Concha Pelayo
Dice Juan José Millas en uno de sus artículos que tuvo que parar la lectura del último libro de Barak Obama, “Una tierra prometida”, ante la frase:¨"No era una sorpresa que una parte de mi trabajo implicara ordenar matar personas". Confieso que yo también tuve que detenerme, cerrar los ojos y volver a leer la frase. "Ordenar matar personas" Me quedé muy pensativa intentando, como Millas, digerir la macabra orden. ¿Condenar a los culpables o, a muchos inocentes, incluso a sabiendas de que lo son, a la pena de muerte? ¿Mandar matar a personas negras, simplemente, por serlo…? A mi cabeza comenzaron a llegar las escenas que nos muestra, con harta frecuencia la televisión, de policías tiroteando, apaleando o pisando cuellos hasta matar a ciudadanos inocentes que van caminando por la calle, conduciendo su automóvil o reunidos en grupo sin cometer ningún tipo de infracción. Estamos muy acostumbrados a este tipo de escenas sin que reaccionemos, sin que el mundo reaccione, empavado como está ante la política norteamericana que hace y deshace a su antojo, que interfiere allí donde pueda explotar las riquezas de otros países; que se apoya su política armamentista sin que a los países civilizados se les caiga la cara de vergüenza, incluso muchos de estos países son sus aliados, es decir, apoyan sus macabros proyectos. La política de los EE.UU es cínica y perversa. "A Dios rogando y con el mazo dando", reza un refrán castellano. Millas dice en su artículo que Obama parece un tipo simpático, que lleva a sus niñas al colegio, que le gusta el cine, la literatura, estar en familia, en fin... Incluso lloró cuando murió su abuela....pero, claro, una parte de su trabajo consistía, y él lo sabía, en que "debía ordenar matar personas". Mucho daño hace este país al mundo entero aunque nos hacen creer lo contrario. Se va, por fin, Trump y llega Biden, y muchos creerán que ganan los Estados Unidos y que gana el mundo entero; pero ¿qué se esconde detrás de las paredes de la Casa Blanca, qué se gesta, qué alianzas secretas hacen los EE.UU con otros países? ¿Qué nos deparará el futuro? Si es que hay futuro... La verdad, dicen, nos hace libres.
*Publicado originalmente en el blog de la autora, Quién me entiende a mí. 17/1/2021.
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