Caballos



Sirve dos vasos más, dice él -y ya latieron unos cuantos. Mientras el líquido ámbar, imparable, se va derramando, el sonido de la precipitación los arrastra hacia una playa, una playa lejana, donde bailaron con cangrejos y medusas, así que ahora que la vuelven a sentir raspando en la garganta, sueñan con los ojos abiertos con esas arenas que calcinaron sus pies y les arroparon el alma.


¿Te acuerdas…? -dice ella y no hace falta que termine la frase: esa playa, esa playa distante, se está trepando por su cuerpo, la electriza sin mesura, se torna un imán dentro suyo. A él le sucede igual: esas guitarras que bluseaban con las olas del atardecer son la música que ansía, esa que limpia las miradas, esa que destrona a las tristezas, eso que sólo esa salvaje insistencia puede concederte.


¡Vamos!, claman juntos.


Ella abre una puerta. El, alza la botella: será su tributo a la travesía, la ofrenda a sus propias huellas, la marca de su devoción. La puerta se cierra. Dentro, quedaron las sombras, los dolores, los desasosiegos. Afuera, vagabundeando, peregrinaran su destino: una estrella errante será su faro y la certeza de andar y atesorar un camino.


Pablo Cingolani
Antaqawa, 30 de diciembre de 2023
En la foto, 70s, Patti Smith y Sam Shepard (Qepd)

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