Casi seca

LILYMETH MENA -.

Me despierta el crujido de las puertas de la alacena y el movimiento de manos hurgando el contenido de los anaqueles. 

Me imaginé que por primera vez mi hija se levantaba antes que yo, cosa rara porque entre el trabajo, la escuela y las tareas, termina exhausta.

Escuché el horno de microondas, la puerta del refrigerador.

Cuando sentí que me abandonaba el sopor quise incorporarme para acompañar a la madrugadora y picar un poco de fruta para comer con granola y miel.

Primero me sorprendió que las piernas no se movieran, y los brazos e incluso mi cabeza no hacían absolutamente nada. 

¿Qué era todo esto?

Intenté entonces llamar a mi hija para que me prestara ayuda o llamara al médico.

Apenas pude abrir la boca de mis labios ligeramente separados. Salió un sonido gutural que estremeció todo mi cuerpo.

Entraron entonces dos mujeres en la habitación, una de ellas guardaba un enorme parecido con mi hija pero algo distinta y algunos años mayor, la otra me era totalmente desconocida.

-Mira- dijo la parecida a mi hija-esta es mi madre, ya hace años que está así, tiene Alzheimer. El trabajo es sencillo pues no habla ni se mueve. Procura acomodar sus almohadas para que no se vaya de lado. Antes de irme te dejaré sus alimentos preparados, también eso es sencillo pues ya solo se le dan papillas. Aquí en el armario hay pañales, toallas húmedas, ropa limpia, ungüento y talco-

Escuché todo sin entender casi nada. Oía las palabras pero nada tenía sentido para mi.

Quise hablar pero ni los labios ni el cuerpo me obedecían.

-Bueno, tengo que irme, regreso a las cuatro. Acuérdate de sacarla al jardín a tomar el sol antes de las doce. Las dejo que voy tarde-

Plantóme un beso en la frente y abandonó la habitación dejando la leve estela de su perfume en el aire.

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9 Comentarios

  1. "...dejando la leve estela de su perfume en el aire." (!)

    Metáfora encubierta (real/metafórica) para la comunión madre-hija.

    Si es cierto que las feromonas atraen con su olor a las parejas para realizar la cópula, esta fragancia atrae a la madre hacia su hija. "El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu."--Juan 3:8.

    Magistral. Oremus...

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  2. Duro y directo al corazón. Fantástico relato.

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  3. Anónimo19/7/13

    me estremeció Lilymeth, bendita seas y tu hija

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  4. Anónimo19/7/13

    Ando buscando en el internet tu Tlacuache para subirlo a mi muro, con tu nombre claro

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    1. Anónimo19/7/13

      http://lilymeth-historiascortas.blogspot.com/2010/04/tlacuache-de-seis-kilos.html

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  5. Anónimo22/7/13

    Triste y genial mini relato! Te felicito!

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  6. Qué es esto Lilymeth, una visión realista de un futuro posible? Prometo no llegar nunca a un estado tal de dependencia. Es más, prometo pegarme un tiro apenas comience a depender de alguien, incluso en las materias y vericuetos furtivos del amor.

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  7. Anónimo6/6/14

    lo que me espanta es mi inconciencia al leer esto; ¿cómo es posible que no me haya acordado yo de mi padre? Esto es lo que me tengo que sacar del corazón: que cuando él quedó incapacitado de moverse y de hablar, la mujer que lo cuidaba me sonó algo cínica, un poco "desapegada", cuando hablamos por teléfono: "pobrecito el doctor, se le llenan los ojos de lágrimas, trata de decir algo así como 'tico' 'mariaeuge', pirugen'. "Tu padre la detesta a esta mujer" me dijo mamá y "la he tenido que despedir". Ahora que lo pienso ¿y si la cabrona le estaba haciendo algo a mi padre, vejándolo o tocándolo o irrespetándolo o haciéndole daño? Mejor ni lo pienso. Mi padre está muerto y ya no hay nada que hacer. Excepto recorder: "me voy a morir solo algún día", Mariaeugenia.

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