Mordacianas o el amor está en el aire

EMANUEL MORDACINI .-

Rememorando clásicos de mi infancia-adolescencia, me encontré con “Pacific Heights” (John Schlesinger, 1990). Más de dos décadas antes de “Birdman” y en pleno auge del “Batman” de Tim Burton, Michael Keaton se despachaba este peliculón de suspenso, hoy inexplicablemente olvidado. Aquí se pone en la piel de Carter Hayes, un agradable cuarentón que llega a un hogar propiedad de la linda parejita conformada por los entonces lozanos Matthew Modine y Melanie Griffith, con el propósito de alquilarles una pieza. Los tortolitos le rentan la habitación, encantados porque no imaginan que Carter es, en realidad, un tipo de lo más fulero, que comenzará a hacerles la guerra de las maneras más retorcidas. Vibrante de principio a fin, con uno de esos villanos de antología. En Latinoamérica se la conoció como "El inquilino". Ya no hacen películas así

A Cesar Aira no lo leí jamás, pero se ganó mi simpatía eterna con su humorada. A Sábato me une una extraña relación de amor/odio en donde se mezclan motivos personales y literarios. “El túnel” y “Sobre héroes y tumbas” (omito “Abbadón” por considerarla completamente fallida) me provocan tanto rechazo como admiración. Detesto a Sábato, pero lo necesito. Al momento de su muerte, fue su propio hijo quién, involuntariamente, se burló de su tristeza. Cosas de la literatura.

Escuché esta canción por primera vez hace años, durante una publicidad de la película "Échale la culpa a Río", en un canal televisivo. Me enamoré de ella al instante. Los recuerdos que me trae son invaluables. El amor está en el aire, hoy más que nunca.

Hace dos años que no tengo cable. Anoche fui a casa de mi amigo Alex. Tomamos cerveza, comimos hamburguesas y miramos la presentación del show de Tinelli por Internet. Dos años que no lo veía ¿Y saben qué? Lo disfruté mucho. Después me acosté (solo) y seguí con mi relectura de “El día de la creación” de Ballard. Y una cosa no quitó la otra y no fui más ni menos crítico o inteligente por haber disfrutado de Tinelli. El libro de Ballard no se suicidó, que yo sepa. El amor está en el aire.


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