He aquí la vida,marchad a su encuentro.




MARISA PEÑA-.

La vida es de cualquiera que pueda soportarla. De cualquiera que pueda sostener la tristeza de la lluvia y el dolor de un tiempo detenido; de cualquiera que pueda empujar la certeza y evitar el derrumbe.
La vida es de quien sepa afrontar la alegría con la humilde entereza de quien se sabe alegre, sólo por un instante de eterna brevedad reconquistada.
La vida es de cualquiera que se atreva a vivirla, sin miedo a los abismos o a las dudas, con las manos abiertas a las penas, y dispuesto a abrazar las soledades en las noches insomnes y febriles que le han de acompañar…aunque no quiera.
La vida es de cualquiera, de quien sepa, y hasta de quien no sabe ni le importa. La vida es de los justos y los crueles, de las víctimas y los verdugos, de quien se aferra a ella y de quien la detesta.
La vida no hace nunca absurdas distinciones: se ofrece como es, impúdica y fatal, humilde y altanera; arbitraria, insensata, fugitiva; plena de luz y sombras, de ecos y de voces, de gritos y silencios,de dolores intensos y placeres fugaces.
"Ite, vita est,"marchad a su encuentro, no dejéis que se escape sin haberla vivido, sin beber de su copa hasta la última gota, y sin apurar ,con avidez, su maravilloso engaño.

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