Por Pablo Cingolani
Sólo el manglar sabe tu nombre y espera crecer en ti, agasajándote con salvajes magnolias Sólo la arena que es piel y acecho, espejea y agradecido vibras y le devuelves azares
Sólo el tigre te ve, te memoriza, sólo él sabe de destinos y sendas, de laberintos y selvas
Grita el petrel del trópico, grita a la orilla, sin muelles, ni faros, ni motivos, grita
Celebra los inviernos idos, los inviernos venidos, y esa vez que se enamoró de una goleta
La tambora de la corriente negra y dulce golpea y baila con los peces rojos del Darién y los manatíes
Todos, entre brumas, pronuncian tu nombre cuando la noche –la noche reina y también cantora
Inicia sus ceremonias y late al son de los cangrejos que vuelven a las playas y late con vos
Y cuando cantas borracho el himno de los piratas, cuando cantas esa música antigua
La canción del ron, las azules islas y el compañerismo, la canción que más duele y la que más alegra
Los árboles se estremecen y cantan con vos –como un pueblo verde que canta
Los árboles se llenan de ilusiones y cantan con vos –como un pueblo de pie, de hojas y de corazón que se agita y se arraiga
Los árboles se imantan de lunas, y cantan con vos –cantan y cantan
Hasta atrapar al sol que llegó a la fiesta desde la China.
Pablo Cingolani
Río Abajo, 22 de julio de 2012
5 Comentarios
Fascinante poema. Me gustó muchísimo. Lo felicito.
ResponderEliminarviva el blues de Demerara!!!
ResponderEliminarPedro Tomave, desde Colombia
Un blues que sabe a magnolias y a ron, a compañerismo, a soles que no se toman vacaciones, porque saben que los manglares y petreles necesitan tanta luz.
ResponderEliminarExtraordinario poema.
Lo imagino cantado. Hermoso.
ResponderEliminarSaludos
Hermoso poema. Me encantó! Disfruto mucho de tu forma de hacer poesía. Saludos.
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