Réquiem por Juan Forn


 Me conmovió la noticia por la proximidad, tenías 61, tengo 58 por cumplir, tres años me separan de tu infarto.

Sabía que vivías en una playa, vivo en una montaña.

Suponía que -una playa- era un buen destino para partir: ahora le temo.

Te confieso: tuve entre mis manos tu novela, la que te consagró, esa donde se nadaba de noche, pero nunca la leí.

(Fabián, mi amigo de la infancia, fue el que me la arrimó. Con Fabián, empezamos a caminar los cerros a nuestros 7 años. El, supongo, te leyó.)

Si leí tus textos en P12, la mayoría me conmovieron porque intuía que buscaban un destino, algo improbable siendo escritor, siendo argentino y viviendo en una playa.

Lo intestaste, Juan Forn, y por eso, me conmuevo y te escribo este epitafio.

Yo sé que es duro lo que te digo -quiero ser honesto

Yo sé que es honesto lo que te escribo…

Que en paz descanses, mi hermano, y si tu almita viene por acá, por estos lados donde no hay más nada que montañas, indios y una alegría imposible de definir, si es por mí, serás bienvenido.


Pablo Cingolani

Laderas de Aruntuya, 21 de junio de 2021


Publicar un comentario

0 Comentarios