Construidas desde una tabula rasa, la de nuestra contemporaneidad, Chandigarh, Brasilia, Oyala-Ciudad de la Paz, Canberra, Naypyidaw, Islamabad, Astana, tal vez antítesis, tal vez continuidad de las ciudades de Ítalo Calvino, invisibles a los ojos, visibles en la mente. Y viceversa.
Entre ellas, hay las fantásticas, las reales, las futurísticas, todas las proyecciones que Le Corbusier e Niemeyer imaginaron, las que Lucio Costa y Jane Jacobs soñaron, ciudadanos felices, huertas y frutos, o simplemente tentativos, voluntades de un sueño, quimeras en el suelo, urbanismos de simplezas geométricas y de diseños futurísticos, memorias y estudios, infinitas posibilidades y una sola utopía. No se si modernas, posmodernas o solamente transparentes, sin durar para siempre, obsolescentes Pompeya, Menfis, Babilonia y Persépolis, sepultadas Yungay y Messina, abandonada Paestum, destruidas Sodoma y Gomorra, nunca encontradas Eldorado y Paititi.
Ciudades “oportunas” en el Agro Pontino: Littoria, Sabaudia, Pontinia, Aprilia o en Cerdeña: Carbonia y Fertilia.
Ciudades fortalezas o ciudades castillos: Palmanova, Monte Saint-Michel.
Ciudades fantásticas: Irene La Paz, Utopía, La ciudad del sol, Barataria, La Nueva Atlántida, Brazil.
Ciudades dantescas: Alepo, Bagdad, Sarajevo, Chernóbil, Fukushima, Bhopal.
Los tantos nombres replicando Paris, Florencia y Venecia, y en el sur del mundo las del pueblo desde donde una comunidad llegaba, y absurdas como Los Nazis en plena Amazonia boliviana.
Frágiles tentativos y fáciles fracasos, eternos dilemas del ser humano en búsqueda de fundar algo. El ladrillo como símbolo de la producción…para la comprensión del ser…para los romanos.
Experimento urbano, fue la metrópoli utópica de Ciudad Abierta, al norte de Valparaíso en Chile. Considerado el experimento idealista más logrado de América. Sus creadores la fundaron sobre la belleza de actos poéticos. Un día de enero de 1971, el arquitecto chileno Alberto Cruz y el poeta argentino Godofredo Iommi leyeron el acta fundacional para inaugurar, líricamente, esa ciudad. A partir de esa fecha se construye este hermoso experimento urbano que se liga a un encomiable trabajo académico basado en la búsqueda de la belleza y la convivencia extrema.
Frente a Rimini, la Ariminum romana, el ingeniero libertario Giorgio Rosa fundó la República Esperantista de la Isla de las Rosas, el 1 de mayo de 1968 se autoproclamó como estado independiente, tenía una lengua oficial, el esperanto, un gobierno, una moneda y un sello postal, aunque nunca fue reconocida formalmente por ningún país del mundo como nación independiente. Ocupada por las fuerzas policiales italianas el 26 de junio de 1968 y sujeta a bloqueo naval, fue demolida el febrero de 1969.
Ciudades visibles, en su seno suele cocerse el horror, pero también destilarse la genialidad del espíritu humano.
Maurizio Bagatin, 20 de mayo 2021
Imagen: Una ilustración de Saul Steinberg
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