¿Vamos porque queremos ir o porque nos obligan?
El mundo se ha convertido en un lugar inhóspito y trepidante, un lugar donde el suelo está calcinado y nos abrasa. El mundo está en guerra. Se lanzan bombas y al tiempo se lanzan alimentos. Se masacran poblaciones donde mueren cientos de inocentes y se dan órdenes de alto al fuego. Se roba, delinque y se mata impunemente y se callan las voces para que no molesten. Los pueblos se saben anestesiados, se saben miembros del rebaño y sufren calladamente porque ya no le quedan fuerzas.
El mundo, este mundo está llegando a su fin porque ya no se sostiene: no se sostiene porque ya no conoce la ética ni la moral, ni el pudor, ni la vergüenza. Porque no conoce la compasión. El mundo ha tocado fondo y todas las fuerzas del mal se han confabulado para que, o damos un gran paso que nos haga reaccionar o los que pisan con pies de acero seguirán oprimiendo nuestra voluntad.
1 Comentarios
No percibo un mejor panorama que el que describes, querida Concha. Pero proseguimos esta lucha que parece infructuosa para dar vuelta esta tortilla demencial. Estamos por algo mucho mejor.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo