LORENA LEDESMA -.
Las calurosas tardes de mis vacaciones en Corrientes se disfrutaban en la pileta o deambulando por la casa de la abuela mientras los adultos dormían. Era ese el momento oportuno para descubrir los secretos de la familia, tropezar con libros viejos, ropa amarillenta o vestigios de algún momento memorable que no viví. En uno de esos momentos de curiosidad descubrí el altar secreto de mi abuela Negra. Le decían así porque era la clásica morena correntina. Los altares no me sorprendían en lo absoluto, convivía a diario con ellos en la escuela primaria pues era católica y recibía clases extensísimas de la vida y obra de muchos santos. Pero este era especial porque se parecía demasiado a lo que "no se debe venerar" para el culto oficial. Preguntando y aguantándome la reprimenda por la inaguantable curiosidad descubrí la existencia del Gauchito Gil.
En esta tranquila mañana de los primeros días del año, escucho la radio y este recuerdo me viene ante la mención del santo pagano que se aproxima: el 8 de enero habrá fiesta a lo grande en todo Corrientes y en especial en la localidad de Mercedes donde aquel naciera. El conductor del programa de radio que escucho se mofa de sus colegas ante el fanatismo que despierta este santo no-oficial. Me hacen gracia las respuestas y no me sorprende la férrea defensa de los católicos de la mesa que le piden respeto para el santo del pueblo. Las excusas que oigo se parecen a las que me diera mi abuela hace 20 años. Para los locales, Antonio Gil es un héroe que le robaba a los ricos para darle a los pobres. Oh! Esa historia ya me la habían contado antes... Me recuerda a Robin Hood!
La tradición oral cuenta que Antonio Gil murió para estas fechas bajo la sombra de un árbol hacia el año 1878, pero antes le hizo un milagro al verdugo: salvar a su hijo que cayó enfermo de repente. La versión más difundida es que desertó del ejército cuando se libraba la Guerra de la Triple Alianza y se le persiguió hasta darle muerte de un tiro. La otra versión cuenta que al retornar de la misma se le ahorcó y degolló por andar en amoríos con una viuda adinerada provocando el odio de los hermanos. Se conoce poco de él, pero se da por sentado que era generoso con los pobres. Para sus detractores era un simple ladrón de campo, pero lo cierto es que no hay muchos datos al respecto. Entonces ¿qué le dio esa fama que recuerda a Robin Hood? La gente que acude a él. Entre sus seguidores abunda la gente humilde y los que se dedican a oficios deshonestos. Después de San La Muerte, el Gauchito es el santo que cuida a los ladrones cuando salen de ronda. Su imagen adorna sus casas antes de ser apresados y sus celdas mientras aguardan la sentencia. Los que le quieren y aseguran que no son delincuentes, dicen que el Gauchito no discrimina a la hora de hacer sus milagros y aseguran que él siempre fue honesto y generoso, siempre que se cumpla con lo que se le promete.
Sin demasiadas pruebas que relaten el paso a paso de su vida, se cree en esta historia y se le tiene mucha fe. Basta para sostenerlo las miles de voces que aseguran haber sido beneficiados con un milagro. Rezar en su nombre es tan común como pedirle trabajo a San Cayetano o un novio a San Antonio. El debate en torno a este santo popular, y que la iglesia terminó por aceptar para no perder más fieles, siempre revive en esta época del año, al punto de opacar a los mismísimos reyes magos que llegan unos días antes. En estos días, muchos cierran sus negocios aún a mitad de semana para peregrinar hasta su santuario en Mercedes, muchas casas visten de rojo y mucha gente también!! Cada vez que veo a un señor entrado en años vestido de gaucho completamente rojo, recuerdo a esa estatuita que vi en la casa de mi abuela: tras una cruz de madera una imagen de un hombrecito de mediana edad con pelo largo y ojos vivaces vestido con ropas blancas con una vincha y un pañuelo rojo en el cuello que simbolizan su reclutamiento por parte del Partido Liberal para pelear en la guerra civil correntina contra el partido opositor Autonomista... Oh.. me doy cuenta por donde pasan los amores-odios con respecto a este personaje, más allá de la veracidad de sus milagros y de su aceptación para el culto. Entiendo sobre todo la burla del periodista de la mañana hacia el caudillo dueño de la radio que hace de locutor, que se escudaba en su judaísmo para defenestrar al consentido de la gente, cuando en realidad defendia su postura política y su posición social.
Cosas que pasan desapercibidas cuando uno ve a un gaucho rojo y se queda prendido a la fiesta que se viene.. con mucho vino, asado y chipá!!!
10 Comentarios
En mi casa, Lorena, había también un pequeño altar con varias imágenes, la de Fray Martín de Porres, la de la Virgen del Carmen y la de un Sangrado Corazón de Jesús. Mis padres, especialmente mi madre, más que devoción hacia ellas lo que tenía dependencia psicológica de ellas.
ResponderEliminarCreía tanto en la intermediación de los Santos, una especie de conseguidores de cosas ante el Dios supremo, que siempre -día y noche- le tenía encendida una lámpara de aceite ante ellas. De hecho, si estaba teniendo un mal día de ventas en la tienda, llamaba corriendo a la señora que trabajaba en mi casa para que comprobara si la lámparita estaba encencida o se había apagado, y cuando así era, le decía enojada: "¡¡Pero Eva, cómo vamos a vender si los Santos están a oscuras!!"
Yo, honestamente, lo de arrodillarme ante una imagen para pedirle cosas, me resulta tan absurdo -respetando, por supuesto, a quien en ello cree- que me parece igual que cuando veo a los niños llorando porque debajo de la cama o en el armario está un monstruo que se los come si apagan la luz...
Cuando yo era niña, era costumbre entre las familias, pasarse una virgen del Carmen (creo), dentro de una urnita de cristal. Se pasaba de casa en casa y se rezaba el Rosario, juntos, en torno a la imagen. Pero no recuerdo excesiva devoción ni veneración. Creo que se rezaba el rosario como papagallos y punto. Se llevaba la virgencita a la vecina y así hasta que volviera a tocar. Este tipo de advocaciones son propias de culturas poco evolucionadas y de ámbito rural porque resulta cómodo, incluso benefactor, tener fe y creer en aquéllo que no vimos. Estoy manifestando, por supuesto, mi propia experiencia. A medida que he ido evolucionando y viviendo, reconozco que todas esas cosas se me han quedado un poco trasnochadas, pero reconozco que vivirlas con el sentimiento que las viven algunas personas es bonito y entrañable.
ResponderEliminarUn beso Lorena.
Gran relato, Lorena. Desconocido para mí. Inevitablemente surgen las comparaciones. Chile tiene sus propias animitas, difuntos de muertes trágicas que se les atribuyen capacidad de conceder favores a los vivos. El ex Presidente Balmaceda, por una extraña razón, les da una manito a los estudiantes y el francés Emilio Dubois, en Valparaíso, a quienes se mueven en los bajos fondos.
ResponderEliminarGracias por compartir el texto.
Hoy se venera más bien a San Televisor, a San Notebook, a San Closet y a San Enfriador de Cerveza en cada casa. Los antiguos altares han sido desplazados.
ResponderEliminarLuego nos cuentas qué tal estuvo la festividad, mi querida Lorena.
Hace muchos años que dejé de creer en la religión católica, que es la que más conozco y en la que fui formada. Mis abuelos maternos y paternos tenían altarcitos en lugares bien privados de sus casas. Sólo recuerdo que prendían velas y que eran muy coloridos, pero yo era tan pequeña que no recuerdo a qué santos adoraban. Parece que uno de ellos era San Sebastián, porque estaba lleno de flechas enterradas en su cuerpo.
ResponderEliminarSi creyera, hoy le haría una rogativa a San Antonio para ver si me trae un compañero que mucha falta que me hace. Digo un compañero como esos de los cuentos de hadas, porque de los comunes Dios me libre. Nunca más.
Buen relato Lorena. Siempre nos das a conocer cosas pintorescas de tu país.
Un abrazo.
Gracias por sus comentarios. En este momento es medianoche en Argentina y en la ciudad de Corrientes estallan los cohetes y otros juegos artificiales como si fuese una segunda navidad, incluso logro distinguir algonus tiros de armas de fuego.. Todo vale para celebrar al santo del pueblo. Esta provincia hiper conservadora se revela a la religión oficial poniendo en lo alto a un pobre y marginal gaucho por encima de Ntra. Sra. de Itatí, la patrona y protectora principal. No los culpo, con la pobresa que hay no está demás buscar caminos alternativos. Lo que aplica a la relión también cuenta para la política, es obvio que todo está relacionado.
ResponderEliminarUn abrazo y mi sincera gratitud por tomarse un tiempo para leer. =)
Esos santos son verdad porque, muertos o vivos, los pobres que sobreviven a tanta penuria y aun así se las arreglan para ayudar a los demás, sí son santos. Yo le rezo a uno de ellos.
ResponderEliminarHacía tiempo que admiraba a César Chávez, líder campesino, y, muerto éste, tuve el honor de entrevistar a su colaboradora Dolores Huerta, muy distinta a él, muy terrena y poco dada a la piedad ecleciástica, muy de izquierdas.
Un par de años después, entré en un "periodo piñata" (aquél en que te caen palos de todas partes a montón). Todos los palos, por distintos que fueran, los llevé bien (desempleo mútuo junto a mi "cónyuge", matrimonio en picada, bancarrota, fumando, tomando, el azúcar y la presión altos, perder la casa, mi hija sin hablarme ni abrazarme por 1 año, etc.), jejeje
Hasta que cayó un superpalazo a un "familiar" íntimo que se deprimió y cambió de la noche a la mañana hasta parecer un extraño, entre suicida y malévolo. Me atacó y me la tuve que aguantar sin moverme para no darle golpes (intervino tercera parte). A este familiar le traté de ayudar con médico y siquiatra y le aguanté las cosas más peligrosas, rezando a Cristo, su Madre, ángeles y santos (hasta a Buda recé) y llegó el momento en que nada, no salía nada, nada funcionaba y ya no pude más.
Le recé a Chávez, en secreto, sin imágenes al descubierto (tenía una escondida). Esa noche empezó a solucionarse el problema estando yo fuera de casa, sola, lejos, miedosa. Me lo contó mi esposo. En 1 semana: no problem.
Posible explicación científica: mi psique generó una onda de energía positiva que alcanzó a la persona deprimida. Pero mi energía de nada había valido hasta que la auné a la de Chávez.
Las grandes almas no mueren y su efecto luminoso se hace sentir sobre los vivos, según varias religiones como el hinduísmo, el budismo y las religiones abrahámicas. Para los ateos y cientificistas, o agnósticos, "la energía no se crea ni se destruye sino que se transforma"
La iglesia católica habla de "la comunión de los santos", es decir de la comunicación entre aquellos, vivos o muertos, santificados por su esfuerzo ante la penuria y por su amor heroico. Lo creo. Y de paso ahí mete a los judíos puesto que los primeros santos son los hebreos que fueron al "seno de Abraham", seguidos de Elías y los profetas, toda la gente, viva o muerta, de virtud extraordinaria y que sirva a la Divinidad bondadosa, cuyos hijos somos todos.
César no ha llegado aún a ser considerado ni siquiera "venerable" (a esto sigue "beato" y por fin "santo" canonizado), y que yo sepa nadie ha introducido su causa; no le rezo tanto.
Soy católica, aunque de convicción y fe en Jesucristo, no tanto por mis "virtudes" o mi crianza (mitad de familia atea socialista). En mi casa no había ni santo ni cruz, porque mi padre era agnóstico, pero sí había una virgen chiquita en el cuarto de los niños. Y nuestra madre nos puso bajo el manto de la Coromoto.
En mi país natal, Venezuela, se venera a José Gregorio Hernández, el médico de los pobres, y eso entre católicos y también entre santeros. Es un "santo" tan popular que se desborda
Recen, recen siempre, oren y si no creen pues mediten o contemplen o hagan yoga o reflexionen sobre el alma y su posible existencia, sobre los pobres santos y los santos pobres.
Tal vez le pida a San Néstor que ayude a Cristina. Falta el combustible, la la plata en los cajeros, las cosas no paran de aumentar y parece que la delincuencia no para de crecer... como el pasto después de una semana con lluvias incesantes.. Puede que funcione...
ResponderEliminarSaludos Maria Eugenia!
La presencio todos los años, es una fiesta horrible donde se hace de la fe un comercio descarado o una excusa para una borrachera que dura una semana.
ResponderEliminarMirtha Sanchez
No se puede hablar asi de nuestros iconos, nuestros santos, nuestros simbolos. Es un desproposito pero que podia esperarse de alguien como voz
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