El lector de poesías lee en cada palabra una pincelada, un cuadro, con la poesía va arriesgándose con una percepción subversiva del mundo.
Babel poética. Caminar y andar, mirar y observar, son cosas ausentes, escondidas y presentes, visibles al ojo que desea, curiosidad y placer, encanto. Es la voz que dibuja, saca colores de los almanaques de la naturaleza: flores, arboles, frutos, semillas, todo es palabra, lenguaje, efluvio y silencio. Inocencia también. Simplicidad. Un vuelo del pájaro, la tierra que sigue adhiriendo en la papa, el irse de un día. Sin nostalgia.
La poesía busca siempre una esencia, en las pequeñeces de todos los días, ¿migajas?, ¿sorbos?, ¿una carta?, ¿la lluvia?, la maravilla de un nuevo color que se enfrenta a nosotros.
El poeta enciende una luz y agarra la brocha, se pone preguntas y diseña palabras.
P.D. La poesía de Juan Cristóbal Mac Lean es siempre un invito a compartir los misterios de la vida. Es una telaraña sin marasmo, que convoca al desafío de la palabra, es una búsqueda del núcleo vital que vive adentro de un organismo vivo, de aquel organismo vivo que, según George Steiner, es un idioma. El libro Meninas ante la apertura de un carruaje, que aquí intento describir me fue regalado por el autor y contiene una poesía tan “delicada” que no me queda que transcribirla aquí, “diario mínimo”: esperé al sol/tomé agua/regué la planta/prendí una vela/y caminé el patio/escuché al viento/hice tantas cosas/que no hice/y miré/irse/el día…
Maurizio Bagatin, 10 de abril 2023
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