El gato, Herzog y la selva

Pablo Cingolani

Terminé de leer Conquista de lo inútil de Herzog –un libro esencialista, un libro sobre algo de lo más esencial: la selva- e intento escribir sobre él, sobre Herzog y sobre su libro, cuando el gato me mira tan fijamente

Que dejo de escribir sobre el bávaro y su bitácora y me pongo a escribir esto

Y escribo, ante todo, lo mismo que hace unas horas le contaba a W.

Mira, hermano: Este es un gato de una raza llamada Sabana (Savannah)–es una mezcla de gato común con un felino africano llamado serval, un venerable salvaje, al cual a un idiota –un yanqui- se le ocurrió mezclar con alguna gatita hace menos de dos décadas… algunos mestizajes mediante…aquí está Limón que te/me mira fijamente… y siento el poder de sus ojos felinos/cazadores/fatales y bueno, empiezo a escribirlo

Aunque, pensándolo bien, no es que he dejado de escribir sobre el bueno de Werner y su maravilloso libro, lo estoy contrapunteando –cuidado, además, que el dios Ra se me enoje y la diosa Bastet me deje de cuidar

En definitiva, digo, hay la conexión, el vínculo esencial, entre la mirada certera/homicida del gato y la selva de la cual habla todo el tiempo don Herzog en su libro y es este

Y es que lo esencial no es invisible a los ojos

Es la selva. Es un gato, semi-salvaje, son sus ojos que te reflejan lo mismo

Mírame, escúchame, tócame, sálvame –estoy recordando (libremente) a Tommy de The Who[1] –y las correspondencias fluyen: la ópera, mi hermano Esteban que la ama, Manaus, Fitz, las boas, los hermanos Villas-Boas, Sydney, el Álvaro Díez Astete, los jaguares, el gato Limón, el libro de Herzog, la reunión que sostuvo con Belaunde Terry, presidente del Perú de ese entonces, para pedirle que proteja a los indios, el territorio de los indios, el cine Lara, el rock and roll, los indios, los indios machiguengas que le ofrecieron a H. asesinarlo a Kinski por neurótico y desquiciado, los mismos machiguengas que defendimos con la FENAMAD y con AIDESEP y con el Álvaro y con Sydney, y el mundo que es una mierda pero que, a veces, intenta dejar de serlo

Y mi amigo Roque que anda por ahí, en la Paternal de Pappo y anda en su búsqueda y en sus punas, y la puna que es como la selva que no es lo mismo, pero es igual, es el mismo mírame, escúchame, tócame, sálvame siempre
Es ese Montoneros, carajo, que suena a gloria
Es ese Salva la Selva, que clama un destino
Es ese dont kill the whale –no maten a la ballena- en la voz desgarrada de Jon Anderson
Es Francisco, bro: el dinero es el diablo
Es Cristo, hermano: bienaventurados los que sufren porque para ellos construiremos la Patria Liberada
Volveré y seremos millones, dijo Espartaco, dijo Túpac Katari, dijo Evita y el mundo es una mierda, pero, a veces, intenta dejar de serlo
El gato Limón –que se trepa por mis brazos mientras te lo escribo
El gato Limón - ¡Liberen a Limón! ¡Liberen a Limón! Clama mi corazón, pero la vida me lo trajo hasta aquí y no puedo volverlo carne de masacre
El gato Limón –sucesor de Valentín I, el Rey de Todos los Gatos de Mi Estarme con Los Gatos- está, en estos momentos que lo escribo, intentando destrozar un cuadro del Gastón, hoy que además el Gastón está celebrando sus años –y dejé de escribir y lo llamé por teléfono a Gastón y le anuncié la buena nueva
Gastón, mi Gastón querido, cumpleaños feliz
El mundo es una mierda, pero, a veces, intenta dejar de serlo
Ya te lo dije por el aparatito, el viernes, ojo con ojo, Gastón, nos vemos
Siempre es lo mismo, siempre será lo mismo: mírame, escúchame, tócame, sálvame
Tommy is the way, Tommy es el camino
El mundo es una mierda, pero, a veces, intenta dejar de serlo.

Pablo Cingolani
Antaqawa, 1 de julio de 2019

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