Y yo me iré y me llevaré las montañas en el alma
Y yo me iré, me iré profundo, donde las grietas no puedan atraparme
Pero me iré, y tan hondo, que ya no sabré de abismos, ya no sabré
De esos árboles que como catedrales se treparon a mis brazos
Ya no sabré de esa sal que cicatrizó mis penas, sal de invierno
Que me hizo feliz, ya no sabré ni siquiera de mis huellas
Porque si me voy, ni mis huellas quedarán, ni mis pasos
Ni mis manos labradas en el hielo del Katantika, ni mis loas a tanto cerro
Ni nada que no se parezca a irse, a dejar de estar, a partir
Y me iré, porque me iré al fin, y me seguirá mi sombra y nada más
Y me iré pero la nieve de la cumbre seguirá allí
Y la piedra bendita de mi camino seguirá allí
Y si me voy y no vuelvo, la piedra, el cielo, la luz
De estas montañas, seguirán por mí, seguirán aquí.
Imagen: Paso hacia estancia Katantika (Bolivia)
Imagen: Paso hacia estancia Katantika (Bolivia)
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