LILYMETH MENA -.
Si hubiese sabido a una edad más temprana, que con el tiempo las personas y las cosas simplemente se esfuman, me habría esforzado un poco más para no olvidarlas. Dicen que los recuerdos mas viejos que uno puede tener son de cuando se tienen tres años.
Yo levanto la vista y veo a mi madre embarazada usando esa bata amarilla con encaje blanco en el cuello. La veo desvaneciéndose. Mi padre corre y la carga hasta la cama. Me veo de rodillas sobre el suelo jugando con un patito blanco de cuerda, mientras mi madre se forma en la tienda de ropa interior para comprar calzoncillos para mis hermanos por docena.
Durante mucho tiempo me he negado a la nostalgia porque siempre tuve miedo de convertirme en una criatura melancólica. Muy a pesar mío me doy cuenta de que lo soy, de que quizás siempre lo he sido. Mientras mejores sean nuestros recuerdos de la niñez y la juventud, más soportable será la vejez; al menos, eso dicen.
¿Sera verdad que se puede vivir de recuerdos?
¿Vivir en ellos?
El tiempo es sólo un lugar al que se puede regresar a voluntad, puedes volver a esos instantes que tienes todavía frescos, a los que ya se ven borrosos, y a los que ya casi se fueron.
El tiempo es un lugar al que uno llega o del que uno se va.
En ocasiones, ante algún detonante, vuelvo sin querer (o queriendo), a la escuela, al columpio del parque. En mi imaginación me aventuro mas allá, hasta el mismo vientre de mi madre y me imagino lo que es estar llovido en calidez. En ese lugar donde nadie puede hacerte daño. Donde no hace falta nada más.
Ahora, ya sin miedo de caer en mis recuerdos, me gusta pensar que cuando yo muera, podré volver en el tiempo hasta llegar a ese instante, hasta ese lugar en donde he sido más feliz. Para mí, no existe mejor cielo. Mucho menos uno con nubes blancas y gente alada con una libreta en la mano pasando lista.
Imagen: James Taylor
13 Comentarios
Notable reflexión señorita. Saludos
ResponderEliminarMaravilloso. Siempre vuelvo a los recuerdos felices, vuelvo en busca de felicidad garantizada.
ResponderEliminarDisfruto mucho de su escritura. Al principio asoma un poco de confusión con un toque de pesimismo pero al final resurge la vitalidad. Inspiradora. Muchas gracias por compartir su corazón mediante estos escritos tan personales.
ResponderEliminarClaro que se puede vivir de recuerdos y también de lugares concretos y de situaciones. De esas que cuentas y que te emocionan.
ResponderEliminarCreo que todos tenemos esa necesidad, de volver una y otra vez a aquellos recuerdos felices y de volver a los espacios de la niñez. Muy bonita tu reflexión.
Los recuerdos revolotean sobre nuestras cabezas como bandadas de pájaros negros que picotean las entrañas,o como patitos que cuaquean su felicidad de vivir antes de recibir el escopetazo artero.
ResponderEliminarNo hay cómo espantarlos, y muchas veces nosotros mismos los invocamos para colorear el vacío del presente.
Demoledor texto, mi querida Lilymeth.
Un poderosa reflexión que ya me he hecho, y me hace mucho sentido hoy.
ResponderEliminarPor eso, estoy tratando de ver cada instante presente como una oportunidad para hacer un recuerdo feliz al que quiera volver en otro presente.
Saludos
Qué buena está el tema. Creo que sólo los recuerdos nos quitan del mal momento, actuan como droga, plecebo. Cuando pasó la tormenta hay que darle para adelante y generar nuevos puntos de restauración de los ánimos, algo parecido a lo que hacemos con el windows.
ResponderEliminar“Cuanto mayor es el tiempo que hemos dejado atrás, más irresistible es la voz que nos incita al regreso. Esta sentencia parece un lugar común, sin embargo es falsa. El ser humano envejece, el final se acerca, cada instante pasa a ser siempre más apreciado y ya no queda tiempo que perder con recuerdos. Hay que comprender la paradoja matemática de la nostalgia: ésta se manifiesta con más fuerza en la primera juventud, cuando el volumen de la vida pasada es todavía insignificante”
ResponderEliminarLa ignorancia - Milan Kundera
Desde que leí este post me quedé dándole vueltas al tema porque a mí se me da por volver a esos lugares que como decís son tiempos.. mis momentos alegres.
Regresé a dejar junto a tu post esta frase para no olvidarme que aunque me guste recordar también es necesario avanzar antes de que el tiempo se acabe.
Saludos querida Lilymeth!
Qué lindo sería tener memoria de elefante. Los Elefantes tienen un gran memoria, recorren distancias kilométricas y después se acuerdan perfectamente del camino al volver al punto de origen. Tienen una memoria prodigiosa.
ResponderEliminarde todos los tiempos que me pasaron encima ese que ilustra la entrada es el unico al que me gustaria volver
ResponderEliminarLos recuerdos son como las espinas de algunos cactus; nos sirven para "alimentarnos" en los momentos en los que aparentemente no hay nada que lo haga. Y como las espinas hay que tratarlos con cuidado para no pincharnos y quedarnos atrapados por ellos. Un poco de nostalgia es bueno y saludable, pero cuando -como a veces me ocurre a mi mismo- nos quedamos mucho tiempo en ella, nos puede pasar como con la sal: un poco hace sabroso a un plato, peo en exceso lo arruina.
ResponderEliminarNo sabes cuánto he disfrutado con tu escrito, Lilymeth. Un abrazo cariñoso y agradecido.
wwwwooooowwwwww........................otra vez el mismo texto? que se te esta secando el cerebro o tambien estas perdiendo ademas de vision, creatividad?
ResponderEliminarNo Claudito, lo que pasa es que el texto es muy bueno. Vale la pena que los sigan leyendo y comentando.
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