Relato #6.- *La Masterclass*.




RICARDO MENA -.


I.
Trata de imaginar esto:

Vas por una avenida fresca y luminosa, disfrutando. A tu rollo. En tu onda.

¿Lo tienes? Bien.


II.
Pues imagina ahora esto:

De repente ves que el cielo se oscurece por una inmensa nube amenazante.

¿Te haces una idea de la que va a caer? Bien.


III.
Entonces solo te falta imaginarte esto:

Mientras se desploma sobre ti una cortina de agua diluviana, bíblica, espantosa,

un número, unas cifras enigmáticas, no hacen más que rondarte la cabeza: 666...



Epílogo. La Masterclass.

Es todo un misterio pitagórico y no sabes de qué va. ¿Lo tienes todo ya?

Pues muy bien. Mira. (No, no se trata de Satán, nena, pero está cerca.)

¡Es tu maldito número de teléfono!, ¿entiendes? ¡Así empieza y acaba tu maldito número de teléfono móvil, el que me despierta cada mañana y me acosa cada noche! ¡Eres tú y nadie más la representación alegórica de esa maldita nube espantosa cada vez que me llamas para pedirme perdón, para rogarme que te perdone por haberte follado (sí, esa es la palabra exacta, nena), por haberte pasado por la piedra a ese gilipollas forrado en billetes rojos y verdes! ¿Que no sabe hacerte el amor y dejarte exhausta cada noche? ¡Y a mí qué coño me importa ya, nena! ¡No es mi puto asunto, no es mi jodido juego!, ¿es que no te entra en la cabeza? ¡Deja de llamarme, joder! ¡Olvida mi puto nombre, borra mi teléfono, coño! ¿Por qué no pruebas a tirar tu maldito móvil al váter o a un río que dé al mar (donde van todas las vidas), no sé..., a partirlo contra el suelo, contra su cabeza, a meterlo en tu cueva oscura o a darte de baja en tu compañía telefónica?, ¡lo que sea! ¡Imagínatelo—me da igual cómo lo visualices, pero hazlo! ¡Hazlo! ¡Tienes que hacerlo!, ¿sabes?, ¡porque me estás volviendo loco! O mejor..., tengo una idea mejor. ¿Por qué no le dices a Bonifacio que te ayude a imaginar cómo sería la vida con menos dinero pero con una polla más imaginativa y gorda como la mía? En fin..., veo que pierdo los papeles. Tienes que perdonarme. Sí, tienes que ponerte en mi lugar, nena. Oye, escucha, ¡escucha esto! No hagas nada; yo mismo cambiaré de número. Ahora debo colgar. Tengo un relato entre manos titulado... No, no creo que te guste. No es tu estilo. Es más..., sincero y honesto.


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6 Comentarios

  1. Coincidencias, enrostres, resentimiento, venganza, humor, cuántos aspectos de la vida misma condensados en este relato.

    Excelente, amigo mío.

    Saludos cordiales

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  2. Anónimo22/7/13

    El 555 de todas las películas americanas me torturaba cada vez que alguien me dictaba un número telefónico.
    Buenísimo el relato, el epilogo está demoledor.

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    Respuestas
    1. Me place, amigos.

      En este relato juego con los planos de sujetos intervinientes:
      De escritor a lector (aparentemente), luego de escritor a tercera persona
      durante una conversación telefónica que el lector está escuchando en
      vivo para, finalmente, llegar al tercer plano en donde el relato mismo
      de la conversación leída es (parece ser) el relato que el escritor está diseñando.
      O no: en este último caso dependerá de la interpretación del lector dado
      que el título de ese relato en proceso no se especifica. En cualquier caso,
      suena a que será, si no el mismo, sí parecido a esto que hemos escuchado.

      La nube gris no solo es el móvil de ella y escuchar su voz: también
      representa la ira que el escritor va a desatar en el epílogo y el lector no
      se espera: "¿Te haces una idea de la que va a caer?"

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  3. Anónimo27/7/13

    Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Anónimo27/7/13

    un tono increscendo para una partitura furibunda y sencilla; me gustó mucho; en el trasfondo el ring de un aparato insaciable.

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