Rostros del desmadre

ROBERTO BURGOS CANTOR -.

Patricia Martínez (Viceministra de Educación)
Pareciera que el cambio no es solo climático. Pareciera que la naturaleza se acompasa con sus sacudimientos, inundaciones, incendios, al persistente agrietamiento de un ideal de lo humano que hace porquería por todos lados. Carcamán sumido en la última azotaina de la tormenta.

Las construcciones con las cuales las mujeres, los hombre y los niños también (a diario nos recuerdan una estación olvidada llena de apariciones), fuimos apuntalando instituciones confiables y guardianas ( fea palabra) de la sociedad convenida, se desmoronan con sus cimientos y estructuras destruidas por el comején del delirio de cubrirse de dineros fáciles y a la larga inútiles. Es una ambición perniciosa que se regó y contaminó todo.

Para mencionar instituciones visibles: El gobierno. La iglesia. Los ejércitos. El congreso. Impregnados todos por la falsa convicción de que quien no hace el mal es un tonto. Y hasta sus santos de la maldad tendrán. Pero los finales desastrosos no conmueven a nadie. Las oportunidades que pintan calvas se pusieron las pelucas del delito. Lo que importa es el vértigo de la violación, la inquietud de la transgresión, la vida con secretos innombrables. Como aquel que guardaba los carros lujosos pagados con fuente indemostrable, sin impuestos y al no poder lucirlos acudía a adorarlos al sótano y con ternura estúpida se untaba el índice de su espesa saliva y los brillaba poco a poco.

Como si no fuera suficiente, los males no corregidos traen peores males, estos días el sobresalto sin fin fue por cuenta de la justicia como aún llamamos al aparato judicial. En nuestro medio, hace pocos años, abandonó la severa modestia de la democracia para disfrazarse con el batón negro que aún no logro distinguir si es hábito religioso o pollera de camarera. A la luz pública, llaman así a la gente no convocada pero si sorprendida por un hecho determinado no previsto, inusual (¿lo será este?), fueron detenidos por la policía, con orden de captura proclamada, dos jueces. El sitio: el que llaman altar de la justicia, complejo judicial, castillo de Kafka, puertas de la ley, mercado de gritones ofreciendo memoriales y demandas al por mayor y al menudeo.

La fotografía de uno de los jueces es recomendable que no la vean sus hijos, ni su mujer. Un rostro que no puede con el peso de la desolación aprieta los labios y una botella de agua entre las manos que esconden las esposas. Un policía lo conduce del brazo como padre reticente a entregar a su hija novia. El otro en foto de mosaico escolar semeja un novicio. ¿Qué pensarán camino al calabozo?

¿Por dónde la solución? Nuestra cartagenera Patricia Martínez como Viceministra de Educación ha tomado decisiones que combaten el convertir la educación en empresas. Hay que revisar las facultades de Derecho. Y cerrar la mayoría.

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2 Comentarios

  1. El mal es una tentación dificil de resistir si no se tiene a dios, lo cual no sucede entre la gente culta y estudiosa. Una lástima porque son los que luego están más arriba.

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  2. Anónimo28/10/13

    Se me vienen a la mente mil caras de las desgracias del pueblo argentino, para ellos ojalá les caiga encima la masa de la justicia

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