Todos saben, nadie habla


Todos saben, nadie habla

Todos sabían, nadie hablaba

La maldad tiene campos inenarrables, y así hasta el año 2008 nadie habló, el silencio se adueñó de un entero país, el Paraguay. Los kuña’i fueron sentenciados por el machismo, por una feroz dictadura: 35 años de pyragüés controlando y escuchando, refiriendo al poder quien era y no era uno, Rodolfo Costa de día Héctor Torrez de noche. Si no era llegaba la caperucita roja.

En la vida se puede lograr cargar la muerte para mantener la vida, Renate Costa lo logró.

Escribió Roa Bastos que “En tiempos de calamidades publicas y de terror, el miedo es la única forma de comunicación social que subsiste en una comunidad de encapuchados”, y en el Paraguay adonde nunca se permitió un Banquete platónico, los hijos de la luna tuvieron que ocultarse en sótanos donde no entraba el sol.

Asunción es una ciudad que da la espalada al rio, a la realidad, donde el numero 108 es aun hoy un estigma. La oveja negra es como el cuchillo de palo en la casa del herrero.

Tanta belleza se encierra y el poder en pocas manos, desde la Mansión 108 gritan vidas que lentamente han recuperado su identidad, la tierra sin mal los desea aún vivos.

Maurizio Bagatin, 15 de mayo 2022

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