Devolverás la arena y el viento que acariciaron tus pies y tu rostro
No dejarás basura detrás: hasta las mezquindades de tu memoria
Deberás cargarlas con vos así te pesen. Si te oxidan, si te asfixian
Buscarás más aire donde oxigenar tus desdichas pero no las dejes
Atrás: llévalas, así te duelan. Algo de lo que llamamos coraje, se trata de eso.
Rejuntarás las dichas que compartiste y las envolverás en tules
Y las sumergirás en tu alma. Eso se llamará recordar. Recordarás
Las retamas en flor, recordarás los celajes que te electrizaban
Recordarás cada una de las montañas. Más no te abandones
A su recuerdo. Eso se llama extrañar, echar de menos, nostalgia
Buscarás nuevas montañas que te cautiven, nuevos horizontes, soles
Celebrarán tus pasos. Si no hay huella, tú la rumbearás. Si ensombrece
Échale luz. Si no se mueve, agítalo. Si algo quiere morir, haz que reviva
Si vas a partir, no añores lo que dejas porque olerá a tumba de lo por venir
Y carga en tu mochila el pasado: salvo tú, nadie lo merece
Salvo tu, nadie tiene porque agobiarse con él, perderse tras él, heredarlo.
Pablo Cingolani
Río Abajo, 3 de octubre de 2018
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