ALBA SABINA PÉREZ -.
Aprieto los dedos contra los ojos
Hasta oler todos los bosques de Australia
Y me muerdo ambas manos, ya quemadas
Hasta escuchar el caos de las sombras
Comprendo la miseria de miserias
Que siempre fueron más que algún elogio
Y el extremo del hombre de Vitruvio
Entregado al placer de desmembrarse
Abrazo las palabras con mi cuello
Hasta tener moradas cuatro palmas
Y una noche enroscada por la torre
Mata a su rey por demasiado amarlo
Ignoro la cuenta de mis colillas
Enredadas en las hojas del pez
Y admito cada silogismo que
Me han escupido por gritarle al alba
Rasgo un pabellón lleno de diamantes
Con una vuelta de tuerca de ayer
Hasta cazar al corredor de fondo
Cuando abracé mi minuto de caos
Cargo con jergas de vasijas secas
Que hablaban con su viejo ceramista
Y miro el dolor de papayas verdes
Para entender el cauce de su leche
Regresé, ya por fin, a la tiniebla,
Le lloré suplicando conservar
Mi deleite en cada rastro de sí
Y duró una mísera eternidad
Ahora hago un poco más de mi espacio
Para cualquier suerte que pueda arder
Porque cada alma que se ha inquietado,
Entiende la eternidad de una sombra.
Pintura: Diego Mille
Pintura: Diego Mille
7 Comentarios
wow qué magia!!!!! Felicidades
ResponderEliminarGran poema. Felicitaciones y bienvenida a Plumas Hispanoamericanas, estimada Sabina.
ResponderEliminarUn abrazo.
Precioso poema Alba, tiene mucha fuerza y huele a poesía maldita. ¿Primera poeta maldita canaria? Lo celebraría, no están las cosas como para bendecirlas. Felicitaciones.
ResponderEliminarMuchas gracias a los tres :)
ResponderEliminarMuy buen poema!
ResponderEliminarBienvenida Sabina!!! Muy bueno tu poema.
ResponderEliminarMuchas gracias Dulce y Encarna. Encantada de estar en Plumas. :)
ResponderEliminar