Pablo Cingolani
Hasta que te quedes siempre entre mis manos
Te voy a escribir
Hasta que te no te vayas nunca de mi piel
Te voy a escribir
Hasta que disuelvas la tormenta, angostes el frío, licues el calor y la sombra
Te voy a escribir
Te voy a escribir
Hasta saber que sean los propios pájaros los que te canten
Te voy a escribir
Hasta que la lluvia sea para todos belleza y verdad
Te voy a escribir
Porque si no te escribo, me moriría
Y yo no me quiero morir, no por ahora
Porque te quiero escribir, y te voy a escribir
En todos los espejos, en todas las paredes, en todos los caminos
Te voy a escribir en todas las huellas de todas las montañas de mi vida, y de mañana, y del mediodía también, donde el sol causa más dolor pero está más vivo
Porque te voy a escribir, aunque me cause dolor pero mientras siga vivo
Te voy a escribir
Te voy a escribir canciones, te voy a escribir poemas y también silencios
Para que te quedes siempre en mis dedos, en mis agostos, entre los colibríes
Que nos agasajan y nos cortejan y nos hacen felices
Mientras los evoco y los escribo
Para que te quedes conmigo entre estas palabras que intento domar
Para saberlas tuyas, para sentirlas mías, para escribirlas mansas
Y poderlas escribir, escribirlas, hasta que no haya más derrotas de los nuestros
Hasta que el más pequeño de los colibríes se subleve y se haga respetar
Hasta que te quedes siempre entre mis manos
Para que te ampare
Y vos también lo hagas conmigo
Y en el centro de ese amparo
El más diminuto de los colibríes
Baile con nosotros
Brille entre nosotros
Viva con nosotros
Viva con los otros
Y no tema más
Y así sea, simplemente, eso
Hasta que eso suceda
Te voy a escribir.
Pablo Cingolani
Río Abajo, 26 de septiembre de 2017
Imagen: Elisa de la Torre Branches, Xilografía.
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