ROBERTO BURGOS CANTOR -.
Para quienes aceptan que no solo de pan vive el hombre, las recientes publicaciones de la Universidad de Cartagena, Wenzel de Carlos Villalba Bustillo; El fantasma urbano de Samir Beetar de Ricardo Chica Gelis y Santiago Burgos Bolaños; Panorama del arte escénico en el Caribe y Centroamérica de Jaime Díaz; La pupila incesante de Rómulo Bustos Aguirre, constituyen una buena noticia. Deben de haber otros que no conozco y que despiertan el interés desde el título, como el de El Carmen de Bolívar y su tabaco en los Montes de María. Éste me recuerda la monografía de Jesús Bejarano sobre el tabaco de Ambalema.
Poco a poco estas ediciones buscan su forma y han mejorado de manera notable. Se nota el empeño de Freddy Badrán Padauí y la voluntad de las directivas por afirmar un fondo editorial atractivo, riguroso y de calidad editorial.
Con el talento de los autores, docentes, investigadores, alumnos, artistas de la Universidad, es mucho lo que puede explorarse en las ciencias y en las artes para avanzar en la integración y el conocimiento de un país tan fragmentado por sus prejuicios, sus exclusiones y sus intereses.
Por tradición y logros las editoriales universitarias están llamadas a ser la vanguardia de las renovaciones y una especie de paso adelante o advertencia de los cambios que vendrán en las sensibilidades y los conocimientos.
No dudo que el rector Germán Sierra Anaya habrá sentido el aire de quien llena un vacío con la presentación de la espléndida obra poética de Bustos Aguirre. Resultaba inexplicable que un poeta publicado por la Universidad Nacional de Colombia, una universidad española, no estuviera en las ediciones de su alma Mater.
La dificultad mayor que afrontan las publicaciones universitarias o académicas, y no solo ellas, en Colombia, es la distribución. ¿Cuántos lectores saben de la preciosa colección de historia publicada por la Universidad Industrial de Santander?
Es una suerte que una colombiana y un español hayan fundado una distribuidora que maneja con eficiencia y pulcritud los fondos universitarios. Allí están confiados los libros de las colecciones de la Nacional y de la Javeriana. Y una que otra editorial independiente. Todos al lado de libros universitarios extranjeros.
Con los buenos títulos de la Universidad de Cartagena es la hora de hacer un catálogo razonado y seductor para regar la información básica de las publicaciones, sus características, reseñas de su importancia en el campo respectivo, el precio.
El libro del poeta de Santa Catalina de Alejandría, parece un recodo de Kavafis, es un excelente gancho para lanzar los otros títulos. Para los estudiosos y para quienes guardan el secreto de la fe poética, tener un conjunto de libros desde 1988 hasta 2013, en un lujo que alimenta la vida y la preserva. Rara escritura de una mano invisible.
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