Por un inventario del mundo


Un ser humano se mueve sobre los pasos de millones y millones de otros seres humanos. Hemos atravesado la muralla China y construido la pirámide de Keops, ahora encontramos el hielo en el planeta Marte y la inteligencia artificial. Andamos siempre con los recuerdos que aún podemos contar y nunca transmitir y viajaremos atrás en el tiempo, como si fuera una involución perfecta.

Cuando todas las estaciones del año fluían, el frio y el calor y el goce autentico y sincero de sus presencias, jugábamos solamente, ¿o eran en serio los saltos mortales en los ríos aun navegables, las inocentes evasiones de todas las primeras veces y el escalofrió de una emoción cualquiera?

Así seremos, todos los viajes en un libro, los viajes del escritor y de los días tras días de la humanidad; el tiempo de Hamlet y la desarticulación de Shakespeare; toda nuestra pasión por el imposible, la libertad y la memoria de Funes. Todo esto en el pasado que se repite en el presente y en la mirada tierna y violenta de una figura de Guayasamín.

Seremos como la frase que uno encuentra en un libro sin saber quién es el autor: “Hubo un tiempo en que los hombres no estaban y habrá un tiempo en que no estarán y entonces no habrá pasado nada”.

Seremos nuestras desarticulaciones y nuestras fugas el reflejo de una época que estaba abandonando a sí misma; fantasmas de un tiempo que no creían en el privilegio del presente: el árbol que mañana será una silla, el fantasma de Hamlet que se proyecta en el futuro. El libro que siempre llama y exige a otro libro. En mi presente solo la memoria erige los cimientos de mi presencia, el espacio necesario que produce la diferencia -la duda y la huella-, el otro y el futuro. Son las promesas de las palabras que salen de nuestras bocas por decir la verdad. En todos los actos del habla que son promesas.

En este inventario del mundo entrarán nuestros traspiés, que no fueron pocos, la música y el sordo respiro de la violencia bíblica, todas las imperfecciones humanas y el silencio. Un catálogo del polvo movido por imperceptibles movimientos del tiempo. No faltará el absoluto y lo innombrable, el ser y la nada, la poesía de Celan y la fe de Dostoievski. Eros y Thanatos, palabras que embriagarán todas las abstemias semblanzas del mundo, la estatua de Perséfone y el vuelo de Ícaro.

Maurizio Bagatin, mayo 2023



Fotos: 
mauri1- Ruinas de la fábrica de ladrillo y tejas en Rivarotta di Pasiano, Italia.
2- Un árbol de trescientos años en Villota di Visinale, Italia.
3- Cementerios de Bella Flor de Pucara.

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