Desafiando a la soledad


Levanto la piedra como si fuera un yapuchiri, un circulo irregular, trazado de un blanco inmaculado separa el corazón central mas oscuro de la parte exterior mucho más clara. Este año no hubo frutos de níspero, estaciones variables que confirman el cambio climático y esta definición científica que hace intercalar los efectos de la niña con los efectos del niño. Ambos malcriado, por cierto. El poeta esta mañana se acuerda de las escarchas de los inviernos de su niñez, es un retorno a cuanto otro poeta, Rilke, nos recuerda: “La única patria del hombre es su infancia”. Bajo la piedra se puede leer un posible año con sequía y mucha incertidumbre para las nuevas siembras. Ayer el cielo recomendaba ser cauteloso en resguardar el agua almacenada el ultimo año y seguir mas de cerca el ciclo lunar. El aguacero de la tarde es sana humedad que respeta el viejo calendario agrícola, el día del indio que representa mil facetas de nuestra inestable e violenta historia.

“La República de Bolivia adopta para su gobierno la forma democrática participativa, representativa y comunitaria con equivalencia de condiciones entre hombres y mujeres”, es el Artículo 11 del Capitulo Tercero de la Nueva Constitución Política del Estado, aprobada en el Referéndum del 25 de enero de 2009 y Promulgada el 7 de febrero de 2009. La escritura, dijo Platón, es la hija bastarda del logo.

Conservamos mitos tan profundos que logran realmente influir en el pensamiento y en el comportamiento de los pueblos. Resisten a todas las calamidades y son más poderosos que la racionalidad. El paisaje se hace mito y el hombre lo absorbe, se nutre de él, se moldea a su semejanza, de sus materias, de su alma. En este mes se extraen centenares de efervescencias sobre los hechos y los pensamientos de dos cientos años de llamada independencia. Desde Olañeta hasta el llamado Proceso de Cambio, transcurre todo “lo contradictorio en el alma del boliviano”, es Franz Tamayo que penetra cuanto hicieron también Jesús Lara y Tristan Maroff. Seguimos unidos solamente en la fiesta, pueblo derrochador de tanta energía para luego apagarse en largos momentos de apatía, nos auto saboteamos conservando una voluntad de rebeldía moldeada con la tragedia.

En una poesía de Gonzalo Vásquez M. confluye la dureza de “su carne desgarrada y dolorida…!”, en otro poema, Edmundo Camargo excava en agónicos días: “Se contraen los días con el incierto gesto/que rueda sus contornos en longitud de pena”. Tal vez no sea un excelente resumen de la historia de Bolivia, pero muchas esencias van incluyendo. Todo esto parece hecho de deconstrucción, hacia una visión mas emancipadora y hacernos ver que el buen sentido nos hará mas libres.

Maurizio Bagatin, 3 de agosto 2025
Foto: La serranía de Sama, diciembre 2016

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