Si las heridas no fueran nuestra brújula
Si la geografía de un dolor
geológico y amor de vísceras y pan de cada día
No tatuase nuestro mapa del
cuerpo, no tramase nuestro mapa mental, existencial
Si nuestra cartografía no incluyera
el archipiélago de nuestros mártires
Las penínsulas donde siguen
exiliados tantos compañeros
Los istmos que recorrimos nosotros
para volver a tierra firme
Y regresar a abrazar a los
hermanos de siempre, volver a abrazarlos
A esos incorregibles que son como
nosotros
A ese nosotros donde también somos
indios porque todos nosotros somos incorregibles
A esos indios que son bandera de
poncho y piedra, de chonta y flecha
A esa bandera que nunca la
vencieron
A esa bandera que nunca la
dejamos vencer ni dejaremos que se olvide o que se cambie o que la vendan porque
es el rostro de nuestra historia y es la alegría de nuestro pueblo, es la
alegría de nuestra Amanda, es la alegría de nuestro Sebastián, es la alegría de
nuestra María Victoria
Si no pudiésemos seguir
honrándolos, celebrando y compartiendo
La vida y la militancia que son
lo mismo
El fervor, la pasión y la entrega
que son igual
Si no sintiéramos con la misma
piel, el mismo sacrificio, la misma lucha
El vino, las cordilleras, las
selvas que se conjugan, que se hermanan, que son un solo viento, una sola
libertad, una sola tierra
No escribiría más una línea, ni
una raya, ni una coma y menos un punto que nos separe más
No escribiría más pero me
quedaría con ellos, con nuestros muertos
En clandestinidad y en arraigo
raigal
En el cumbre del cerro, en las
apachetas de la vida
En el fondo de la quebrada
En el medio del salar
En un lugar donde pueda seguir
cantando pa´ dentro, si es que no podemos cantar o si es que nadie quiere
escuchar
Seguiría con ellos, atizando ese
fuego en el alma que no se puede apagar, que no podré apagar jamás
Otra vez, volamos a Puina,
hermano
Otra vez, como cóndores azules
Esta es mi canción
Ese es mi amparo.
Pablo Cingolani
Río Abajo, 28 de marzo de 2013
2 Comentarios
Otra vez. Eso está muy bien querido amigo.
ResponderEliminarHasta horadar la piedra.
Un abrazo fuerte
Muy buen poema, saludos.
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