Callejón del Gato


Miguel Sánchez-Ostiz 

Estuve de patiperreo por Madrid con Claudio Ferrufino-Coqueugniot . Empezamos en la Glorieta de Bilbao, en el Café Comercial, el de don Antonio Machado, Cansinos-Assens, Blas de Otero, Sánchez Ferlosio, Rafael Azcona... Seguimos por Fuencarral y Malasaña hasta la Glorieta de San Luis, Montera abajo, con sus prostitutas al acecho y sus maleantes de salón de juegos, Puerta del Sol con sus materos, hasta Lhardy, donde hicimos un alto de Marsala y vermú de la casa, tal vez Martínez Lacuesta, pero las friandises… estaban mejor en el recuerdo de los noventa, casi todos los sabores están mejor en el recuerdo de los noventa. Qué le vamos a hacer. Nada. Hazte a los cambios, a tu envejecimiento. En la memoria más que la marcha de pompa y circunstancia de Elgar, suena la Ritirata Notturna di Madrid, de Boccherini, por Jordi Savall… Cuando menos no tocan a muerto las campanas, todavía. El presente es el de la celebración de la amistad y las complicidades literarias, por muy deformados que nos muestre ese mal espejo del callejón del Gato, el de Valle, fenecidos los que hubo, que deformaban a más y mejor, tanto que me produjeron auténticos espejismos hace treinta años… Ritirata, insisto, camino de la plaza de Santa Ana y de la calle del León, donde recogimos a Gulliver en su librería de viejo para ir al Terra Mundi, donde se juntó Pablo Cerezal... acabamos en el Café Gijón, mítico, mítico, umbraliano (La noche que llegué al Café Gijón), rompeolas de todas las Españas, decía su cerillero... y bajamos el telón. Pero me quedo con el Callejón del Gato y con Luces de Bohemia de Valle Inclán, por cuya escena para Ciro Bayo, ese exorcismo de una España deplorable, de una monarquía cazaelefantes, de la ley de Fugas, de la miseria y de los hampones de la política... tremendo exorcismo el de Valle sobre el país de su tiempo y sus pobladores, un descacharre que solo el esperpento más vitriólico puede describir.

Valle en Luces de Bohemia

MAX: Los ultraístas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el callejón del Gato.

DON LATINO: ¡Estás completamente curda!

MAX: Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.

DON LATINO: ¡Miau! ¡Te estás contagiando!

MAX: España es una deformación grotesca de la civilización europea.

DON LATINO: ¡Pudiera! Yo me inhibo.

MAX: Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.

DON LATINO: Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato.

MAX: Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta, Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas.

DON LATINO: ¿Y dónde está el espejo?

MAX: En el fondo del vaso.

DON LATINO: ¡Eres genial! ¡Me quito el cráneo!

MAX: Latino, deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España.

DON LATINO: Nos mudaremos al callejón del Gato.
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De PLUMAS HISPANOAMERICANAS, 29/10/2018

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