Tierra color cobalto


Me parece ver aún Wanka y Zambo, perros hambrientos que andan por esta tierra que es toda la tierra de los Andes. Invaden los aireados surcos de esta tierra color cobalto, mañana todo se transformará en mineral y vitamina, en la necesidad de este ser que aun declaramos humano.

Hoy he oído otra vez hablar de la violencia de este ser humano, de sus inútiles acciones, del postergado amor, de la lejana conciencia, y a esta “altura del partido” de la poca contemplación que va disponiendo y desea compartir plenamente con el otro. Así no habrá nunca el mañana, este mañana que traza el porvenir al cual deberíamos proponernos. Retorno inevitablemente a las palabras de Hannah Arendt, al sueño quebrado de Simone Weil, al encuentro de toda esta violencia tribal, aún feudal y al falso romanticismo con el cual hemos visto maquillar al horror.

La oveja negra sigue a la oveja blanca, el rebaño no se separa, Wanka y Zambo siguen el camino tortuoso, el hombre de la tierra color cobalto abre el surco y su mujer deposita la semilla. Todo sigue igual, nada ha cambiado.

Huasipungo y violencia. Hijo de opa y violencia. Aves sin nido y violencia. Podemos entrar por cualquier puerta que se nos ofrezca y la violencia está ahí, permanentemente amarrada a un hilo que parece corresponder a la eternidad.

Tocamos con nuestras manos las papas y el maíz, y otros frutos de la tierra, nos acordamos de aquellas manos callosas y del olor de este mundo, así tan cerca y así tan lejos. El campo, su gente que busca otra identidad. La nación clandestina presencia la brutalidad de una metamorfosis siempre incompleta, nunca definida, nunca acabada, la imperfección que no se reconoce frente a un espejo siempre cóncavo. La modernidad que ha logrado brutalizar todos los imaginarios posibles. ¿Irnos como Baudelaire satisfechos de un mundo en el cual la acción no es hermana del sueño?

Hoy Italia enfrentó a Israel en una de las tantas farsas, Macron parece que formará un nuevo gobierno, el nuestro se está preparando a la fuga o al reciclaje. Todo vale con quedarse con el botín. Un día como hoy en 1943 Italia firmó el armisticio con los aliados, pero esta es otra historia.

Respiro hondo al mirar la luna llena, mañana viajaremos antes del diluculo hacia esta tierra color cobalto.

Maurizio Bagatin, 8 de septiembre
Foto: Antigua escuela de La Phia, Municipio de Tiquipaya

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