Pedaleo dos horas y media. Entre adictos a Herbalife y transeúntes distraídos de los domingos por la mañana. El poder, las masas y la muerte fueron las tres obsesiones de Elias Canetti. Las religiones y los partidos políticos son, por su fe ciega, otra obsesión de los domingos. Una iglesia que llama por micrófonos a sus fieles vale la campaña de afiliación a un partido político a las ocho y media de un domingo cualquiera. Fellini dixit en una trayectoria de dificultades para hacer entender el arte.
La fauna a las seis y media de la mañana es una fauna abstracta, el vecino de casa saca su perro al parque y no limpia los excrementos que deja bajo el jacaranda, la señora en pantufla oculta una bolsa de basura entre el seto de la jardinera. Si la miro se hace a la loca, mientras el vecino llama a Fox como si fuera su hijo de siete años atrasado para ir al colegio. Es domingo. Está desprendida la fauna, desayunarán api con pastel discutiendo sobre el país imposible aun bloqueado por el sátrapa. Después de la fiesta se reanudará la cantilena de nuestra historia, la que el historiador ha definido reputación.
El poder está en el discurso que seguimos oyendo desde el alba del mundo. Pedalear hace bien, oxigena el cerebro y fortalece las piernas. Tomo un Maltín y me como medio quesillo con locoto de huerta y quirquiña. No a todos le gusta este sabor peculiar. A las nueve y media vuelvo a la casa, los mercados están nuevamente abastecidos, la humanidad sigue la farsa de siempre, algunos han trasnochado y la máscara de Halloween no se le quita; curan el chaqui en la esquina con chorizos tarateños servidos con harta llajwa.
Entre zona sur y zona norte de esta ciudad ya no existe la distancia de hace treinta años atrás. K’ara Kára tiene más servicios básicos que la Avenida Aroma. Las desgracias muchas veces llegan acompañadas de fortunas. Canetti parece iniciar su Opus Magnum, Masa y poder, inspirado por Mariano Melgarejo: “Ni siquiera la ropa garantiza suficiente seguridad”, al pedalear esta mañana recuerdo este gran texto, al ver masas que se reúnen y generan un fenómeno que produce un enigma escalofriante y terrorífico, solo el ser humano es solo, pero cuando se reúne es espantoso. Todos estos fenómenos, la masa en un estadio, en un concierto, en una marcha de protesta, y el opuesto, el solitario mirando a las nubes maravillosas y esta gran gana de lluvia.
Maurizio Bagatin, 3 noviembre 2024
Imagen: La Laguna Alalay vista desde el cerro San Pedro.
1 Comentarios
Saludable recorrido con un estilete en la mirada para penetrar en lo visible y tocar la esencia de la cotidianidad que se vuelve de mañas engañosas a nuestro alrededor. Como siempre muy agradable leer a Mauricio.
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