Tengo 100 años. Me falta cabello. Me falta memoria. Y me faltan dientes. Tengo 100 años. Se me caen los mocos. Se me cae la baba. Y se me caen las lágrimas. Tengo 100 años. Tengo un jardín. Tengo silencio. Y soledad desparramada por doquier. El cielo. Sí, el cielo. Nuevamente el cielo. Siempre el cielo. El cielo... el cielo... Tengo 100 años. Y repito las cosas. Repito las cosas. Y repito las cosas. Tengo 100 años. Digo mierda Dios y no le temo a la muerte. No me quejo. No opino. No me río. No estoy triste. Soy como ese árbol que mean los perros. Simplemente no digo nada. Día tras día fumo un cigarro, tomo vino y como carne. Día tras día hago estupideces y me perdonan porque tengo 100 años. Y ustedes no tienen idea. No tienen idea. No tienen idea. Tengo 100 años. Estoy senil. Estoy Sedille. Y me cago en los calzoncillos. 100 años. ...¿dónde dejé mis dientes?
*Jorge Muzam*
Lo mismo de siempre. Mañana de levantarse a tientas, más puteando al mundo
que bendiciéndolo. Sigue lloviendo en este septiembre avanzado. ...
8 Comentarios
Qué genial, me encantó.
ResponderEliminarGracias por este texto tan maravilloso, está lleno de vida aunque nos cuenta de una que esta llegando a su fin.
ResponderEliminarSenil, Sedille, cubil, mandril.
ResponderEliminarSiga buscando sus dientes.
Automatismo literario con mucho sentido.
Un abrazo, amigo.
Noble. Pocos alcanzaremos a ver lo mismo.
ResponderEliminarDivertido
ResponderEliminarMaravilloso, la sintesis de una vida vivida hasta el fin.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quién pudiera llegar a los 100 o más ..para qué no sé ..llegaré ..llegaremos ..que serán 100 años vividos?...me falta 50 años por vivir ...relato de memoria y presente.
ResponderEliminarYo tengo 43 y ando por las mismas.
ResponderEliminarBuenísimo