,
los muy pelotudos,
que estoy decidido a ser el men de la cosa,
el macho, el ducho, el propio,
que algún día hará una flor de campaña hacia el triunfo
para darle envergadura a la firma,
que algún día dará empleo a los que sepan halagar, corchear,
aguantar este despotismo que ya se me sale por los agujeros del cuerpo
como un serote rebelde e insoportable que quiere el poder, 
yes men,
sí mi woman,
el poder político,
el inodoro para mi solito,
para cagar sin que nadie me joda las horas que quiera,
para tener la llave del defecadero y ser amo, señor y dueño de la cadena,
porque tengo planes de convertirme en político,
pero un puto político, no un político simple, sino un político cochino,
con todas las bolas para entregar mi alma al diablo,
sí,
con tal de no pertenecer a esta horda de chapas lameculos grasientos
que lo único que sienten es vergüenza y puro temor,
chapas de mierda que tendrán que hacer cola y pedir audiencia para hablarme
y exponerme sus necesidades pensando que soy un Dios,
un cirujano noble que les extirpará los granos de su jodida existencia,
sí, dos veces sí,
seré de los grandes, de los maquiavélicos,
de los que verdaderamente agarran el poder porque no le temen al poder
y no tienen miedo de corromperse con el poder
y se limpian el orto con la doctrina, con la moral
y con toda la sarta de mierdas, de principios y de idealismos vanos,
para ser de la comparsa de los que saben vivir la vida,
de los que andan con su séquito de lameculos,
con su séquito de hemorroides privadas, como si hubieran  nacido con ellos,
y con más de una amante,
con más de una putita dispuesta a todos los sacrificios
a cambio de un vestido, de un collar, de una retribución, de un pago,
de un favor político, de un favor que emana del poder,
con un harem, así es,
que incluye varias changuitas,
así de ilegal, pero adoro lo ilegal, que putas,
porque la legalidad es para los esclavos, para el pueblo,
yo volaré más allá de esas superfluosidades, de esos cielos tontos,
aunque lastimosamente por ahora, debo asumir mi realidad
y aceptar que sólo soy un pedazo de mierda y nada más,
un tercermundista que sobrevive muy triste en el culo del mundo
porque la puta verdad es que nací sin cuna, sin apellido y largao,
y me han mandado aterrizar en puerto Bolivia,
jodido lugar, de una perversa realidad,
de tipos duros con almas de metal
que sin afectarse ven morir y destriparse a la pobre plebe,
a la larga fila de cagados y recagados
que no saben como cargar la crisis, como bardearla,
como deshacerse de esa enorme joroba
prendida en calidad de garrapata excitada
que a veces parece que nunca secará
y caerá para dar paso a un buen par de alas,
esas alas tan esperadas que nunca llegan,
así que no tengo otra salida que pararme en una esquina
a llorar la gota gorda que ha rebalsado las entrañas de mi destino
porque nadie se da cuenta del dolor de mi alma
y no hay perro que me ladre ni vulgo que me mime
ni madre, ni amigos, ni siquiera una puta que me mienta y me diga
y yo me crea y sueñe que me aman,
con estas ansias de volar frustradas,
sin poder elevar el ancla de la barca de la ilusión,
preso de un par de zapatos de pasos lentos
que para nada son de esta dimensión,
con la poesía clavada en la planta cual excremento de perro
queriendo ladrar algunos versos,
odiándome por ser un poeta a pesar de todo, a pesar de mi mal gusto,
de mi asquerosa semántica, de mi mal aliento, de mi prepucio infantil,
de complicarme irremediablemente la existencia
por cualquier boludés durante el día, como ahora,
que vi a las madres mendigas castigar la axila horas y horas
ante los transeúntes impávidos
mientras sus guaguas chupaban sus tetas vacías,
para mí…
hermosos monumentos que embriagan y conmueven
mis improductivos genes artísticos
mientras escucho a pulcros y respetables caballeros
de traje, corbata y medias de seda formales,
pasar puteando disimuladamente por la mala imagen de esa película
que viene ensombreciendo hace varios años ya, a la ciudad,
justo en éstas épocas de vísperas navideñas,
y quisiera haber sido alguien importante para poder haber ordenado,
¡saquen de aquí a estos mendigos!,
y por favor,
constrúyanles un albergue que yo pago,
o mejor, que yo lo decreto,
claro, porque debe ser muy churo, muy de la puta,
mandar a millones de huevones
que hagan lo que a uno le da la gana por decreto,
¡pero que lo parió!,
para eso hay que ser primero político consagrado, oleado y sacramentado,
y bueno, hay que inscribirse y no desesperar,
que si se tiene que dar, algún día se dará, y ya,
habrá oportunidad también de repartir saludos de excelentísimo
para impregnar a las huestes partidarias con mi aroma democrático,
equilibrando esta humanidad endiosada  
en el borde de la olla que hierve y que cuece el caldo del poder,
entregando el culín, ni modo,
a las exigencias putificadoras que me impondrán un deber ser
de acuerdo a mi rango de homosapiens políticus,
sin permitirme el derecho a la réplica u opinión,
así es,
porque si uno en tales circunstancias dice más de lo permitido,
caga, y es despedido
así que hay que aceptar las ordenes sin chistar,
  sin pensar, sin dubitar, sin asquearse por nada, venciendo la moral y el vómito  
y así entrar a formar parte de la tristemente célebre lista de masacradores
que han impuesto en algún momento de la marcha patria el orden, la ley,
la normalidad, la credibilidad, la seguridad jurídica y otros etcéteras
que empujan el gatillo
para que se pueda saciar el apetito de sangre de la historia
con el sacrificio de los más débiles
con la inmolación de los ciudadanos-pollos
que esperan que suene el pito para saltar al vacío del deber ser
y proporcionar la catarsis a los televidentes
que exigen diariamente su pedazo de circo
como el bebé que espera su chupón por las mañanas,
y así anda el mundo, con hijos como nosotros,
que nacemos, chupamos teta, gateamos y a los 18  tenemos que ir a votar
porque nos hemos convertido en seres con derecho a expresión y voto
que no es otra cosa que un saludo a la gran bandera del mamaso
porque en realidad no decidimos nada
y somos y probablemente siempre seremos ciudadanos-insectos,
de menor categoría aún que los ciudadanos-pollos,
a quienes siquiera se les ha reservado un pequeño espacio en los medios,
quienes serán siquiera parte de una lista,
en cambio nosotros, ¡no!,
se nos ha educado para no reclamar y soportar
y cada cierto lapso de tiempo votar nuestras angustias en un ánfora
bajo la promesa de que viviremos y pereceremos en democracia,
pero simplemente para llenar un diminuto huequito en el muro,
así de jodido, conformarse con ser un poro en el gran cuero de un lagarto,
obligados ha alimentar a la cerda burocracia,
ésta chancha de múltiples tetas y no menos vaginas
que se ha dedicado a parir sin pausa y sin fin a muchos chanchitos y chanchitas
que después con el tiempo se convertirán en burócratas
que vivirán engordando, pajeándose y revolcándose en sus chiqueros,
sí,
la putocracia boliviana,
con más de 180 años de práctica en bloqueo coimeocrático,
 en la estrategia de hacer cagar al desprotegido y poner trabas eternas
al futuro, rezando el credo diario del vuélvase mañana,
con funcionarios puestos a dedo que escupen al pueblo,
pero eso sí, maestros para la venía al jefe,
que bajonearían a cualquier contorsionista
cuando se trata de mostrar flexibilidad en la  moral y en la ética,
que más, ¡que más!,
estamos hablando del arte nacional boliviano del lameculismo y del compadrerío
que hacen de nuestra pobre Constitución Política del Estado
una domestica abusada, una india violada, un campesino explotado,
un indio esclavizado, un ciudadano podrido con la democracia,
demostrando mil y una veces
que a la pobrecita Constitución cualquiera le puede torcer el pescuezo,
hasta un enclenque decreto, es más, hasta una resolución administrativa,
sí,
los reglamentos, decretillos y las resolucioncillas administrativas, 
verdadero alcahueterío de los aduaneros de esta falsa democracia,
de los que están  a cargo de administrar nuestros derechos,
tu derecho, mi derecho,
y me duele el culo al decirlo,
pero posiblemente los derechos de mis pobres vástagos,
así es,
y te dicen que debes contentarte
porque la alternativa es la violencia de las dictaduras,
pero no,
no es tanto así como que no hay violencia en democracia,
que lo parió, si hay violencia, la violencia continúa,
sólo que es una violencia camuflada,
de un país oculto, que no se ve,
lleno de pus, de corrupción, de pactos oscuros,
violencia de la que se libra sólo un 10 por ciento de la patria,
ese 10 por ciento que hace la ley, que maneja la ley, que impone la ley,
y que constantemente también se caga en la ley,
y si no estas de acuerdo, no hay problema,
puedes  utilizar tal o cual recurso legal,
claro que cada recurso es prácticamente un calvario
aparte de ese otro gran calvario que es la legalidad,
que en el fondo es algo así como una mina amable,
pero que cuando le sale la verdadera personalidad
te derrumba y te aplica la llave crecen
y si sigues jodiendo
manda a sus primos para que te masacren sin piedad,
te corten las piernas, te saquen las uñas, te meen, te escupan,
y luego sean perdonados y disculpados
por alguna comisión internacional de la verdad o alguna cagada similar,
y llegas a la conclusión final de que sólo los estúpidos
creen en la igualdad y en los derechos humanos,
entonces, no te queda otra que desilusionarte
y empezar a venderte al mejor postor
y empezar a hacer campaña tratando de apostar a ganador,
al que va primero en las encuestas,
porque ahora, a la ideología se la ha cambiado por la estadística,
¿y qué se puede hacer?,
es la única salida para dejar de ser ese sujetillo eternamente pobre
que cada vez esta más viejo,
con peligro de consolidarse en el eterno mendigo que juro nunca ser,
aunque, ¿quien es el que se cree rico?,
quizá aquel estúpido o estúpida que se masturba con los billetes
o aquel,
que se siente amado y que cree que nunca le han puesto un cuerno
porque es un sujeto de éxito que vale la pena respetar y conservar,
o ese otro,
que es interminablemente cogido, mamado y esquilmado en los puteritos
camuflados por madres adolescentes que no tienen otra que alquilar,
o ese,
al que le brota por la frente sangre de Caín
y siempre esta traicionando a sus hermanos para subir un poco más en la escalera,
o ese,
que cumple su misión recordándote tus traspiés desde su sillón de oro,
el empresario de la fe, castrándote lentamente la felicidad
con su tic tac tic tac paranoico de inventor del pecado,
de abanderado de la verdad, de poseedor del sumo,
que se yo, del finito y del infinito,
o aquel otro,
el sujeto que es el abanderado del desarrollo,
el que impone y controla los modelos, los tiempos, los horarios,
y que te tiene atado a una deuda externa y eterna
debido a que han financiado con tu existencia y tu futuro
el presupuesto de los verdugos que han matado a tu abuelo y a tu padre,
convirtiéndote a ti,
por los gajes del oficio de haber nacido
en una parte de lo que se llama el tercer mundo,
en una hipoteca viva de las muchas masacres históricas,
y que por tal hecho, inspirado en su calidad de acreedor eterno
te  indica y esta más que seguro que lo hará por siempre,
qué es lo que te debe gustar,
qué es lo que no te debe gustar,
qué es lo que debes hacer
y qué es lo que no debes hacer,
cuándo debes considerarte útil,
cuándo debes descansar,
cuándo debes sacrificarte,
cuándo debes ser responsable,
incluso, cuándo debes sentirte libre,
pero que no te indica cuando debes dejar de ser el orto del mundo,
y así, cansado por la cantaleta diaria, la diaria carga existencial
de asumir el peso de las cosas que existen y no existen,
no te queda otra salida que aceptarte
como un pedazo de soledad con cédula de identidad que respira y deambula
en todo este ir y venir de sentires y deberes de cosa,
de ente social, de ciudadano por así decir,
mientras desde una cruz un poeta te ve
y sufre porque lo han usado a él también para convencerte
de colocarte las alas malas, las de fierro,
y tus alas buenas, las de plumas,
están en la estantería porque has claudicado
y te has rendido a la esclavizante idea de que el verdadero Dios es el dinero,
que jodido, el money, así que para conseguirlo
y poder llevar a Dios en el bolsillo, debes actuar, debes convertirte,
debes aceptar ser un buen chico,
un ladrillito obediente y nada reclamón
que se asume y asume esta puta realidad cantando el himno del japy berdey,
un boy que no reclama, que tiene un good empleo,
que ya no aplaude los actos anárquicos,
que ha abandonado la rebeldía y cree firmemente en el pacto social
o en la alianza de clases y en toda esa careteada
y en un montón de huevadas más,
que tantas veces, honestamente hablando,
te han provocado ganas de buitrear cuando andabas con armadura de guerrero,
y quisieras entonces, pero no puedes,
mandar toda esta pose al carajo para volver a ser un rayado, una cebra,
y decir, quiero mandar todo a la mierda, quiero abrirlo todo,
regalarlo todo, desligarme de todas las etiquetas que en el fondo son nada,
y decir, y gritar muy embroncado,
¡métanse el empleo, los ahorros, la realidad, la verdad,
la sociedad, los horarios, los códigos,
el gas, el litio, la goma, el estaño, el petróleo,
incluso el mar,
por el culo!,
¡sí!, me encanta, es más, me enorgullece ser un enclaustrado,
y si quieren sentirse aún más poderosos,
cubran el cielo con un inmenso nailon negro y tapen el sol,
y si queda todavía oro y plata en Potosí, llévenselo,
y critiquen sin problemas mi idiosincrasia si eso les ayuda a la conciencia,
confieso, me asumo y reconozco que soy feo, que soy un diablo,
que me encanta hacer paros, joder, chupar, armarme acullicos,
ir a los kilombos, drogarme y cantar y bailar y sacarme la mierda de borracho,
y me cago en todo lo material, me cago en las diosas argentinas,
me cago en el fútbol, me cago en el humor y en la diplomacia chilena,
me cago y me recago en el Banco Mundial y en el Fondo Monetario,
me cago en el imperio, me cago en la historia misma,
porque siento el dolor del alma materializarse en mis huesos
y la frialdad de la tumba y la oscura puerta que me llevará al otro lado veo
y sé que no me llevaré nada de este mundo
y que el poder y la fama sólo son un par de ilusiones muy perfumadas
que en el fondo huelen mal,
así que por lo tanto lo mío es suyo, llévenselo, cómanselo,
hártense hasta reventar, hinchen las panzas,
engorden con esta realidad humana de oro y carne,
con todo este menjunje de lo bueno y de lo malo que se sirve con sangre tibia,
porque he comprendido que esta vida no es lo que es,
que todo es un juego nada más, una fantasía nada más,
sí, es así, así es,
aunque otros dirán, se puede cambiar, y claro que sí,
¿sino para que putas existen las revoluciones, los científicos,
los sabios, los santos y los mártires?,
pero, ¿qué?,
me vale un vergazo la revolución, cualquiera que sea,
porque yo soy de la pobreza, esa es mi cultura,
soy de la contemplación y no quiero subir a ningún lado
porque quiero evitarme la responsabilidad de caer y explotar
y enfrentar mi verdadera consistencia y descubrir lo que verdaderamente soy,
quizá un costal de excrementos, de miedo, de debilidad,
que no sueña sino otra cosa que quedarse por siempre atado
al jodido egocentrismo de ser la mejor obra de Dios, de ser superior a todos,
de inventariar la naturaleza, de hacer insectarios y zoológicos,
de crear ministerios, de haberme convertido en el jefe,
en el mandamás del partido, en el dueño de la pose, de la moda,
de la cuenta y la mina, o el mino,
porque no esta descartado que me convierta en un viejo puto
que descubra su lado femenino a los finales de su vida,
que jodido, porque nada es eterno,
y estoy más que seguro que los mitos sí o sí irán cayendo,
y llegará un momento
donde no habrá nadie para contestar las jodidas preguntas
así que sólo quedará la posibilidad de inventarse las respuestas
para aguantar, para apoyarse en algo hasta que el corazón se rinda,
aunque por el momento,
todavía hay vigor y la soledad sólo significa colgarse un poco, nada más,
no amenaza más allá de eso, así que me cuelgo y te imagino,
sea quien seas que esta leyendo este manifiesto depresivo,
esta poelítica del culo,
estés donde estés,
quizá en algún cuarto, en el banco de una plaza, en una cárcel, en una clínica,
en algún baño, donde tu sol probablemente esta alumbrando con bronca al mundo
porque se iluminó tu otro yo,
tu yo de bestia que te pone en el tapete a viejos sentimientos de venganza,
ese yo que te incita a declarar guerra sin cuartel en contra de algo o de alguien,
sí, porque todos quieren mamarte, desbancarte,
todos quieren robarte, todos quieren entrarse a tu casa
y piden a Dios que ya de una vez te mueras y dejes de joder,
y además de todo, te duele el uñero porque te han pisado el pie
y se ha sumado a toda esta mierda un despertar jodido,
una reality donde eres menos que un ladrillo,
menos que un ser social común, menos que un ciudadano,
y eres, la mancha de una hoja,
una molestia que trata de ser borrada porque eres negativo
y no crees en el discurso de la institución para la cual trabajas,
así que posiblemente se te parará la movilidad en medio del pantano
como castigo por no ser positivo,
y además, la única mina que aceptó sufrir contigo,
te está esperando muy nerviosa para comunicarte que ha ido al ginecólogo
y le han diagnosticado trillizos, tres enclaustrados más
que se abrieron paso por entre un condón  vencido,
¡pero que va!,
después de ir a reputear a la farmacéutica has dicho ¡que vengan!,
¡que lo parió!, en una de esas cargan consigo la respuesta que nadie da,
y te recuerdas de tiempos pasados,
a la woman, pintando con el sol sus bellas formas
mientras sonaba algún triste blus,
que se yo, con guitarrita, bajo y armónica excitada,
y después, siempre era de dormir un poco,
para despertar con el amor queriendo convertir los muñones en alas,
con la pasión inmortalizando los momentos
que te permitieron irte sumando uno sobre otro a ti mismo
para poder construir tu historia personal en éste pasar,
para que algún día puedas hablar del que eras ayer,
o del que eras antes de ayer, o del que eras hace diez años, quien sabe,
así que uno sigue, uno se levanta y pone el cuerpo a caminar
cargando lo que fue con la hoja de vida a cuestas,
y básicamente ese debe ser el jodido existir,
continuar a pesar de todo, a pesar de esta pesada depresión,
aunque quieran doblegarnos,
aunque digan que la vida es una mierda
y que eres un ladrillo que cada vez esta más abajo en el muro,
pero no queda otra que continuar o morir y secarse y hacerse polvo,
o ir en busca de la confabulación diaria del mundo
para con los seres dispuestos a ser felices,
con la esperanza de que las pesadas rutinas cambien,
con la esperanza de limpiar el corazón y darle nutriente al sentimiento
y abrirse con valor a la experiencia de vivir, como una flor a la madrugada,
aceptando que uno es un ser pasajero, y saberse efímero,
hoja que se seca, viento que pasa, melodía de río, trinar de pájaro,
como el suspiro de amor de aquella adolescente enamorada
con su gabancito de medio pelo,
su par de tenis al extremo de un ataque de dermis,
su corte de pelo insensato y su viejo pantalón con dos necesidades eternas,
porque así también pasa,
sí, hay un momento para todo en la vida,
y por supuesto también existe el momento del verdadero amor,
del amor sin límites, el amor al todo que te hace pertenecer también al todo,
a lo inmenso y a lo diminuto, con un veneno tan fuerte,
que sentirlo por un minuto puede darle significado a cien años de existencia
y quizá un poco más,
y tal vez por eso uno sigue y persevera en la marcha,
porque no se pierde la esperanza de volver a sentir ese dulce néctar algún día,
esa poderosa droga que gracias a Dios todavía no es ilegal
y no existen batidas ni fiscales que jodan y censuren su práctica,
aunque no esta descartado que algún momento en el futuro,
tal vez el amor sea erradicado de la humanidad por no ser conveniente,
por ser quizá definido como un elemento improductivo,
porque la clonación tal vez cambie el criterio de los legisladores mundiales
y los legisladores locales hagan lo mismo,
copiando como siempre las leyes de lo bueno y de lo malo,
así que venerarán los códigos de la nueva realidad donde será ilegal el amor
y el único sentimiento legal será sólo un caparazón de piedra,
pero, estas son catarreadas, premoniciones futuras nada más,
así que ahora no me queda otra que vestirme,
pagar el honorario a la santa puta
que ha estado escuchando mis penas y chupando mis ácidos
e irme caminando por las calles acompañado nada más que por mi sombra,
los guardias de seguridad callejeros que me miran sospechando
y los gatos que me huelen extrañados
porque de seguro debo desprender raros olores,
y qué se yo, seguir marchando, porque en esta vida,
como dije no se cuantas putas veces ya,
no queda otra que marchar, y el que no marcha muere,
y claro, la marcha cada vez se hace más pesada,
porque envejecen los huesos, envejecen los ojos, envejece el culo
y la vejez es eso,
un aumento de carga que el tiempo se encarga de controlar,
pero es deber marchar, aunque se caigan los dientes,
se agrande cada vez más la joroba y se rebele el pichi,
no queda otra,
aunque nos sintamos como un cascajo humano sobre una pirámide
con un discurso de arena que se nos escurre entre las manos
y en el cual nadie cree pero que es ley,
sí, sí, sí, es ley, y eso ayuda a seguir,
porque mientras exista la ley existirá la esperanza,
mientras el condón este puesto todos mirarán un mismo sol y obedecerán
y habrá unión y paz y harán lo que se les diga,
porque para eso es la ciega,
para decirte sin lugar a réplica que el cuadrado es cuadrado y no es un círculo
y que es inútil que intentes rebelarte a la lógica,
difícil, muy difícil, recontraputa difícil diría yo,
tanto así como negar a tu ombligo que tanto ha costado amarrar
o burlarte de los valores que tanto han costado inventar y mantener,
y sigues, claro, empeñado en creer que te escuchan grandes orejas en el cielo
y aplauden cien estadios repletos de pelotudos crédulos
como el que era yo hace mucho tiempo,
tus bellas sensaciones cotidianas que ahora están hechas discurso,
porque estás muy cerca de lo que te habías propuesto ser,
un político consagrado con un recargo en el gobierno,
amo y señor de una gran oficina
con una secretaria que menea hábilmente un esplendoroso culo,
con un asesor lamepatas
y algunos subalternos con el orto a disposición para el zapatazo,
aunque siga vigente ese sentimiento de ser nada,
y bueno, parece que esa sensación no pasará,
no importa lo que seas o lo que hagas, y lo peor de todo,
es que añoras a ese tipo pobretón al que no le costaba nada soñar,
porque ahora no puedes ya soñar,
y sólo te preguntas,
cuándo se cumplirá esa pesadilla que hace mucho tiempo se repite
donde estás mirando tu propio velorio en un estado incorpóreo
desde una de las cuatro esquinas solitarias de un velatorio alquilado,
confundido, sin saber cual deba ser la reacción correcta, si despertarte,
porque tal vez todo sólo es un sueño y tienes la suerte de vivir aún
y ser parte aunque sea por unas horas más
de una bella y tibia mañana de otoño,
o quedarte quieto, y no estirar los brazos, 
porque tampoco está descartada la posibilidad
de rasgar con tus uñas el ataúd insensible en el cual te han encerrado
debido a que estás verdaderamente ido del mundo
esperando sólo una oportunidad para reencarnarte en algo,
quizá para ir al cielo, o al infierno, o a ningún lado,
sino simplemente aguardando que lleguen los gusanos
comandando a toda la fauna cadavérica de rigor natural
que cumplirá con su labor de hincharte y hacerte explotar
y destruirte completamente,
y te odias, por haberte muerto antes de tiempo,
justo cuando estabas por lograr,
después de tantas metamorfosis públicas,
ser un parlamentario,
el dueño de la varita y el curul, el dueño del poder,
con permiso para levantarle el vestido a la ley y violarla,
sí,
e incluso se puede decir que estabas cerca de la silla,
que lo parió, el paraíso de cuatro patas tan querido, tan añorado,
y te mueres, mierda, algo que nunca habías planificado,
una broma de mal gusto:  la muerte,
así que todos los esfuerzos:  al pedo,
todos los sacrificios para consumarte como político exitoso:  frustrados,
que cagada, venciéndote tantas veces a ti mismo
para no sentarte a descansar y olvidarte de los pactos
y las peregrinaciones hipócritas de campaña,
soportando la macurca de la lengua prometiente y mentirosa,
tratando de no caer rendido y mandar a la mierda todo
y dejar que tus hijos se la laburen solos,
y cagarte y renunciar a las alas de hierro, sin pésames,
y hacerle caso a ese poeta que te decía que rompas la alcancía
y gastes todo lo que tienes, ¡pero ya!, que acabes con tu Dios, ¡pero ya!
y que dejes de escuchar esa historia de un sólo verbo
donde el hombre debe ser alguien, ¡pero ya!
que dejes de ahorrar y prevenir y te asumas pasajero, efímero, y no eterno,
que goces el día,
que veas cada mañana, cada sol, cada sombra, como lo último de tu existencia,
pero ahora qué importa, ya nada importa porque todo se ha enredado
y no sabes si estás vivo o estás muerto
y tu dudosa existencia esta llena de muchos nudos
que trancan, que estriñen, que provocan prejuicios y dolores sin sentido,
aunque, estas tratando de convencer a las nubes que pasan
que tuya es la cabeza que están cruzando,
y que tu herencia, se la están disputando los que decían amarte,
y que esos que de verdad lloran, son tus pequeños hijos,
todavía inocentes, lejos del verdadero planeta,
del verdadero mundo, de los ejércitos,
de las bombas que explotan y despedazan inocentes niños como ellos,
lejos del asqueroso óleo de los noticieros, de los alcaldes que se queman,
de las masas que ponen la carne al asador por un pliego petitorio,
de los empresarios que creen que son más puros que una hostia
pero en el fondo son putrefactos,
de los predicadores que no creen en el cielo,
de las logias que se encargan de echarle la dosis necesaria
de pus y de caca al saice para que salga más rico,
sí,
todavía unos niños puros, sin saber que existen los países,
las fronteras, la ley, la religión, el deber ser,
todavía con la sonrisa pura, con el llanto puro,
que te ayudan a subir y elevarte
y tener la esperanza de toparte con el hacedor
para que te ayude a resolver este complicado crucigrama
de ser el alma de un humano, semejante confusión,
un feroz depredador que busca el cielo,
o alguna isla bonita para eternizarse tranquilo,
digo,
pero caes nuevamente al cuerpo, a la tumba,
porque tus hijos ya han crecido y un muerto vecino te dice,
no seas iluso cumpa, todavía no cargaste tu cruz,
que sí o sí los humanos la tendremos que cargar en algún momento,
antes o después de muertos,
y es cuando llegarán los mea culpas de muchas cosas,
de los niños olvidados, de los mendigos despreciados,
de los pavos de navidad suplicando con los ojos limitar el festejo
y no mezclar las cosas,
recordando el laburo de aquel asesino vacuno en serie de un pueblito de la chiquitanía que parado sobre una silla, ocho horas diarias,
mazo en mano, se bajaba filas enteras de vacas nerviosas
que caminaban resignadas hacia la muerte,
hacia su destino de bife,
entonces, tal vez, digo tal vez,
pediremos de verdad perdón por los excesos, por la gula, por la avaricia,
y llegará la catarsis vía el verdadero dolor,
para divorciarnos de nosotros mismos y convertirnos,
si estamos existiendo en algún lugar del universo, en poetas sensibles
y terminar componiendo una perfecta poesía respingada y florea
mientras esperamos que nos atiendan en algún restaurante vegetariano,
para luego, cancelar la cuenta y salir a la calle
y seguir cavando la fosa del destino en la eterna búsqueda del yo enterrado,
para tratar de encontrarlo y contarle que el mundo esta cambiado de verdad,
y preguntarle si es posible desenterrarlo,
porque hay necesidad de pedirle un motivo,
un argumento que ayude a dejar de ser el mediocre escritor de siempre,
montándose a cuenta de una hembra, a una maquina de escribir,
ni siquiera a una computadora,
así es,
para poder inventar algo que ha alguien le provoque un orgasmo literario,
imaginando historias ridículas,
como aquella del muerto que hace crítica política,
o la historia de las conchas voladoras que logran escapar de un putero y se casan bien,
o aquella otra historia que trata de un psiquiatra
que se ha enamorado de una paciente con varias desviaciones sexuales,
o aquella que trata de la historia de dos lesvis y dos homos
que deciden vivir juntos y alquilar en grupo para abaratar costos
y que terminan entremezclando tanto las cosas
que las lesvis quedan embarazadas
y los homos demandados por pensiones
mientras la prensa y toda su manga de vampiros mediáticos
satisfacen los bajos instintos del pueblo
ofertando tres noticieros diarios sobre el problemita,
sí,
aplicando la vieja formula romana cojudizante de “circo para el pueblo”,
porque es una dolorosa verdad, pero es,
que al pueblo le encanta pajearse con el dolor ajeno
mientras los directores y los guionistas del partido de turno
le meten la mano a su sagrado bolsillo y escapan luego con la plata,
pero así son  estos asuntos del asunto social,
con manuales que datan desde Roma,
desde Egipto, desde el Incario, desde la vieja China,
que vienen perfeccionando sus métodos para camuflar la camisa de fuerza social
y atarte la imaginación y los sueños en pro del bienestar social,
pero,
¿de quien?,
lo que no se sabe es que todos los semáforos que componen el control social
sirven para garantizar el bienestar social de los más pendejos,
¡así es!,
justamente de aquellos que se limpian el orto con el bienestar social de las masas
y que aplican con eficiencia eso de, a Dios rogando y con el mazo dando,
porque te abrazan, te tratan bien, te piden el voto,
te hacen creer que todo es por tu felicidad,
pero muy sutilmente te están sacando todas las plumas de pollo ingenuo
y te alargan la piel y los años con algún buen seguro social para madurarte
y echarte a la olla del desarrollo hasta que cumplas tu ciclo de vida útil,
pero que mierda, que me hagan charque si quieren,
porque otro kilombo peor es pasarse la vida luchando
contra toda esa fauna y tratando de razonar con ellos,
así que mejor operar como los venados,
correr, darse al escape, a la fuga, de toda esta mierda del deber ser
que presiona y revoluciona entre las tripas,
sí,
mejor perfeccionar la capacidad de fuga,
tal vez practicando el pensamiento al pedo,
como este momento de hacer poelítica por ejemplo,
sucia poesía, puta poesía, poesía sin sentido,
que no habla de amor, que no habla de lo bello,
que permite simplemente evadir a la razón,
a la hipocresía de soportar el título de ser de la manada de los seres superiores,
una poesía que te permite montar doctrina sólo para ti
y para algunos otros seres imaginarios
y llegar al final de tu cuadra después de haber sobrevivido
al balaustre de querer ser tu mismo
y salirte también a ratos de ti mismo,
porque es así la existencia, cambiante y camaleona,
que un día te habla del dolor y otra te hace totalmente inmortal,
que unas veces te recibe bien y otras mal,
que llega un sábado cualquiera y te rompe las rodillas,
pero al verte llorar,
de pena, te regala sus alas
mientras te dice que no dudes tanto de ti mismo,
y tú, te preguntas mientras vuelas,
cómo has sido tan cojudo para dejarla
y no quedarte para naufragar a su lado,
aunque tampoco ya se ven tan malos los mundos nuevos,
y se ven bien nomás las nuevas tardes azules que te inundan el alma,
y quizá, es que sólo es el comienzo de un universo nuevo y nada más,
y esto no es ni más ni menos
que la marcha de la existencia infinita,
cruzando un nuevo túnel en el tiempo, o el mismo túnel de siempre,
quien sabe, porque, la memoria, o el pasado, da igual,
en realidad, son parte de toda esta gran farsa y tal vez no existen,
tal vez su esencia sea un invento, un guión, un cuento, y entonces,
¿cómo puedes saber lo que realmente ayer agarraron tus manos?,
¿ lo que verdaderamente pasó ayer?,
es más, ¿quién sabe que es lo que realmente pasa hoy?,
¿si realmente existe la luna o el sol?,
¿o que el otro día Venus paso cerca de la tierra?,
¿qué tierra?, sí, ¿qué tierra?, ¿qué planeta?,
¿que verdad?, ¿qué mentira?,
y esos universos alternos que tal vez son otra mentira y nada más,
de igual consistencia a ese sufrimiento que engorda o a ese amor que te saca granos,
o de ese concepto que inunda tus órganos reproductores, tu cabeza, tus latidos,
como ese orgasmo que se fue hace tantos años en esa plazuela sin héroe
cuando te tiraste brutalmente a esa minita
que te enseñó que coger es un hecho más allá de las palabras,
o cuando escuchaste por primera vez a ese ebrio de siempre
que no dejó de mirarte desde ese día con sus ojos de dos verdades absolutas,
cada día de tu diario despertar, enmarañado entre los suspiros y las lagrimas,
sí,
 ¿sí?,
y que jodido que es despertar y descubrir que estas recontraputa solo,
aunque, como nunca nada es absoluto, descubres que tienes un hongo,
así es, un hongo que quiere apoderarse de tu universo, de tu soledad,
un hongo que quizá con el tiempo quiera dominarte haciéndose cáncer,
un hongo político, producto de quién sabe que,
tal vez, de aquella vez que te mearon y remojaron con el pis
de ese ebrio poeta anarquista que te despertó mientras te decía entre risas locas
que estaba remojando el cemento para sacarte del muro
y luego dejarte en una estructura desconocida
donde sólo estaban algunos gatos de colores detrás de grandes ventanas,
repantigados en los sofaces de una sala sin fondo,
inmiscuyéndote con sus miradas en su mundo de locos,
y entonces, buscaste la salida, y ahí nos encontramos, ahí nos conocimos,
en el universo de la soledad, de la nada,
sentados en la acera de la única puerta de una calle eterna,
que eso es el universo, sólo una calle con una sola puerta y muchas ventanas
mostrando realidades imaginarias que fluyen en nuestras venas parchadas,
aunque tal vez también, nos rebelemos a esa idea, porque queremos más,
y queremos más porque por esas casualidades del destino,
vimos reír a la soledad,
y eso es más raro que la cola de un satélite y más poderoso que el sol,
porque la sonrisa de la soledad es la sonrisa más bella, la más perfecta,
y confunde, como te confundiría el intenso calor en la nieve,
como te confundiría la paz en el infierno,
como te confundiría ver a la vida y a la muerte
sentadas una al lado de la otra en una misma fiesta,
esperando que las saques a bailar, y tú, sin saber reconocer quién es quién,
porque la vida y la muerte son dos gemelas con distintos laburos, nada más,
y mientras piensas, suena el mejor tema que en la puta vida hayas escuchado
y te jala de las patas y te conmueve tanto que tus intestinos están haciendo purga,
así que, al final las sacas a bailar a las dos,
porque alguien te dijo que no podías hacerlo, que sólo podías elegir a una,
¡pero que lo parió!, habitualmente hiciste lo contrario a lo permitido,
porque aprendiste a ser y no ser sin obedecer las reglas fijas, sino,
según la trinchera circunstancial que ocupa tu existencia, entendiendo que,
tu fortaleza va de acuerdo con el conocimiento
de tu posición actual, posición que no es definitiva,
sino que es diaria, producto del día, del momento,
porque así es el mundo, da vueltas, cambia,
y junto a él cambia la concepción de lo bueno y de lo malo,
varias veces en un día,
por eso es que te digo que a esos héroes permanentes y de códigos eternos
no hay que creerles mucho,
los héroes no existen,
y si existen yo nunca conocí uno,
uno verdadero que me haya dado una manito,
así que el consejo es que debemos asumir que nuestro único héroe entonces,
es nuestro jefecito, el que inventa la paga,
y lastimosamente deber es aguantarlo,
que más da, es el destino, y no es tan malo,
porque de seguro tendremos gracias a él una cama
y una muerte bajo techo, civilizada y pulcra,
y cajón seguro, sí, y un velorio decente,
porque, ¿qué se yo!,
supiste y supe vivir con el valor y el coraje de un héroe,
por lo menos para nuestras mujeres y nuestras familias,
porque logramos mantener la boca callada
aunque nos mordíamos las ganas de mandar todo a la mierda,
logramos mantener el lomo de empleado público ejemplar,
con la disciplina de un religioso cumplidor,
y nadie dirá de ti ni de mi, paria, ni vago, ni holgazán,
y habrá nomás gente en nuestro entierro,
porque la verdad fuiste fiel y no mordiste la mano de quien te dio de comer
y mantuviste el ojo cerrado a las fechorías de los capos,
reverenciando con devoción al gran obelisco,
monumento a la corota
y gran expresión de la filosofía del falo y de la fidelidad,
además, pagaste también tu diezmo,
así que estas nomás tranquilo, pues aunque partas,
                     seguro que de tanto en tanto le caerá a tu viuda y a tu familia
un jamón o una pata de chancho apropiadamente aderezada
tal cual mandan nuestras normas de seguridad social culinarias
y así se mantendrán algunas voces y algunos llantos en calma,
aunque no significa que por eso van a parar las constantes crucifixiones
que se ejecutan día a día con el hombre y en nombre del hombre,
con la posibilidad de que tus hijos sean esos rebeldes
que harán sufrir a su madre cargando su cruz antes de tiempo
para tirarse al vacío del dolor antes de tiempo,
por alguna guerra quizá, o por alguna bandera, o por algún himno,
incluso por una mujer,
pero de seguro, la historia continuará y seres nuevos nacerán,
así que sólo resta decir que es muy posible
que más de un fulano tomará la posta de tu destino,
en tu trabajo, en tu equipo, en tu comparsa, en el partido,
que lo parió, incluso en tu cama,
remplazándote en tus cojudeces, haciéndolas eternas,
acumulando puntos en este corcheo que es existir, que es sobrevivir,
pero uno sigue,
tuncuneando sobre algunas saltanas que nunca sospechamos saltar,
con algún río de sangre de por medio que nunca imaginamos cruzar,
con alguna fragancia nueva que nunca nos figuramos disfrutar,
o alguna mirada, o algún ladrido desconocido, o alguna dilatación pagada,
¿qué se yo!,
y te detienes para verte las manos después de un tiempo
y giras la cabeza para observarte la nuca
y descubres sobresaltado que ya no eres, que lo parió, el que tú eras,
y que ya murió ese ser romántico
porque el tiempo ha pasado sin que te des cuenta
y eres un sujeto con varios asuntos que resolver
ahogando tu existencia en un cuello muy bien planchado,
soportando una cabeza semipelada y cruel de inevitables y calvos destinos,
y te recuerdas a ti mismo con pena, con dolor,
de cuando bailabas y girabas más veloz que el mundo
y los miedos eran cosa de viejos,
o cuando sentiste el aroma del sexo por primera vez
mientras succionabas enardecido los pezones de la obligada samaritana
que a cada hombre le debería tocar por derecho
bajo la premisa de ser todos hijos de un mismo Dios
y creación de un mismo material,
pero es una realidad ida, que sólo existe en la memoria,
porque ahora estas abrazando a los asesinos de tus hijos,
a los matadores de tus hermanos,
porque todo esta olvidado bajo el discurso del poder,
del consenso, de la inevitabilidad de los sucesos,
pero así es ésta puta realidad, una ninfómana que nunca esta satisfecha,
que siempre te pedirá más a cambio del poder, del aplauso,
de la venia, de las primeras planas,
que te dará todo a cambio de la traición a ti mismo,
pero qué hacer, ser un ser político tiene su precio,
así que aprovecha esta pausa, saca ese hermoso carro
que te ha costado una buena parte del corazón y del hígado,
y ponte melancólico, y ve a dar un paseo,
y si quieres, recuérdate de cuando eras puro,
mientras recorres la ciudad y suena un buen tema,
tal vez, hotel california, o tal vez, la pascua florida,
no sé, puedes poner lo que te de la gana,
y luego mete la mano al bolsillo y saca un cigarro entablillado y enciéndelo,
y posteriormente mete el humo, y al expulsarlo,
jura que has ganado una gran batalla
y ama al micrista que tal vez te esta arrebatando tu semáforo,
cédele el paso, porque él, es también un cabrón que sufre,
seguramente con sus propias ventanas rotas, nada más,
sí, pero ¿qué importa?,  ya todo esta olvidado
y lo único que cuenta es el azul oscuro de la noche y esos árboles
que sacuden a la brisa ploma frente a tus ojos
y que están pintando con sus sombras las formas inagotables del mundo,
indiferentes al edificio de la mortalidad,
y todo esta olvidado, tirado al ropero, orinado, mal usado,
como un calzoncillo perforado que apena enfrentar,
como una media que por casualidad se ha convertido
en el pañuelo que seca las lagrimas de la mujer
a la que prácticamente has obligado ha amarte toda la noche
y que te carga con su llanto esa inevitable sensación
de sentirte un asno vencido por una ordinaria, una troglodita arrechera,
de esas de chaqui,
de esas excitaciones irrazonables
que te llevan a desear todo lo que se mueva,
sí, y luego, escuchar las acusaciones
con el miembro laxado en exposición para todo el ejercito de críticos
que opina cada cual con su propia teoría la envergadura de tu locura,
y no habrá otra, creo, que cagarse,
pues sensaciones van y sensaciones vienen, y ¿qué se llevan?,
uno o dos minutos, nada más,
y no hay ni habrá reflexión capaz de llevar una respuesta satisfactoria
a estas pequeñas bromas reencarnatorias,
pero no es más, debes volver a pisar tierra y seguir,
irremediablemente debes hacerlo, y otra vez llegar al hogar,
y chocar con tus ojos tristes la existencia de los parrales viejos
y el atavío de los geranios sensuales creciendo debajo los maduros limones de oro,
preambulando al living de antaño donde alguna vez soñaste boludeces
y te pajeaste en la oscuridad pensando en la chica semana,
y subirás, cerraras la puerta de tu cuarto
e intentaras sacar a patadas a todos los libros que te atacaron
y que aún quieren arañarte el culo
para enseñarte siempre ese par de cosas que te hace falta saber,
y sientes que esta vez te sobra valor para mandarlos a las remilmierdas
por ser los testaferros de todos esos comementes civilizados
que corren detrás de ti para enderezarte,
cual fieles enfermeros de este gran manicomio,
la columna dislocada, la lengua tenaz,
queriendo ponerte con engaños la camisa de fuerza y el bozal,
pero qué mierda, qué importa, si lo que es no es, y lo que no es, es,
y todo duele, entonces no te queda otra que echarte en tu colchón solitario
y dejarte violar nomás,
y para evadir el dolor, soñar,
¿qué se yo!,
tal vez con la llegada de alguna locura
que entre por la ventana y te muestre una flor
que te será entregada a las ocho de la mañana
con un mensaje de amor diciéndote que
te espera una muchacha encantadora en el hall del hotel,
y dirás, no voy, es demasiado temprano y hace demasiado calor
y tengo un pequeño hongo en el pájaro
porque la ultima vez que estuve en el putero me olvide de usar condón
y tal vez ya me pego el sida con esta suerte de mierda que últimamente tengo,
o mínimamente, una venérea convencional,
pero no es que la suerte este mala, sino que ya,
ella también se está haciendo vieja, aburrida y floja,
y pensarás en la tierna amante mientras sopas un pedazo de pan en tú fina taza de té,
y te dolerá un poco el haberla dejado plantada respetando su vida,
por haberte convertido en el tipo que nunca pensaste ser,
aquel que desprecie un mañanero,
pero el sentimiento será efímero,
porque no durará más de una rascada de bolas,
una mirada al cielo detrás de la ventana,
una cepillada de dientes, un gas al bajar las gradas
y un eructo mensajero, por supuesto después del desayuno,
y sobre el pucho, ya no más, como un garfio perverso
que ha esperado toda la noche ansiosamente para herirte
y sujetarte al tormentoso traqueteo del hormiguero social 
llegará la frase estúpida desde el televisor recién prendido
y luego se sumará el periódico con la portada de la realidad
como un frasco de sucesos que es imposible no destapar,
y será como si tu suegra se estaría levantando de la tumba
para clavarte la estaca de la responsabilidad y sacarte de los sueños,
pero qué hacer, es tu suegra
y debes guardarle respeto patrio como a la bandera,
así que la saludaras tuerto, con un ojo abierto y el otro aún pegado,
y le mostrarás tus dientes amarillos y le dirás hola,
y le preguntaras qué hora es, y ella no te dirá la hora, sino el día,
y te darás cuenta
como a los 50 segundos después de muchos vericuetos mentales,
que mientras tu estabas soñando ella te estaba odiando
porque es un día laborable y tu eres un asno en la cama
que no ha conseguido empleo
pero que tuvo el atrevimiento de tesarle el ombligo a su adorada hija,
entonces, te levantarás,
porque en la vida hay personas que se encargan de enseñarte
que la anarquía no es tan maravillosa como se había creído
y que la libertad es pura demagogia
que está inserta en todos los himnos y todas las constituciones del mundo
y por eso la gente cree que existe,
pero es una mamada nada más, una flor de mamada eso sí,
y no tienes otra que concertar
con todas las pirámides que encierran a los seres humanos,
y hacer un pacto político,
como tal vez lo hizo Cristo con Judas, diciéndole,
bueno, nos toca morir a los dos, pero a ti te tocó el peor papel,
pero debes hacerlo porque si no me entregas tú, nadie más lo hará,
así que te pondrás los zapatos y los lustrarás
y te mentalizarás y sin darte cuenta, en no sé que momento,
te mirarás las manos arrugadas, con las uñas amarillas,
y serás un viejo lobo sentado tras un gran escritorio de roble,
duro, con el corazón helado y la inocencia enterrada,
y gritarás a tu secretaria,
y darás un par de putazos a un par de subalternos
sólo por la necesidad de hacerle un canal a tu vieja migraña,
pero qué hacer, hay que seguir respirando,
convencido de no haber claudicado,
y te ajustarás la corbata para ahorcarte una vez más
las 16 horas laborables de rigor,
porque no eres un mendigo que se da el lujo de sentarse en una esquina
a alargar la mano vendiendo el frontón psicológico a tipos como tú,
y qué se yo, debes ocuparte de tus deudas, de tus créditos,
de tus proyectos, de tu planificación y de la opinión pública,
porque sino inevitablemente, ella, tu joven amante, te dejará,
y ellos no te mirarán,
y tus, no te saludaran,
y las, ya no querrán coger contigo ,
y alguien llorará en secreto sosteniendo en las manos un corazón partido,
 como un cristal que ha tocado el duro suelo de la decepción,
pero que mierda, responderás al diablo de tu oído izquierdo
que se burla de todo este zafarrancho que deja chiquito a cualquier infierno,
que no joda, que el ser humano es eso básicamente, una posibilidad social,
con chequera o sin chequera,
o enferma, o con sobrepeso, o con presión alta, que se yo,
tantas cagadas que se puede hablar,
tantas insensateces a nombre de esta sensación de hacer poelítica,
decir por ejemplo que a tantos les gusta cagar limpio,
pero no se dan cuenta que eso también es una postura nada más,
porque generalmente a los que les gusta cagar limpio
no les preocupa pensar sucio,
y digo yo, qué se puede hacer, hay que sobrevivir,
y todo sirve para no estar solo en el tiempo
y escapar a ese tic tac tic tac paranoico que te consume,
unos pasos, una madre, una abuela, un decreto supremo,
una ilusión del pasado, una cobardía, un disociación, cualquier cosa,
y resonarán las palabras de ese ebrio otra vez,
informándote como un mago salido de una botella de vino,
que la soledad volverá justo a las 18,
cuando tu cuello haya vencido una vez más a la corbata verduga
y una calle llena de niños jugando fútbol
te recuerde a ti mismo hace algunas vueltas atrás del mundo
cuando no existía la cabeza atormentadora,
y sin querer entonces se encenderán los faroles rojos del pasado,
las voces de los grillos, de los gatos, de los pájaros nocturnos
sonando las alas de otros mundos, de cuando descubriste a Lucia
sin saber que en realidad te estabas descubriendo a ti mismo,
mientras ella te soldaba la armadura con pedazos de su barro,
sufriendo por ti, como cualquier madre que enfrenta un parto,
pero ahora, ya no esta Lucía, ella se ha ido,
sólo esta la muerte que te dice que debes apurarte,
que debes claudicar ya,
que tu boca ya no sirve para prometer paraísos a nadie
y en un acto de incompasión tan característico en ella
te ilumina la verdad y te muestra tu ejército que se compone de
un enfermero a medio tiempo, un crepúsculo apenado,
una lagartija con un vestido rojo, y ese ebrio de siempre,
y te dice que ya acabó tu tiempo,
que esta vez la marcha ha llegado a su fin
y se acerca espejo en mano y te refleja sin mentirte tal cual eres,
un hombre viejo nada más, mostrándote tus huesos,
tus músculos deprimidos, tu energía que se fue, tu memoria arrugada,
y la mentira que tragaste con tanto dolor
y que creías haber digerido hace tantos años ya, aún atragantada en el pecho,
y tu bastón cansado, rajado ya de tanto soportarte,
y tus calzones vencidos
por las furibundas escapatorias de la energía que ya no controlas, 
y te dice que debes sacarte todo antes de cruzar la última puerta,
que debes raspar la gruesa cáscara
que se te ha formado en todos estos ires y venires al pedo,
y duele,
duele sacar tanta escama, tanto hongo, tanta riqueza acumulada,
duelen los títulos, la vanidad, el poder, y todo lo demás,
 mientras el poeta ebrio te dice sin moverse desde su cruz: 


te lo dije boludo,
te lo dije.



Imagen: LA LÁGRIMA, de UMA Vacaflores basado en un dibujo de JC Aróstegui

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6 Comentarios

  1. Rolf Ohlendorf16/3/13

    Es lo que pensamos muchos silenciosos. Lo sublime es escribirlo con esta honestidad y con esta garra.

    Es un gran estímulo al coraje que necesitamos para empezar a cambiar las cosas de una vez por todas.

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  2. Anónimo16/3/13

    Feroz y delicioso, un hallazgo, gracias!!!

    Renato

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  3. Claudia Bustos16/3/13

    Ideal para ser declamado en una taberna de borrachos anarquistas.

    O arengado ante una junta de grandes empresarios.

    Fabuloso.


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  4. Fascinante escrito. Extenso y poderoso.

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  5. Gracias por escribir tan largo paisano. Me hiciste la vida más corta.

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