LORENA LEDESMA -.
¿Perdonarías una infidelidad? ¿por qué la mujer no puede ser llevada por la pasión como el hombre? ¿no le caben a ella las mismas excusas? ¿hay que someterse a lo prometido por siempre? ¿hombres y mujeres amamos diferente? ¿creés entender a las mujeres? ¿es posible generalizar en cuestiones de género? ¿el que engaña piensa más allá de la circunstancia que lo desborda al momento de romper su compromiso? ¿se disfruta engañando? ¿se goza más a costillas de otro? ¿está presente el otro? ¿perdonarías? ¿pedirías perdón? ¿sentís que hay en tales ocasiones culpa alguna? ¿el orgullo disimula la culpa?
¿Creés en el amor? Es posible que todos nos estemos engañando con este concepto, que le hayamos atribuido más importancia de la que merece. La vida es breve y dejarse llevar debiera ser la mejor forma de disfrutarla. Una actitud muy moderna sería dejar de lado las convenciones y las palabras gastadas de tan mal empleadas, que datan de tiempos donde se pretendía someter, privar, ocultar, apropiar. No es tan difícil hacerse de una compañía y conseguir una caricia cuando uno siente la soledad como un mal momento y no como un estadio ideal. Amar, ser esclavos de la voluntad de alguien y como venganza querer verle rendido a nuestros pies para que sienta la misma humillación que nos corroe el alma. ¿Será que amando manchamos al deseo que es un sentir más puro y natural, que no priva ni aprisiona? Qué enajenado se siente uno amando, qué volátil es su ánimo y qué incierto su destino.
A pocos se les es dado el amor como sinónimo de felicidad. Amar parece algo ambivalente, a la vez que terrible y maravilloso. Siempre que intento echar a perder la reputación del amor se me señala el nunca haber amado. Hoy no podrían decirme eso, yo ya te amo y padezco cada día lo peor de ese sentimiento, pero también disfruto de la experiencia de no tener el control de mi misma. En contra de los cómodos que viven llenando de bienestar superfluo sus vidas, aseguro que no hay nada mejor que una vida que duele, que un alma que llora y ríe con la misma intensidad.
Hoy puedo decir que he vivido, que he sentido y me he contrariado hasta el punto de no querer vivir. Sin embargo, quiero vivir y sé que aún tengo muchas cosas por sentir. Nunca antes me pasó. Supongo que me juega en contra la inexperiencia personal y los chismes que oí. Las mujeres nos sentimos solidarias cuando a otra le ocurre. Las más necias dirán que no, pero hasta la más loca sentirá el peso de una traición, aunque tal vez no lo confiese como le ocurre a las más bellas. Con la misma carga de prejuicios justificamos la actitud en contra de un hombre porque suponemos su falta de amor y compromiso ¡¡qué injustas!! Yo creo que a las mujeres nos nace amar cosas muy distintas que a los hombres. Creo que en la mujer existe una angustia interna, una falta de estima a futuro. Nuestra necesidad de estabilidad y protección está más allá de nuestro control e incluso sobrevive a nuestra oposición a viva voz para no parecer antiguas o tradicionalistas. Conforme pasa el tiempo los hombres no hacen más que acrecentar esos miedos en sus discursos y actitudes. Las mujeres dañan para defenderse y derivan sus intereses por instinto de supervivencia. Por eso, hasta la mujer más bella y rica, con posibilidades de prolongar su juventud y belleza, sabe que corre contra el tiempo y que en algún momento caerá derrotada ante otra mujer por cualidades intrascendentes. La certeza de la derrota ante otra, la obsesión por retenerlo a él, todo es en vano. Qué porquería que nuestras vidas se orienten hacia esos rumbos. Pensamientos como ese hacen de muchas mujeres seres tristes que se trasvisten de bombas sexuales o señoronas de barrio. La confianza de una mujer se pierde tan rápido. Qué castigo ser mujer.
Te miro y te leo. Veo que siempre serás un hombre interesante. Con suerte la mayoría de los hombres tienen posibilidades de serlo, aunque vos lo serás en extremo y seguramente entre los mejores. A veces pienso cuánto te amo y cómo quiero aprovechar el tiempo durante el que me quieras junto a vos. Qué pensamiento tonto ¿no? A algunas mujeres como yo les vendría muy bien olvidarse de estas cuestiones y dejarse llevar o quizá confiar en que han elegido al mejor de los hombres, a uno que es único y particular, y que por tanto escapa de las generalizaciones precedentes. Esa es una apropiada idea que me permite ser libre a tu lado, dejarme seducir y enamorar hasta el delirio...
12 Comentarios
Un corazón incontinente, un torrente de emociones que se atropellan unas a otras, una mujer que prefiere el doloroso e inconducente delirio del amor a la quietud mortífera de la soledad.
ResponderEliminarIntenso, caótico, rabioso, como cada palabra salida de tu alma, querida Lorena.
Pasó un tornado y luego quedó una tensa calma. Preguntas como esas rondan nuestras cabecitas y nos llenan de dudas. Bueno escribirlas y luego entregar se a amar.
ResponderEliminar¡demasiado preocupada! pero interesante saver lo que pasa en esa cabeza y me figuro pasa en la de muchas otras damas.
ResponderEliminarMi consejo: entregate al amor y disfrutalo. no lo hagas tantas preguntas.
Querida amiga:
ResponderEliminar¡Qué hallazgo este post! ¡Qué relato más sensato, más sensible, más sentido...!
¡Qué carta de amor y desesperación, de dolor místico, de éxtasis amatorio!
¿Quién, admirada Lorena, no queda conmovido viendo un corazón exultante y sangrante, desnudo a la vez que arropado por el amor como es que presentas aquí?
Soberbia historia, llena de ternura, Lorena.
Un enorme placer ser parte lectora de ella.
Gracias a todos por sus comentarios y Muchas Gracias "especiales" Jesús por tus palabras que me conmovieron especialmente porque en efecto es una carta de amor.. y muy sentida que tuvo ocasión de llegar al destinatario el mismo momento en que la escribí. Sin filtros y sin censuras, al menos sabe cuánto lo quiero.
ResponderEliminarY no le molestó que le pregunte.
Saludos :)
placer doloroso al leerte y reencontrarme con tus letras...
ResponderEliminarGracias.
Estoy convencido de que el talento literario puede desplegarse consciente o inconscientemente desde cualquier forma de escritura. Por eso soy un fisgón de mails, un ladrón de cartas de amor, un hurtador de diarios de vida, un almacenador de garrapateos en servilletas, un olfateador de testamentos, en definitiva, un auscultador de todas las buenas asociaciones de palabras que normalmente están condenadas a desaparecer o que ni siquiera son escritas con la intención de que alguien más las llegue a leer.
ResponderEliminarLorena, nuestra querida y admirada Lorena, se resiste a escribir sistemática y tradicionalmente, pero su talento, su grandeza, su apasionamiento vital y la complejidad de su alma quedan al descubierto en cada una de sus manifestaciones personales.
A ti te preguntaría si luego de amar tanto sería capaz de dar otras oportunidades si esto que siente no prospera. Leo un carazón enamorado y en crisis.
ResponderEliminarte molesta que te pregunte?? si te casarias conmigo?? me hace falta compañia. luego te responderia todas las preguntas
ResponderEliminarLorena, efectivamente un relato "sensato y sensible", una combinación muy tuya; la tv mostró hoy noticias de Chile y el lindo rostro de Camila Vallejo Dowling, así que me pasé por Plumas Hisp para leerlos a uds. y, después de admirar las fotos de Hispano América, me quedé en tu relato porque tiene una calidad estética grande y mucha delicadeza, algo que no se lee en estos tiempos.
ResponderEliminarMaría Eugenia
Hola Marieu! Te extrañamos por acá. Gracias por tus generosas palabras.. Hace mucho que no comparto nada personal de este modo tan particular, el tiempo pasa y las circunstancias cambian y nos cambian.
ResponderEliminarAbrazos :)
Simplemente estás viva y eres sensible. No hay ningún defecto en ello, como tampoco lo hay en que tú me gustes y hasta te desee.
ResponderEliminarNo me iré sin ti, te traeré hasta mí.