Salvaje blues

Pablo Cingolani

De las fisuras del mundo, arrancaré uno diferente y sólo para que vos me creas, sólo para que vos me creas que hay otros mundos

De las honduras sin dolor del universo, tallaré una silla, una silla de escampes y de celajes donde sentarnos y contemplar el mar y contemplando el mar dejar que los delfines que aún no han muerto nos inunden, nos cicatricen, nos limpien los ojos y las medusas se enreden en nuestros pensamientos y se los lleven lejos, al fondo del destino y se olviden de ellos y nosotros también

De los precipicios que más te estremezcan, juntaré las nubes y la arena, juntaré toda la arena roja, amarilla y negra de los palacios de pasión que elevaremos hasta las estrellas y desde allí veremos el fondo de todas las simas y el final de todos los tapices y sonreiremos, desde allí, sonreiremos, desde allí, seguiremos sonriendo



De las piedras… de las piedras, de las más duras y tercas, felices y tercas, buscaremos el néctar de lo imposible y las acariciaremos hasta que nos cuenten la verdad, no cualquier verdad, sino la verdad que sólo ellas sabrán decirnos si las cortejamos, ellas, reinas mudas frente a tanto espanto, toda esa crueldad que nos ronda, desdicha pura, ellas, las reinas, ellas, las piedras

De los cometas nos abrazaremos a su piel y volaremos adentro hasta iluminar para siempre el alma de diamante que bendice a cada cual, que atesora cada quien como guitarras que son memorias, como tortugas que ansían probar la sal

De los lugares más extraños, de los lugares que jamás imaginaste que existían, juntaremos las rocas, los atajos y las luces, y ya no padeceremos más, ya no padeceremos, ya que al árbol del conocimiento se lo podrán meter en el culo los malvados y los necios que sobreabundan y nos hostigan con su pesadumbre, nos cercenan con su podredumbre capitalista

Y nosotros, oh mi dios te lo juro, oh mi dios por la sangre de mis sangres, por la sangre de todas las sangres, oh mi dios, nosotros celebraremos así sea el fin del mundo, el fin de este mundo, y danzaremos, danzaremos, danzaremos y nos reiremos hasta morir y moriremos y moriremos con fervor, para propiciar otro, otro fervor, otro mundo, así sea con el último indio del Amazonas que aún resiste tu ropa, tu radio y tu sin razón por ser así, tan absurdo, tan injusto, tu sin razón por seguir insistiendo en ser así.

Pintura: Julia Sánchez Monteis

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