Llueve en Río Abajo


Pablo Cingolani

Llueve, llueve en Río Abajo

Llueve: escucho el latido del corazón de un chasqui, amparado en una cueva, en cualquier cerro, de Tahuapalca arriba, temeroso de Illapa, temeroso que el río de aguas crecidas, no le permita ver nunca jamás a sus wawas, escuchar sus voces, disfrutar sus sonrisas. Llueve en el corazón de ese hombre: siente, sincopado, como la lluvia sólo le puede llover, le llueve adentro, de su ajayu

Llueve, llueve en Río Abajo

Llueve: la sombra insomne, siempre ausente, siempre presente, de Simona Manzaneda recorre cada abismo, cada quebrada, cada oquedad donde sigue latiendo su espíritu de libertad, su huella fértil, esa que es imposible que borren todos los huaycos juntos porque ella era el huayco, vos eras el huayco, nunca te olvides: flor de los barrancos

Llueve, llueve en Río Abajo

Llueve, sigue lloviendo: revivo tu poncho, Simona, revivo el dolor de tu awayo. Revivo el temor del chasqui. Está solo, en una cueva, está solo: te estaba esperando

Llueve. Llueve. Llueve. En Río Abajo.

Pablo Cingolani


Río Abajo, 26 de enero de 2018

Imagen: by Milosnar

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