Se abrió paso la luz
por los oscuros huecos.
El olvido cedió su territorio.
Los recuerdos se instalan,
construyen recovecos, galerías,
levantan altan torres,
y cúpulas inmensas,
puertas acristaladas
y largos corredores.
La claridad inunda cada esquina.
Todo es luz cegadora
en la serena estancia,
todo es lo que ha de ser, ni más ni menos:
así, sencillamente,
perfecta arquitectura del recuerdo.
Marisa Peña.
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