“Estoy y estuve en muchos ojos. Yo solo soy memoria y la memoria que de mí se tenga” - Elena Garro -
La eternidad de Andy Warhol
Aquellos quince minutos de eternidad. Mao, Marylin, Campbell’s Soup. Para siempre. Una mirada desde una ventana de Nueva York, la town del mundo y unos paseos entre la multitud. Es el arte que nunca deberíamos entender, pero sí gozar para siempre. La Pop Art que no estuvo en Woodstock, con el baile de San Vito desvistió todo el posmodernismo, hipnotizando el underground. El gran visionario del arte que intentó dominar el alquitrán y el fierro adentro del hormigón. Con la simple mirada para la eternidad.
El encanto del abandono
El silencio es el rey. Domina. En un bosque de los Alpes donde la humedad, el moho y el musgo son solo algunas de las variantes del verde. Mientras nuestro iris se pierde capturando líneas de árboles, de hojas, la regular caída de una gota de agua desde la rama de un pino. Volverse niño paseando entre ruinas y escombros, oler el pasado no muy lejano de las periferias abandonadas y de las zonas industriales en ruinas. Reconstruir sus historias con toda la libertad, inventárnosla para su sobrevivencia. Y como fuera una necesidad. Es un mundo soñado y vencido, un museo de una contemporaneidad efímera, un cometa que vimos ayer y demasiado fugaz para un daguerrotipo.
La soledad de Antonio Tabucchi
¿Se habrá ido toda la gente que estuvo adentro del baúl? Tal vez hoy esté con él, viajando como no logró hacerlo él. En los libros, con la imaginación, visitando su amado Portugal. En el baúl toda la gente que vivió Fernando Pessoa, sus máscaras y sus personalidades. Solo, en las cafeterías, en las plazuelas, mirando desde la ventana de un departamento anónimo. Solo, con toda esta gente. Siempre junto a ellos, siempre en soledad.
Literatura oral
Hablan en la cocina mientras cocinan. Son ellas en el cuarto propio de Virginia Woolf. Y hablando construyen un archivo lleno de saberes y de sabores. Unas palabras que generan agua en la boca. Las mujeres con su recetario, oralidad popular y lenguaje como don. Podrían haber sido solamente el encuentro entre dos mundos, y el imborrable mestizaje y en su lugar fueron el genio hibrido de la novela, la novela del deicidio. La crónica de un diccionario maya desparecido, en la cocina, el archivo de toda una literatura oral.
Maurizio Bagatin, 6 de enero 2023
Imagen: Carel Willink, Wilma, 1932
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