LILYMETH MENA -.
Siento tanta sed ahora, me siento tan seca, tan urgida de líquido; miro la piel de mi brazo y las grietas parecen más marcadas, más anchas, las orillas se han ido separando como cuando hay un temblor y se abre la tierra, casi me da miedo partirme en pedazos mientras mis dedos teclean. Mis ojos están opacos como los de los pescados sacados del mar y tirados sobre las maderas del muelle para ser destripados, las córneas apretadas, disminuidas, los labios que sangran, los oídos reventados, la lengua ya no sabe lo que es beber, podría lamer una piedra o un sapo, tengo una sed muy atrasada, pareciera que no he bebido en siglos. He caminado tanto, he vagado tanto tiempo. La planta de mis pies se ha vuelto áspera de pisar el suelo, cada paso ha marcado sobre ellas pequeñas huellas que duelen, que molestan, quisiera rascarme pero temo causar más daño que descanso; a lo lejos miro a mucha gente sonreír, bebiendo sorbetes de limón, de vainilla, de fresa ¡Y yo con la sed que tengo!
El sol cae sobre mis hombros como cae sobre todo el mundo, a diferencia que a mi los rayos parecen calarme muy hondo, mas allá de la piel, tejidos o huesos, mas allá de la conciencia, mas allá de mí. Se puede caer tan profundo y quisiera, realmente quisiera, hallar un pozo y arrojarme, hundirme hasta el fondo.
El sol cae sobre mis hombros como cae sobre todo el mundo, a diferencia que a mi los rayos parecen calarme muy hondo, mas allá de la piel, tejidos o huesos, mas allá de la conciencia, mas allá de mí. Se puede caer tan profundo y quisiera, realmente quisiera, hallar un pozo y arrojarme, hundirme hasta el fondo.
Dejarme ir hasta abajo donde todo sea acuosidad oscura y reconfortante, consuelo divino.
Donde ya no importe si me cala el sol, si me parto en dos, si me abro en vano.
He perdido la cuenta de los oasis que pensé mirar en el camino, esos que al acercarme y tenerlos bien cerca resultaron ser todos espejismos, ilusiones crueles de mi mente alucinante, embriagada de necesidad.
“No es lo mismo necesidad que amor” me dijiste una vez, pero, el que ama necesita y el que necesita cuando encuentra siente que ama, cómo pueden separarse los verbos, los sentimientos, las intenciones, cuando van irremediablemente unidos.
Siento tanta sed ahora, estoy tan cansada de caminar bajo los rayos del sol, los brazos caídos a mis costados ya sin fuerza, el cabello quebradizo que se cae cuando sopla el viento sur, uñas rotas, labios sangrantes, párpados pesados que se quedan pegados al hacer contacto buscando alguna lágrima, mi mente y mi corazón que sueñan despiertos con tu mano, tu mano blanca y pequeña estirada en el aire buscando la mía y tu voz diciéndome quedo con ese tono tan gentil que tienes, mi amor. “Ven, yo seré tu fuente inagotable, ya no vagarás sola en este mundo”.
Donde ya no importe si me cala el sol, si me parto en dos, si me abro en vano.
He perdido la cuenta de los oasis que pensé mirar en el camino, esos que al acercarme y tenerlos bien cerca resultaron ser todos espejismos, ilusiones crueles de mi mente alucinante, embriagada de necesidad.
“No es lo mismo necesidad que amor” me dijiste una vez, pero, el que ama necesita y el que necesita cuando encuentra siente que ama, cómo pueden separarse los verbos, los sentimientos, las intenciones, cuando van irremediablemente unidos.
Siento tanta sed ahora, estoy tan cansada de caminar bajo los rayos del sol, los brazos caídos a mis costados ya sin fuerza, el cabello quebradizo que se cae cuando sopla el viento sur, uñas rotas, labios sangrantes, párpados pesados que se quedan pegados al hacer contacto buscando alguna lágrima, mi mente y mi corazón que sueñan despiertos con tu mano, tu mano blanca y pequeña estirada en el aire buscando la mía y tu voz diciéndome quedo con ese tono tan gentil que tienes, mi amor. “Ven, yo seré tu fuente inagotable, ya no vagarás sola en este mundo”.
Yo que he sufrido sed toda la vida.
5 Comentarios
Un desierto sin lágrimas parece incluso más desolado que un polo sin luz.
ResponderEliminarPero de todo lo andado queda alguien realmente valedero que extiende la mano.
Queda demasiado por recorrer, sólo hay que respirar profundamente antes de dar lo nuevos pasos.
Excelente relato. Un abrazo grande mi querida Lilymeth.
Y de repente.. hacemos un balance. No hace falta que estemos de cumpleaños ni que estemos cerca del año nuevo para que nos de un ataque de nostalgia y nos pongamos a pensar, a recordar, a resumir y nos den ganas de recortar. Mis balances casi siempre son negativos.. tiendo a lamentarme por los abrazos que me faltaron y los amores que no vivé, las primaveras que no disfruté por estar encerrada estudiando para ser alguien -palabras de mi madre. Entonces siento como vos escribís y describís acá: siento sed. No sabría decir cuánto he andado, nunca me he llevado bien con las cantidades, sí podría detallar lo mal que me siento y el cansancio que me oprime el corazón hasta desahogarme en un llanto.
ResponderEliminarPor fortuna no perdí las esperanzas y la mano tendida para ayudarme con lo que queda del camino llegó.. llegó justo a tiempo.
Directo al corazón, iluminada como ese sol.. dolorosa como éste mismo también.
Muy bueno, un abrazo.
Cómo interpretarlo. Sequedad, soledad. Cómo saciar la sed. Quién puede saciarla para siempre. Se hace lo que se puede aunque la sed nunca nos abandona.
ResponderEliminarSaludos
Nos acompañarán en el trayecto pero a la meta llegamos solos.
ResponderEliminarBeba mucha agua, aunque previamente fíltrela para que no se trague las partículas religiosas.
ResponderEliminarSaludos