Por Concha Pelayo
Ojalá fuera yo uno de esos diez millones de españoles que dieron su confianza al Partido Popular.
Ojala fuera yo una de esos, no sé cuántos, millones de españoles que, tal vez, lloraron ante la derrota del PSOE.
Ojalá fuera yo uno de esos españoles que confiaron en algunos de esos partidos minoritarios que han desbancado al bipartidismo.
Ojalá fuera yo uno de esos españoles que acudieron a su colegio electoral para depositar su papeleta en blanco.
Pero no, por desgracia, yo no estoy en ninguna de estos grupos de españoles que consiguieron que las elecciones se llevaran a buen término para que unos brindaran con champán y los otros lloraran desconsolados. Yo me quedé en mi casa y mi voto se quedó conmigo mientras, una vez cerrados los colegios electorales, esperé indiferente los resultados. Iban subiendo los diputados del PP, iban bajando los del PSOE. En un par de horas hablaron Rubalcaba y Rajoy, uno desde la derrota el otro desde el triunfo. Exultantes los rostros de los del PP, cariacontecidos los del PSOE. Y así comienza, va a comenzar, la nueva legislatura y es ahora cuando el pueblo español espera soluciones a sus problemas.
Ojalá que las medidas que adopte Mariano Rajoy no sean a base de recortes salariales para el funcionario o a base de subida de impuestos porque ese receso que hay en el consumo no hará más que agravarse. Ojalá que Mariano Rajoy comience por reducir drásticamente el número de cargos en las administraciones. Ojalá que reduzca un cincuenta por ciento, o más, los sueldos de esos altos cargos que minan los presupuestos del Estado. Ojalá que se eviten esos viajes de trabajo a Holanda, San Petesburgo, Tokio o Dakota del Norte, por ejemplo, para ver el funcionamiento de una empresa donde a las gallinas se les pone música de Mozart para que los huevos sean más gordos, o para ver cómo las vacas en Holanda dan mejor leche porque los aviones no vuelan por la noche y las vacas pueden dormir tranquilas. Esos viajecitos de “trabajo”, esos congresos de pomposos lemas están muy bien, pero estarían mejor si el resultado de todos esos experimentos nos llegaran vía email para que nuestros representantes públicos trabajaran por el bien de los españoles, quietecitos en sus despachos, desgañitándose por resolver los problemas que nos acucian, escuchando las propuestas de tanta gente de bien que sabe cómo se paliaría esta situación que nos ha llevado al caos.
Ojalá que Mariano Rajoy vigile a sus colaboradores para que no utilicen la información privilegiada para lucrarse, para evadir impuestos, para crear esas empresas de humo que, de vez en cuándo, los medios de difusión denuncian. Ojalá que Mariano Rajoy mire con lupa los patrimonios de los que van a formar su gobierno para poderlos contrastar cuando se vayan. Ojalá que el nuevo Presidente del Gobierno de España, no se duerma en los laureles del “éxito” y sepa que es lo que se debe hacer para recuperar la fe en la democracia y para recuperar la ilusión que muchos hemos perdido.
Ojalá que nos vaya bonito a todos.
7 Comentarios
Ojalá que la ola de indignación que crece y crece no nos devore a todos, porque las señales indican que es imparable. El comienzo de grandes cambios, de nuevos paradigmas, de una escisión radical respecto al borregaje silencioso que alimentó con su mansedumbre a tanto sinvergüenza.
ResponderEliminarRajoy las verá negras, porque ya ni siquiera tiene que ver con un color político. El PP dará paso nuevamente al PSOE y viceversa hasta que la burbuja simplemente reviente y cada uno tome su pasaje de ida al infierno.
Un fuerte abrazo mi querida Concha.
No sé si darle crédito a la supuesta cordura de Sevilla y Barcelona, únicos reductos donde el Psoe obtuvo una ínfima mayoría. Fue tan poca la diferencia que se puede hablar de un empate en Sevilla y de un conjunto de empates en Barcelona. España eligió, y eligió mal. El problema es que Rubalcaba también era una mala elección.
ResponderEliminarHoy nadie sabe qué es lo que hará Rajoy para levantar el país. La campaña se solventó en promesas vagas y palabras vacías de contenido.
¿Por qué España no tiene buenos líderes peleando codo a codo por un cambio estructural? ¿Por qué España insiste en ir a la zaga de los procesos mundiales?
Pienso en la Pasionaria y en toda la falta que le hace a su país una líder con esa firmeza y compromiso con el pueblo.
Es un privilegio volver a leer sus escritos, Concha.
Saludos
Cosette
Otro títere de los más ricos. Pobre de él si se le cortan los hilos, porque los pobres se lo comerán a mordiscos. Pronto los parados seremos mayoría.
ResponderEliminarOjalá que así no sea, pero sabemos que Dios tiene sordera crónica.
Saludos
Mario Astudillo Arce
No dar el voto a ninguna corriente política anacrónica es uno de los caminos válidos para manifestar que ya no se cree en promesas vacías, cuando ninguna de las corrientes es una opción de cambio real. Yo hubiera hecho lo mismo. Lástima que la mayoría aún no se haga consciente del poder que tiene guardarse el voto, que sigan actuando como borregos...así no queda más que decir ojalá...
ResponderEliminarSaludos Sra. Concha.
Caroline
Me quedo con la última línea y el título: Ojalá.
ResponderEliminarAmigos, gracias por compartir conmigo el desencanto. Guardarse el voto es la opción que se merecen los que nos gobiernan, pero, por desgracia, el rebaño de borregos abunda entre el pastizal de las democracias.
ResponderEliminarNada pasará Concha, nada bueno debemos esperar de ellos. Sólo que nos sigan asaltando, motejándonos de meras cifras, de masa informe, de idiotas sin voluntad que pueden ser arrastrados hasta cualquier pútrido zaguán.
ResponderEliminarPero no nos quedaremos de brazos cruzados.
Saludos.