Sucia y maravillosa rata

GONZALO LEÓN -.

Informe sobre Moscú tuvo una edición limitadísima cuando fue repartido en el funeral de José Sbarra en 1996; hoy la recién fundada editorial Palabras Amarillas, surgida del blog de crítica del mismo nombre, lo reedita en una edición un poco menos modesta. El autor, conocido escritor de libros infantiles y guionista de televisión, saltó a la fama cuando reconoció en el programa de Susana Giménez que tenía SIDA y que se negaría a tomar AZT por considerarla veneno. Pero claro, la historia de este escritor argentino nacido en 1950 y su literatura son mucho más que esto.

En 1955 el escritor estadounidense Truman Capote emprendió un similar viaje al que haría José Sbarra treinta y cinco años después; el registro de este viaje se encuentra en Se oyen las musas; donde Capote relata el viaje a Moscú de una compañía de ópera que componían “cincuenta y ocho actores, siete tramoyistas, dos directores, varias esposas y empleados de oficina, seis niños y su maestra, tres periodistas, dos perros y un psiquiatra”. Existe la posibilidad de que este autor haya leído Se oyen las musas, sin embargo es mejor considerar esto como una deliciosa casualidad, porque el viaje de Sbarra a Moscú fue con un texto ya escrito, Marc, la sucia rata, que unos cineastas llevarían al cine previa escritura y traducción del guion. Es inevitable aquí la mención de la nouvelle Un guion para Artkino, de Fogwill, en donde al protagonista, que vive en una Argentina soviética, le encargan la escritura de un guion para una prestigiosa productora de la “madre patria”.

Informe sobre Moscú es un metatexto que trata de las peripecias de un libro ya publicado. Siempre se pregunta cuál es el devenir de un libro; bueno, aquí hay una respuesta. Escrito en fragmentos, como entradas de blog, en una época en que hablar de blogs era vanguardia, porque ni siquiera existían, asombra por su lucidez. En cada una de estas entradas, Sbarra –que también fue colaborador de la colección Yo Fui Testigo de Editorial Perfil– va haciendo gala de una prosa precisa y juguetona que fluctúa entre el diario, la carta a un amante, la crónica sobre las peripecias de un escritor argentino en Moscú y el informe histórico, porque este texto se sitúa momentos antes de que la URSS terminara como tal. Sbarra cuenta cómo los artistas se drogan en una sociedad cerrada como la soviética y también cómo un homosexual como él podía seducir a su traductor hetero de nombre Iracli. Por eso este libro se sitúa en la tradición de los libros de aventuras, como los de Swift o Sterne.

Un viaje a Moscú, por otro lado, es lo más parecido a un viaje a la nada, y en la nada se puede hacer todo: es territorio fértil. “Iracli”, escribe José Sbarra, “me sorprendió pidiéndome que se la metiera despacio. No estuvo mal pero fue poco placer para mí que (si lo sabrás vos) me gusta coger estilo bestia”. Y una noche antes de su partida consigna: “Ahora pienso en vos y me estoy masturbando mientras en la TV Gorvachof discute en un debate y me empieza a bajar el efecto del opio”. Aquí la importancia que tiene un intérprete y la de un líder mundial es la misma en el relato; son personajes secundarios o telón de fondo de sus aventuras, lo que convierte a este texto en amoral y provocativo. En la tradición argentina, podría ubicarse del lado de Osvaldo Lamborghini y Carlos Correas, por nombrar a algunos.

El texto que sigue a Informe sobre Moscú permanecía inédito hasta hoy. Titulado Los pterodáctilos, le da unidad a esta edición al funcionar como complemento: trata de una historia de amor entre dos de estas aves prehistóricas que “fueron los únicos seres vivos capaces de constituir parejas absolutamente fieles”. Si la recuperación de José Sbarra tiene el inconveniente de estar publicado por una editorial nueva, poco conocida y con escasa distribución, ese inconveniente no puede dejar pasar por alto lo principal: si no fuera por esta editorial, no podría hablarse hoy de este autor ni de su obra. Para los fanáticos, desde 2011 y gracias al trabajo de Gustavo Mayares en www.zonaliteratura.com, se encuentra disponible la versión digital de Plástico cruel, que al igual que Marc, la sucia rata, fue llevada al cine.

Publicado en suplemento Cultura de diario Perfil y en el blog del autor (24/04/2014)

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