Música con sangre entra

CLAUDIO RODRÍGUEZ MORALES -.

Trato de entender la utopía de los integrantes de la comunidad hippie “La Familia”. La población negra del mundo se amotinaría en contra de la raza blanca y, mediante el uso de la violencia, lograrían tomar el control del mundo. En aquel momento, la rebelión popular de masas saldría, al fin, de las páginas de los libros de Marx, Engels, para hacerse realidad en la cuna del capitalismo.

Sin embargo, el “Black Power” pronto se toparía con un problema no presupuestado. ¿Qué hacer con el control absoluto? Buscarían a tientas una respuesta sin obtener resultados. A la vuelta de la esquina, les estaría esperando un hombre para iluminarlos: Charles Milles Manson.

Pero el esperado motín, a pesar de los mensajes contenidos en las canciones de Los Beatles, no llegó. Manson decidió tomar cartas en el asunto y contribuir a desencadenar su propio apocalipsis. A través de la acción de sus discípulos, tiñó de oscuro el epílogo de la “revolución de las flores”, con el asesinato de un grupo de amigos en una mansión de Beverly Hill, en 1969. Entre las víctimas se encontraba la modelo Sharon Tate, embarazada y esposa del cineasta Roman Polanski (la chica de la foto).

Gracias a las virtudes de Internet, he podido conocer la creatividad musical del tristemente célebre líder de “La Familia”. Me sorprendí tarareando las canciones del santón satánico.

Esto me hizo recordar a otro hippie retirado: Miguel Piñera Echenique, hermano del actual Presidente de la República Chile. Él, al contrario de Manson, intentó que su música fuera un hálito de vida (y no de muerte) para que su amigo, el rockero argentino Gustavo Cerati, regresara de su estado de coma.

Comparé, casi sin pensarlo, una composición de Manson con otra de Piñera y saqué mis propias conclusiones.

¿Serán demasiado graves?