Primera poeta nacida en el continente americano
Márcia Batista Ramos
«Me
atrevería a aventurar que Anónimo, que tantos/poemas escribió sin firmarlos,
era a menudo una mujer.»
Virginia
Wolf.
El
continente americano es el segundo continente más grande de la Tierra, después
de Asia. Ocupa gran parte del hemisferio occidental del planeta y fue
“descubierto” hace 529 años cuando Colón
recorre los mares y encuentra un nuevo mundo, es la misma época en que
Copérnico desbrava los cielos para descubrirles nuevas constelaciones. Al nuevo
mundo, solamente a partir de 1507 se le comenzó a llamar América.
En
los siglos posteriores al “descubrimiento del Nuevo Mundo, España, seguida por
Portugal, y en menor medida otras potencias europeas, compitieron por la
exploración, conquista y colonización del continente americano. Se introdujeron
como esclavos a una gran cantidad de personas del África colonial, lo cual
llevó a procesos de disolución y anomia de culturas milenarias, así como al
surgimiento de nuevas conformaciones étnicas, culturales y políticas.
Es
menester recordar que se considera Literatura Americana aquella que se ha
escrito en América a partir de la llegada de los españoles, ya que algunos
elementos básicos del código artístico de la literatura latinoamericana que
fueron engendrados en la época de la conquista, están presentes en los textos
de los conquistadores.
Dentro
del nuevo espectro cultural conformado en América, en sus primeros tiempos,
queda registro, en los libros de historia, de las obras producidas por los
hombres, dado a la conformación socio cultural de una época en que la
producción intelectual femenina era invisibilizada, prácticamente en su
totalidad.
Cuando
hablamos de las primeras poetas y escritoras nacidas en América, debemos
recordar, que muchas poetas y escritoras han sido engullidas por el olvido,
certificando la triste historia de relegamiento a que las mujeres fueron
sometidas desde el principio de la sociedad patriarcal americana.
Porque
las artes en general y la literatura en particular, estaban vetadas a las mujeres,
la producción literaria femenil, hasta mediados del siglo XIX fue muy exigua,
empero, sería un craso error, considerarla inexiste en todo el periodo de la
conquista y la colonia. Además, hoy por hoy, borrar de un plumazo, doscientos
años de historia de la literatura femenina, es una perfecta aberración. La
historia de la literatura se tiene que enfrentar a una periodización que sea
científicamente sustentable.
Si
bien, las mujeres americanas, desde los tiempos de la colonia no tuvieron mayor
participación en los espacios públicos, tradicionalmente ocupado por los
hombres, no hay que olvidarse, que su accionar como mujeres instruidas vinculados
con la literatura se desarrolló en los espacios privados: la casa y el
convento.
Los
conventos fueron los únicos refugios que encontraron muchas de aquellas mentes
inquietas nacidas en un ambiente opresor y coincidentemente, los conventos
fueron los lugares que a la postre preservarían el material de sus escritoras.
Tal
es el caso, de Isabel Flores de Oliva, Santa Rosa De Lima, que nació en Lima,
el 20 de abril de 1586 y falleció el 24 de agosto de 1617.
Santa
Rosa de Lima, de nombre secular Isabel Flores de Oliva, fue una mística
cristiana terciaria dominica canonizada por el papa Clemente X en 1671. Entre los
santos nacidos en América, santa Rosa de Lima, fue la primera en recibir el
reconocimiento canónico de la Iglesia católica, siendo la Patrona de las Américas
y las Islas Filipinas.
Isabel Flores de Oliva - Santa Rosa De Lima, también tuvo
el mérito de ser la primera poeta nacida en el continente americano.
Resulta
un texto imprescindible, para todos los que quieran zambullirse en la historia
de la literatura femenina del continente Americano, el libro de la filóloga
peruana Rosa Carrasco Ligarda, quién analiza, desde
los manuscritos, el léxico de la santa Patrona de las Américas, en el libro
"Santa Rosa de Lima - escritos de la santa limeña"[i].
Según,
la investigadora Rosa Carrasco Ligarda, Rosa
de Santa María y Lima, (nombre monástico de Isabel
Flores de Oliva), era una revolucionaria para sus tiempos, porque tomaba sus
decisiones de manera autónoma. Además, no solo fue una mujer dedicada a rendir
culto, sino que también tenía otras habilidades como la pericia en la costura y
el talento para la redacción, especialmente la creación de poemas, como lo
revelan sus manuscritos que
se pueden leer en sus Mercedes o Escala Mística:
"Oh
dulce martirio, que con harpón de fuego me ha herido. Corazón herido, con dardo
de amor divino, da voces por quién lo hirió, Purifica mi corazón. Recibe
centella de amor, para amar a su Creador (...) y temor santo, amor puro, la
vida es cruz. !Oh dichosa unión¡ !abrazo estrecho con Dios¡"
"Llagado
corazón el fuego del amor de Dios, en cuya fragua se labró. Solo sana quien lo
labró con amor. Enferma estoy de amor, ¡oh fiebre que muero de ella!.
confortadme con flores, cercadme con manzanas que desfallezco de amor".
"Aqui padese el alma una impasiencia
santa. Corazón lleno del divino amor, escribe fuera de si. Corazón traspasado
con rayo de amor de Dios, corazón erido con flecha de amor divino. alle al que
ama ni anima, tendrele y no lo degare (sic)".
Históricamente,
a las mujeres no fue fácil, abrirse camino en el difícil mundo de la
literatura, un territorio reservado a los varones, las mujeres han sido
tradicionalmente relegadas a un lugar secundario, quedando su papel limitado a
la vida familiar, el cuidado de los hijos y las labores domésticas. Se llegó
incluso a afirmar que la mujer era incapaz de valerse por sí misma, por su
naturaleza peligrosa y su inteligencia inferior.
Aun
así, el continente americano fue cuna de grandes escritoras y poetas desde sus
primeras centurias, los registros apuntan como segunda poeta nacida en suelo
americano a Juana Inés de Asbaje y Ramírez -Sor Juana Inés de la Cruz, nacida
en San Miguel de Nepantla, actual México, 1651 - Ciudad de México, que falleció
en 1695. Escritora mexicana, la mayor figura de las letras hispanoamericanas
del siglo XVII, máxima representante del Barroco.
Seguramente,
entre el nacimiento de Isabel Flores de Oliva - Santa Rosa De Lima y Juana Inés de Asbaje y Ramírez - Sor Juana
Inés de la Cruz, también nacieron otras poetas en suelo americano y, de hecho,
que posteriormente a ellas también hubo voces rebeldes, nacidas en el
continente americano, ya que las letras femeninas en América no se hicieron
esperar hasta el siglo XIX.
[i] Rosa CARRASCO LIGARDA: “Santa Rosa de Lima. Escritos de la santa
limeña”; Lima, Facultad de Teología Pontifcia Civil de Lima, Perú (2016).
0 Comentarios