Este año octubre fue de muchos incendios, de mucho calor y muchísima estupidez. Este año no nos enfrentamos como es de costumbre, todo cambia dice una canción, y a veces también los ciclos, las farsas y los seres humanos no nos repetimos. A veces.
Angelina es feliz con su phiri de trigo y una botella de agua; su hijo ahora está lejos, en Virginia, ella se acuerda solo el nombre de este lugar tan distante. En Cabrera el Jatun Mayu inicia su bajada hacia Bella Flor de Pucara, ella va preparando los surcos para sembrar papas: “Ahora se siembra siempre más cerca de Todos Santos, ya no hay las estaciones de antes” nos dice; al frente hay algunos cultivos de maíz, de papas y plantas de duraznos descuidadas. El arado egipcio sigue ahí. Modesto y su familia lo siguen utilizando como ayer, desafiando inocentemente una época ingrata.
¿Cómo será la nostalgia del futuro? Más allá de lo vivido y del olvido. En octubre se reencendieron las necesidades de tener enemigos. Impotente es la ética frente a la permanente necesidad del ser humano, tal vez, como sostuvo Umberto Eco, solo los poetas, los santos y los traidores siguen comprendiendo esta falacia humana.
Prepararán el mast’aku y se emborracharán hasta perder los sentidos, la endorfina los conectará con sus seres queridos en el ultratumba, compartirán todo lo que en vida no compartieron, tal vez instantes de felicidad. Y en los instantes de lucidez que la embriaguez les permitirá, emprenderán el viaje que nunca hicieron, y volverán, todos persuadidos.
En casi todo el resto del mundo se festeja Halloween, entre globalización y banalidades. En un Instituto de Padua, ciudad un tiempo docta, se premió el mejor traje de esta fiesta. Era un uniforme nazi, y los del jurado dicen que no se dieron cuenta.
…sabemos tan poco sobre los seres humanos.
Maurizio Bagatin, octubre 2023
Foto: Modesto y su familia con la yunta de bueyes (Foto de Margherita Tezza, Bella Flor de Pucara, octubre 2023)
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