Esqueletos. Las plantas vibran y se mueven al hilo del aire que penetra desde los cerros. Caen las Ășltimas hojas secas. Las rojas y las amarillas del peral, las del tajibo, que dejan ferviente la teorĂa de Goethe. Una genciana es opacada por el frio intenso de las Ășltimas noches. Frio desĂ©rtico.
Palabras andan sueltas buscando parejas, aliento, el sol y un amor, el lenguaje. Es peligrosa la literatura. Se fueron muchos amigos sin conocerla. Busco en las horas del silencio, repitiendo con voz trĂ©mula, el encuentro de mi lengua madre con el idioma de los conquistadores, mi intento es haciendo trampas con la lengua, como sugiriĂł Roland Barthes. En la Manchester del Nordeste italiano el hormigĂłn y la heroĂna borraron el verde y se llevaron a mucha juventud. No inventamos palabras para acompañar la muerte y el ocaso de una Ă©poca, las palabras se secaron en los vasos de vinos o murieron en otoño con las ortigas en las acequias. El punk fue la ruptura antes de la disoluciĂłn. Luego fue la masacre del mĂĄs salvaje capitalismo. Irnos o aceptar. Yo ahora aquĂ, las memorias del primero joint afgano allĂĄ, el Titti y el Sergio quien sabe en cual materia transformados. O lĂquidos como el recuerdo.
VerĂ© nuevos rostros VerĂ© nuevos dĂas SerĂ© olvidado TendrĂ© recuerdos (Jorge Teillier, Blue)
Es un don dionisiaco, se sabe, el peligro. Mezcla de dolor y miedo y la palabra que construye un puente, un arco, una posibilidad. La trayectoria que recorriĂł a toda velocidad el tiempo, ahora.
Se nos escapaba la cosa misma. La cosa que amamos. En la indiferencia y la soledad que sentimos hoy y que ayer era solo la aceleraciĂłn que estaba preparando, cociendo en una inmensa olla, el presente. El frio aprieta la memoria, el Lolo que no fui a enterrar, la flor ausente o la muchacha que todos deseaban, quedĂĄndose firme en el inalcanzable amor. La sola razĂłn que tal vez pueda acompañar el futuro es la resistencia del libro frente a la mĂĄquina, encontrĂĄndonos en el mismo lugar de siempre. Un tĂ© con t sugerirĂa Luis TĂ©llez Herrero.
El sol calienta muy tarde en las mañanas, olvidĂĄndose de aquellas horas del dĂa que son la permanencia del invierno en esta efĂmera estaciĂłn del año. Pasan frente a mĂ los rostros de toda esta gente que no he olvidado. La muerte es ausencia y hay solo el ruido del progreso, de una tempestad sin cĂĄlculo que va en una afanosa carrera hacia el abismo.
Maurizio Bagatin, 1 de julio 2023
Foto: Invierno en Toco, junio 2023
2 Comentarios
Me encantĂł.
ResponderEliminarGracias Daniel
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