El ruido del viento en el trigo

ENCARNA MORÍN -.

El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
-Por favor... domestícame -le dijo.
-Bien quisiera -le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!

(El Principito de A. de Saint – Exupéry)


Querido amigo Manu:

Hoy las palabras me han abandonado. No acuden en mi auxilio cuando quiero expresar lo que se mueve en mi ánimo inquieto.

Las despedidas y yo somos incompatibles, siempre lo fuimos. No dejo de vivirlas como una muerte, por más que a menudo se trate de avanzar hacia la vida. Tal es tu caso.


Me enseñaste tantas cosas desde tu juventud aventurera, que desde que he tropezado contigo puedo verlo todo con ojos renovados.

Por momentos he confundido la realidad y hasta me he atribuido un parentesco contigo, olvidando que a ti precisamente no te he parido.

De alguna manera me preocupaba tu bienestar, hasta el punto de que me he dedicado a llenar alguna carencia personal volcándome a cuidarte, aún cuando tú no necesitaras para nada mis desvelos.

Respetando tu espacio y discretamente, desde que te conozco, te sigo la pista. Generalmente es para confirmar que corres tras tus sueños y que estás a salvo. Sabes cuidar de ti tan bien como lo haces de tu perrito o de los que tienes cerca.

Aquella mañana fatídica en la que te tiraron a la calle con tus amigos, yo estaba inquieta pendiente de las noticias. No podía trabajar o hacer otra cosa que no fuera pensar en si estarías bien. Solo tu voz me tranquilizó, aunque estabas desolado. Pero aprendiste de ello y al instante ya tenías en tu pensamiento nuevos proyectos.

Me regalaste un caudal de esperanza. Ahora estoy casi segura de que podré ver, antes de morirme, un mundo donde los seres humanos vivan armónicamente.

Hoy me has contado que te vas para siempre. Has prometido volver en algún momento, pero yo no lo espero. No obstante, una parte de tu alma se queda volando en el viento. Esta mañana te he explicado lo del alisio y el mar de nubes sobre las islas Canarias. Ya sabes bien como funciona. Ahora solo es necesario que desde el lugar del mundo en el que te encuentres, me mandes tus mensajes a través de las nubes, que ellas se encargaran de depositarlos en el suelo de la isla al tiempo que le aportan la vida. Solo te encomiendo ser mis ojos y mis oídos en esos lugares que vas a transitar.

Eres de mi gran familia afectiva, lo supe desde el primer instante en que te vi jugando en la playa con los niños y cruzamos unas pocas palabras.

No has necesitado pedirme que te dibuje un cordero, para saber que hay un niño ingenuo escondido en ese hombre adulto y de mirada inmensa.

Hoy ha sido un día inolvidable. Los niños y niñas de mi colegio, junto con los padres y profes, han pasado una jornada de risas y juegos. Gracias a ti y a tus amigos, que ahora son los nuestros. Ha sido un fin de curso especial en un escenario mágico. Uno de esos hermosos regalos de la vida que no se compran con dinero.

Sin duda todos hemos descubierto que los sueños pueden hacerse realidad. Nuestras primeras palabras en la playa fueron que si podrías venir a hacer eso tan divertido con los niños de mi colegio. Me dijiste que encantado, y justo lo hemos logrado un poquito antes de las vacaciones de verano. Unas horas antes de tu partida. Por un día más hemos renovado el optimismo y las ganas de reír. Una bocanada de aire fresco entró por un lateral del escenario.

Ole por tu simpatía y mis bendiciones en cada paso que emprendes. ¿No será que fuiste mi hijo en otra vida?

No te quedas para siempre en los sitios, pero si permaneces en las vidas de la gente. Y también con respecto a esto, el zorro del principito tiene algo que decir...

...Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.

...-Cuando te hayas consolado (siempre se consuela uno) estarás contento de haberme conocido.

(El Principito de A. de Saint – Exupéry)

Publicar un comentario

7 Comentarios

  1. Anónimo20/6/13

    Bonita redacción
    Bonita experiencia... un poco triste
    pero bonita al fin
    Williermo

    ResponderEliminar
  2. Anónimo21/6/13

    Buscar la belleza es lo único que merece la pena en este asqueroso mundo.
    Y tu sabes donde está.
    Gracias,Encarna.
    José M.

    ResponderEliminar
  3. Claro que vale la pena buscar lo bello, yo creo en eso!
    Muy lindo saludos.

    ResponderEliminar
  4. Es triste ver irse a un ser querido, saber que vive feliz en otra parte no es un consuelo a la ausencia constante. Es lindo estar todos junto, no siempre es posible. Quedarte con el buen recuerdo es una sabia decisión.

    ResponderEliminar
  5. Anónimo26/6/13

    El no tener apego a las personas que queremos no siempre es sencillo, ni lo comprende nuestro coreazón, pero es de almas grandes dejar marchar y que la otra persona siga su camino. Eso hace crecer al que se va y a quién lo espera...
    Clau.

    ResponderEliminar
  6. "Se vive con la esperanza de llegar a ser un recuerdo", escribió Antonio Porchia. Estoy muy de acuerdo, también con el Principio y con el tono de este relato.

    ResponderEliminar
  7. A propósito de Antonio Porchia, una de sus frases sabias que siempre recuerdo es: "Te ayudaré a venir si vienes y a no venir si no vienes"

    ResponderEliminar